Donald Trump afirmó a en su red social, Truth Social, que el pasado martes 21 de marzo lo iban a arrestar. Lo que no dijo es por cuál de todos los casos por los que lo investigan. El expresidente de Estados Unidos es investigado por varias cosas, algunas directamente relacionadas con su vida personal y otras que involucran hechos de su paso por la Casa Blanca.
Tanto es así que, tras sus anuncios incendiarios de la filtración ilegal sobre su arresto, pidió que destituyeran a todos los jueces y fiscales que lideran las investigaciones en su contra. Pero como son tantas hay que comenzar por las que tienen que ver con su mandato.
La primera es la relacionada con las trabas y obstrucciones que puso para entregar el poder al presidente actual, Joe Biden, en enero de 2021, como el asalto al Capitolio, y la supuesta influencia en el recuento de los votos en el estado de Georgia. Este caso lo lleva la fiscal Fani Willis, a quien tachó de incompetente y pidió que la destituyeran.
Después está el sonado caso de Mar-a-Lago y los documentos confidenciales. En Estados Unidos está prohibido que empleados oficiales guarden documentos de la nación en establecimientos privados. Pero al expresidente Trump le pareció correcto guardar más de 300 archivos confidenciales en su casa de Florida. Además, cuando se le pidió acceso al inmueble para buscar dichos documentos, se negó rotundamente obligando al fiscal a allanar la residencia.
Después del inevitable hallazgo de los archivos y de que se comprobara que había destruido varios, salió a quejarse y a decir que “un asalto semejante (el allanamiento) solo podría ocurrir en países quebrados del tercer mundo”.Este caso lo lleva Jack Smith, fiscal de Florida, a quien, por supuesto, también acusó de tener intereses de por medio y querer perjudicarlo.
Después están los casos personales. El primero es llevado por la que en palabras de Trump es “la peor fiscal general de Estados Unidos”, Letitia James, la fiscal general de Nueva York. Este habla sobre el supuesto fallo fiscal del expresidente. En él básicamente se le acusa de maquillar las cifras de la Organización Trump a fin de pagar menos impuestos de los debidos.
Por último, está el caso de Stormy Daniels, la mujer que podría llevar a Trump tras las rejas. Su nombre de pila es Stephanie Clifford, una actriz porno muy reconocida, que asegura haber sido sobornada por el expresidente para mantenerse callada tras haber tenido relaciones sexuales.
Su historia comienza en el campo de golf de Lake Tahoe en 2006, donde se conocieron. De acuerdo con Daniels, él la mandó a llamar a su habitación en aquel lugar para cenar y después tener relaciones sexuales. Ella afirma que accedió debido a que Trump le ofreció un papel importante en El aprendiz, pero que nunca cumplió. Daniels decidió hablar y contar lo sucedido con Trump. Sin embargo, esto no ocurrió en un comienzo gracias a las amenazas del entonces abogado de Trump, Daniel Cohen, quien, además, sacó de su propio bolsillo para pagarle a la actriz 130.000 dólares por su silencio.
Pero en 2016 Daniels incumplió el trato, pues el hostigamiento por su silencio nunca cesó. A ella le tocó pagar 300.000 dólares al exmandatario por la ruptura del pacto, pero todo el caso ocasionó que se abrieran investigaciones por sobornos. Este caso lo lleva Alvin Bragg, fiscal de Manhattan, a quien Trump, furioso, ha catalogado de ser “un peligro para el país y debe ser destituido de inmediato”.
Este el caso que al parecer iba a llevar al exmandatario tras las rejas el martes pasado y el que está más cerca de ser resuelto. En cuanto a la pregunta de si Trump está cerca de ver la luz al final del túnel o de ser absuelto, todo indica lo contrario, pues su carrera política peligra y con ella su tan ansiada reelección presidencial.