“Soy tu mejor amigo. Soy Santa Claus. ¿No quieres ser mi mejor amiga?”. Esta fue la última frase que la menor de ocho años escuchó a través de la cámara Ring, instalada en la habitación que comparte con sus hermanas, antes de contarle a su madre que algo “extraño” estaba pasando.
Un hacker había logrado manipular la cámara y llamar su atención al reproducir la famosa canción “Tiptoe Through the Tulips”. “Soy tu mejor amigo”, le decía. “Puedes hacer lo que quieras ahora mismo. Puedes desordenar tu habitación. Puedes romper tu televisor. Puedes hacer lo que quieras”, insistía el hombre.
Todo ocurrió en una casa corriente del condado de Desoto, en el límite norte de Misisipi, Estados Unidos, según informó la estación de televisión WMC. Y eso, precisamente, fue lo que más alarmó a los norteamericanos, pues ya no hay que ser un servidor público, un espía, un agente especial o “alguien importante”, según dijeron, para caer en las redes de los hackers. La cámara llevaba cuatro días de instalada en la habitación de las tres niñas de la familia LeMay. Los padres la habían comprado en Amazon, en una oferta de Black Friday. “Investigué mucho sobre ella antes de comprarla. Realmente, sentí que era segura”, añadió Ashley LeMay, la madre de la pequeña víctima del hackeo. Según explicó, lo único que quería era que el aparato le ayudara a vigilar a sus hijas, mientras ella cumplía sus frecuentes turnos nocturnos como enfermera. Además, una amiga cercana se la había recomendado. No había razones para desconfiar. “Ella podía cuidar a sus hijos por la cámara del teléfono. Eso me pareció genial”, comentó.
Sin embargo, admitió que no tuvo la precaución de configurar completamente su cuenta de Ring y que olvidó autenticar dos pasos que habría protegido más la cuenta sesión contra el ataque de piratas informáticos y la intromisión de extraños. Inmediatamente después de que su hija les comentó lo que estaba pasando, la familia entró en pánico y adoptó toda una serie de precauciones de seguridad para que esto no volviera a pasar. La primera fue cambiar la configuración de su red de wifi y, con ello, por supuesto su usuario y contraseña. La empresa Ring, propiedad de Amazon, no tardó en pronunciarse. Su portavoz descartó cualquier violación a la privacidad de la casa LeMay y aseguró que la empresa no tiene ninguna responsabilidad en lo sucedido. Estas cosas están fuera de sus manos, añadieron. “Si bien aún estamos investigando este problema y estamos tomando las medidas para proteger nuestros dispositivos en función de nuestra investigación, podemos confirmar que este incidente no está relacionado de ninguna manera a una violación o compromiso de la seguridad de Ring”, concluyó. La empresa de tecnología, con sede en California, dijo que el error de la familia había sido utilizar el mismo nombre de usuario y la misma contraseña en varias cuentas y servicios. El hacker se aprovechó de eso.
“Recomendamos encarecidamente a todos los usuarios de Ring que habiliten la autenticación de dos factores en su cuenta, agreguen usuarios compartidos (en lugar de compartir credenciales de inicio de sesión), usen contraseñas seguras y las cambien regularmente”. Pero no es un caso aislado… Casi inmediatamente después de que el video se volvió viral y de que la familia habló con los medios de comunicación, cientos de usuarios comenzaron a comentar que ellos también habían sido víctimas de sucesos similares.
Algunos señalaron que apenas compraron el sistema de seguridad, iniciaron los ataques cibernéticos. Los hackers los extorsionaban o acosaban sexualmente. Cada uno opera según sus intenciones. De hecho, una familia de Florida contó que un hombre habló con ellos a través de su cámara y les hizo diferentes comentarios racistas sobre su hijo. A una mujer de Atlanta le pasó lo mismo. Solo que a ella le gritaron mientras estaba acostada en su cama. Por otro lado, una pareja de taxanos asegura que los amenazaron por días hasta que decidieron denunciar lo que estaba pasando.
Muchos temen que la tecnología le esté abriendo las puertas a una nueva forma de espionaje, en el que los ciudadanos son los mayores afectados. Ya Edward Snowden, exagente de la CIA, filtró un gran volúmen de documentos en los que revelaba que el Estado espiaba a los ciudadanos para controlarlos sin que ellos supieran.
Por eso los norteamericanos sienten que no hay quién los defienda. Pues todos se tapan con la misma cobija, según dicen. Luis Felipe López Calva, director regional para América Latina y el Caribe de Naciones Unidas, le dijo hace unos días a SEMANA que los ciudadanos tendrán que presionar para que haya más regulaciones a la tecnología, pues no solo se podría normalizar el espionaje, sino aumentar las brechas entre quienes tienen acceso a la información y quienes no.