Un australiano que se enfermó en una base remota de la Antártida está regresando a casa en un rompehielos tras una ardua misión para rescatarlo, dijeron las autoridades el martes.

El hombre trabajaba en la estación de investigación Casey cuando sufrió lo que las autoridades describieron como un problema de salud en desarrollo que requería evaluación y atención por parte de un especialista.

El rompehielos RSV Nuyina partió de Australia la semana pasada y viajó más de 3.000 kilómetros (1.800 millas) hacia el sur, abriéndose paso a través del hielo del mar para llegar a un sitio a 144 kilómetros (89 millas) de la base, indicó la División Antártica Australiana en un comunicado.

El 11 de diciembre este buque hecho en Colombia iniciará un viaje hasta la Antártida. | Foto: Armada

Desde allí, dos helicópteros despegaron desde la cubierta del navío el domingo y llegaron a la base casi una hora después para rescatar al hombre.

“La primera fase de la evacuación se llevó a cabo en forma segura y exitosa, y el buque se encuentra ahora en su viaje de regreso a Hobart”, dijo Robb Clifton, gerente general interino de operaciones y logística de la división. “Nuestra prioridad es llevar a este expedicionario de vuelta a Tasmania para la atención médica especializada que requiere”.

Se prevé que el hombre llegue a Australia la semana próxima. Hasta entonces será atendido en la instalación médica especialmente equipada del rompehielos por doctores de medicina polar y personal del Real Hospital de Hobart.

Antártida, febrero de 2023. | Foto: 2023 Anadolu Agency

Las autoridades dijeron que no divulgarían el nombre del hombre ni el problema médico que padece para proteger su privacidad.

Durante el verano austral, más de 150 personas trabajan en la estación de investigación Casey. Pero en el invierno se quedan menos de 20 para efectuar labores de mantenimiento.

La división indicó que todas las otras personas que laboran en bases australianas en la Antártida han sido contabilizadas y están a salvo.

El temprano deshielo de la Antártida causa estragos entre los pingüinos emperador

Según un estudio que constató una mortandad “catastrófica” entre los polluelos de varias colonias de la Antártida a consecuencia del deshielo precoz provocado por el cambio climático. De las cinco colonias observadas en la región del mar de Bellingshausen, en el oeste de la Antártida, todas, a excepción de una, sufrieron una pérdida “catastrófica” del 100 % de las crías que se ahogaron o murieron de frío cuando el hielo cedió bajo ellos.

Aún no eran lo suficientemente maduras para afrontar las duras condiciones climáticas de la región, explican los investigadores en el estudio publicado este jueves 24 de agosto en la revista Communications: Earth & Environment, de Springer Nature.

El pingüino Adelia es una de los dos especies que está en la Antártida. Foto Gettyimages. | Foto: Gettyimages

“Se trata del primer gran fracaso de reproducción de los pingüinos emperador en varias colonias al mismo tiempo, debido al derretido del hielo marino, y probablemente es una señal de lo que nos espera en el futuro”, declaró a AFP el principal autor del estudio, Peter Fretwell, investigador del British Antarctic Survey. “Nosotros ya lo predijimos hace un tiempo, pero ver cómo se produce de facto es siniestro”, lamentó.

Frágil

Durante la primavera austral del año pasado, el hielo marino antártico, que se forma por la congelación del agua salada del océano, había alcanzado tasas de derretimiento récord, antes de caer en febrero a su nivel más bajo desde que comenzaron las mediciones satelitales hace 45 años.

Ese deshielo precoz se produjo justo en medio de la época de reproducción de esa especie, ya de por sí compleja y frágil. Estas aves marinas empollan en el invierno, a partir de junio, cuando las temperaturas son más duras. Los huevos eclosionan en septiembre antes de la llegada de la primavera y las crías alcanzan su autonomía alrededor de enero-febrero.

El turista admira a los pingüinos de Adelie en la isla de Petermann Antártida. | Foto: Getty

La población de pingüinos emperador, también conocidos como Aptenodytes forsteri, estaba compuesta por unas 250.000 parejas reproductoras, todas en la Antártida, según un estudio de 2020. Las colonias del mar de Bellingshausen representan menos del 5 % de ese total. 

“Pero en el cómputo global, un 30 % de todas las colonias se vieron afectadas por el deshielo el año pasado, por lo que habrá muchos polluelos que no sobrevivieron”, advierte Fretwell.

*Con información de AP