En los 150 años de la abolición de la esclavitud en Surinam y las Antillas Holandesas, el rey Willem-Alexander hizo por fin un gesto que varias generaciones esperaron por años.

Durante una ceremonia púbica en Ámsterdam y acompañado de su popular esposa, la argentina Máxima Zorreguieta, el monarca reconoció que sus antepasados de la casa de Orange-Nassau se enriquecieron a través de un sistema que tenía a la compra y venta de esclavos como una de las claves de su movimiento.

Pero esa conclusión no surgió solo de historias difundidas de generación en generación, sino que es el resultado de una investigación encargada por el gobierno del primer ministro Mark Rutte.

La reina Máxima escuchó compungida testimonios de lo que padecieron los esclavizados de África en el pasado. | Foto: ap

De hecho, días antes de que el rey se pronunciara al respecto, Rutte expresó públicamente también su sentimiento de pesar y pidió disculpas por el pasado esclavista del país.

La manifestación de su majestad tuvo lugar durante una ceremonia llamada Keti Koti (cadena rota) en el Oosterpark y en ella dijo: “Me presento ante ustedes como su rey y como tal pido perdón con toda mi alma y mi corazón por la esclavitud (...) Y siento el peso de estas palabras en mi corazón y mi alma”.

Más adelante el monarca de la casa Orange-Nassau también señaló: “Estoy con ustedes en la capital de un país que ha luchado contra la tiranía y por la libertad, que prohibió la esclavitud dentro de sus fronteras, pero no lo hizo en ultramar”, e hizo un llamado en pro de la diversidad de razas y culturas.

“Quiero pedirles que abran sus corazones a aquellos que hoy no están aquí, pero que quieren trabajar con ustedes para construir una sociedad en la que todos puedan participar ampliamente. Les pido que respeten las diferencias en cuanto a las experiencias, contextos y poderes de la imaginación de las personas”, dijo también Willem-Alexander.

Todo ello mientras su esposa lo escuchaba conmovida, al igual que descendientes de los esclavos de las antiguas posesiones holandesas en el Caribe.

“Me presento ante ustedes como su rey y como tal pido perdón con toda mi alma y mi corazón por la esclavitud (...) Y siento el peso de estas palabras en mi corazón y mi alma", dijo el rey. | Foto: Copyright 2023 The Associated Press. All rights reserved

Siendo estrictos, se cumplen en realidad 160 años de la abolición de la esclavitud en esos lugares, pero en ese momento la medida no entró en vigencia completamente. Esto debido a que los esclavistas (de los esclavos negros liberados en ese 1863) los obligaron a seguir trabajando para ellos, por sueldos de miseria, para poder recuperar la inversión que habían hecho al adquirirlos.

El Keti Koti o ruptura de las cadenas a que se refiere a la ceremonia se logró en realidad una década luego, en 1873.

Los Países Bajos establecieron, entre los siglos XVII y XX, un régimen colonial que abarcó a la actual Nueva York (por eso se llamó originalmente Nueva Ámsterdam), el Caribe, pero también lugares de Asia como Indonesia o de África como Sudáfrica, Ghana, Angola, Senegal y Namibia, entro otros.

La historia del país cuenta que, de las 12 millones de personas que fueron víctimas del tráfico humano entre los siglos XV y XIX, Holanda fue responsable del transporte de 5 por ciento de ellas por el océano Atlántico.

La manifestación de su majestad tuvo lugar durante una ceremonia llamada 'Keti Koti' (cadena rota) en el Oosterpark de Ámsterdam. | Foto: ap

También se cometieron abusos contra poblaciones de Asia.

Ahora, esta histórica declaración del rey marca el comienzo del Año Conmemorativo de la Esclavitud, el cual, hasta julio de 2024, evocará las dolorosas consecuencias de ese tráfico y de cómo sigue afectando a sus descendientes.

El gesto del rey de Holanda contrasta con el de su homólogo y pariente, el rey Philippe de los Belgas, cuyo antepasado, Leopoldo II, desató tal crueldad y barbarie en la actual República del Congo, Ruanda y Burundi que dio origen a la expresión “crimen contra la humanidad”.

Aún así, el año pasado, él aceptó expresar sus remordimientos por esa historia, pero se negó y se sigue negando a pedir perdón por ello.