Las sanas costumbres y el comportamiento de las personas en medio de la comunidad son muy importantes para que se desarrolle un ambiente de tranquilidad y serenidad, con el fin de que no afecte la convivencia de los individuos con quienes se habita.

Dentro de cada conjunto residencial, colegio y empresa existe un manual de convivencia el cual puntualiza las normas de conducta que todas las personas pertenecientes a un grupo deben acatar para así evitar altercados que lleven a peleas verbales o físicas, e incluso para que se prevengan casos que lamentar.

La disciplina es una cualidad muy de moda en las instituciones educativas, la cual se imparte desde la primera infancia, por lo que durante la vida esta característica se va reforzando, o debilitando, con base en el entorno social en el que la persona se encuentra.

Asimismo, depende de las personas que rodean al individuo, quienes lo pueden corregir adecuadamente o, por el contrario, fomentar un ambiente en donde la disciplina no se enseña.

La sociedad está regulada por leyes y normas que permiten una sana convivencia. | Foto: Gobernación de Atlántico

Junto con esta cualidad, el respeto es un valor fundamental al momento de entablar alguna comunicación con otra persona. Además, esta cualidad va más allá de solo aceptar el cómo es un individuo, ya que encierra también ser empático con un pensamiento, necesidad o gusto de una persona o una comunidad en general, y debatir acertadamente en caso de que no se esté de acuerdo con alguna conducta.

Sin embargo, se han dado casos en los que una persona, al no ‘soportar’ a otra, puede atentar verbal o físicamente a su contraparte, o le puede ocasionar daños materiales o morales, como lo sucedido en México en días pasados cuyo caso ha sido viralizado en las redes sociales.

Un vecindario complicado

A través de TikTok y Twitter se ha viralizado un contenido en donde un hombre, harto de tener que escuchar el alto volumen de la música de su vecino, arremetió contra su propiedad y despegó el medidor de luz de la pared, por lo que la música se detuvo al instante.

Aunque el video solo muestra el acto del furioso hombre, quien además utiliza un lenguaje no muy adecuado mientras arranca el contador de energía, la acción del hombre ha tenido aceptación, como lo demuestran algunos comentarios en la plataforma digital: “Esto lo quise hacer muchas veces, pero no era así de fácil”; “para esos vecinos que ponen corridos tumbados”; “No juzgo, por qué sería yo”; “¡qué buena idea!”.

¿El hombre se expone a una sanción?

Según el medio El Imparcial, se conoce que el medidor de luz pertenece a la Comisión Federal de Electricidad de México (CFE), el cual categoriza como “delito” lo que el hombre ha hecho en la propiedad de su vecino.

A pesar de las más de 700 mil reproducciones con las que cuenta el video y las muestras de apoyo por parte de los internautas, el hombre podría verse obligado a pagar una multa administrativa por daños a la propiedad.

El hombre que arrancó el contador podría pagar una multa administrativa por daños ocasionados a su vecino. | Foto: Getty Images

No obstante, en algunos códigos civiles que manejan las naciones, la contaminación auditiva también es una conducta que puede ser acreedora de amonestaciones o multas, por lo que el actuar de ambos adultos está mal ante la ley.

Las autoridades mexicanas constantemente hacen el llamado a no tomarse la justicia por mano propia, además de recordarle a la ciudadanía que las líneas de emergencia están a disposición de la comunidad para que denuncien actos que denigren el bienestar común y la sana convivencia, en medio de los pobladores para así llegar a acuerdos con las partes implicadas en donde el uso de la violencia no sea la manera para solucionar el problema.