Al ver a un cuidador del zoo con un cubo lleno de paletas heladas con sabor a fruta, los monos araña negros del BioParque de Río de Janeiro se dirigieron elegantemente hacia él el viernes, chillando con entusiasmo.
Aunque técnicamente todavía es invierno en Brasil, y la primavera debería empezar el sábado, una ola de calor ha envuelto el país desde inicios de semana, y tanto humanos como animales aprecian cada ocasión para refrescarse.
″En invierno suelen descansar del calor, pero ha sido demasiado caluroso. Incluso se han despojado de su capa invernal de pelo”, dijo el cuidador del zoológico Tadeu Cabral, quien repartía algunas golosinas, mientras dejaba otras esparcidas por los alrededores.
Las paletas heladas son parte del programa de bienestar de los monos. Les brindan confort térmico, y diseminar las paletas en distintos sitios también estimula su necesidad conductual de buscar comida.
Las paletas para los monos tienen sabor a sandía, piña o uva. Pero para Simba, el león del zoológico, la golosina congelada se prepara con sangre o carne picada.
La elefanta Koala tiene más de 60 años y fue rescatada del circo de Sao Paulo en la década de 1990. Antes de comerse un bloque de fruta congelada, lo rodeó con su trompa y lo puso abajo de su pata para aplastarlo.
Para refrescarla más, el cuidador del zoo la roció con una manguera.
“A los elefantes les encanta el agua. También se cubre con lodo la espalda para protegerse del calor y de los parásitos como los mosquitos. Cuando está mojada, la capa de lodo se vuelve más espesa y la ayuda aún más”, señaló Daniel Serieiro, un biólogo del zoo.
Las temperaturas superarán los 40 °C (104 °F) en el estado de Sao Paulo y en las regiones centro-oeste y norte, según el Instituto Nacional de Meteorología.
ONU alerta que las olas de calor generan una “poción diabólica” de contaminantes
Las olas de calor, más intensas y frecuentes debido al cambio climático, generan una “poción diabólica” de contaminantes que amenaza a los humanos y a todos los seres vivos, tal como la ONU advirtió este 6 de septiembre.
Y es que la parte más visible de la contaminación atmosférica originada por las olas de calor, las capas de humo causadas por los incendios que cubrieron Atenas y Nueva York, pero en realidad desatan una serie de procesos químicos mucho más peligrosos para la salud.
“Las olas de calor deterioran la calidad del aire, con repercusiones para la salud humana, los ecosistemas, la agricultura y nuestra vida cotidiana”, dijo el secretario de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), Petteri Taalas, en la presentación del boletín sobre la calidad del aire y el clima.
La contaminación de partículas finas -emitidas por vehículos motorizados, la industria y los incendios- representa “la mayor amenaza externa para la salud pública” mundial, tal como lo estableció un estudio reciente del Instituto de Política Energética de la Universidad de Chicago (EPIC).
El cambio climático y la calidad del aire “van de la mano y deben ser combatidos juntos para romper este círculo vicioso”, afirmó el responsable de la OMM, advirtiendo que aunque el informe trata los datos de 2022, “lo que vemos en 2023 todavía es más extremo”.
*Con información de AFP