El papa Francisco comenzó la celebración de la Semana Santa en el vaticano con la misa del domingo de Ramos. Se trata de una Semana Santa especial por la pandemia, sin multitudes de fieles debido a la tercera ola de coronavirus que se vive en Europa. El sumo pontífice realizó esta eucaristía, que marca la entrada en la Semana Santa, y rezó el Ángelus en presencia de un reducido número de fieles invitados en la Basílica de San Pedro del Vaticano.

La tradicional procesión de los fieles portando ramos de olivo fue cancelada para cumplir con las normas sanitarias y Francisco los bendijo a distancia desde el altar. “Hemos entrado en la Semana Santa. Por segunda vez vivimos en el contexto de la pandemia. El año pasado estábamos más conmocionados, este año estamos más afectados. Y la crisis económica se ha agravado”, dijo el pontífice.

Francisco pidió “rezar por todas las víctimas de la violencia, especialmente por las víctimas del atentado perpetrado esta mañana en Indonesia frente a la catedral de Makassar”. Al menos 14 personas resultaron heridas en este atentado suicida. Hace un año, la primera ola de la pandemia de covid-19 arrasó Italia. El papa celebró solo, en una basílica desierta, el Domingo de Ramos, que conmemora la entrada de Cristo en Jerusalén.

El papa argentino, de 84 años, acostumbrado a recibir multitudes, estrechar la mano de los fieles y besar a los niños, redujo significativamente sus apariciones públicas desde el inicio de la pandemia. Ha tenido que cancelar varias audiencias de los miércoles y también se ve obligado a celebrar el Ángelus en su biblioteca privada. Además las medidas de confinamiento impiden que los peregrinos se reúnan en la plaza de San Pedro. Su viaje a Irak a principios de marzo fue su primer viaje al extranjero desde noviembre de 2019.

Uno de los momentos más importantes de la tradición católica, que conmemora la muerte de Jesús en la cruz, se llevará a cabo sin el tradicional lavado de pies del Jueves Santo y sin el Via Crucis precedido por el pontífice alrededor del Coliseo romano.

Por segundo año consecutivo, debido a las restricciones sanitarias impuestas por la pandemia en Italia, todos los actos de la Semana Santa se celebrarán dentro de los muros vaticanos.

Según el programa divulgado este jueves por el Vaticano, las ceremonias litúrgicas se desarrollarán “con una presencia limitada de fieles” en el respeto de las medidas sanitarias previstas. Usted podrá seguir todos esos momentos por SEMANA.

El pontífice celebrará los ritos de la Semana Santa en el llamado altar de la cátedra dentro de la basílica de San Pedro, y el Viernes Santo, el 2 de abril, presidirá como el año pasado el Via Crucis desde la plaza de San Pedro.

La imagen extraordinaria y solitaria de Francisco en medio de la plaza vacía fue el emblema el año pasado de la tragedia mundial, en la que el líder de los 1.300 millones de católicos habló de “la hora más oscura” y lanzó un mensaje de esperanza en el que comparó los tiempos actuales con los que experimentaron los seguidores de Jesús después que lo crucificaron.

Este año, según informó el director de la oficina de prensa del Vaticano, Matteo Bruni, las meditaciones del Viernes Santo han sido escritas por un grupo de niños “scout” de Umbria (centro de Italia) y de la parroquia romana de los Santos Mártires de Uganda.

Las distintas estaciones serán ilustradas por los dibujos realizados por niños que residen en casas de alojamiento de Roma y que han sufrido discriminación y humillaciones.

El domingo de Pascua, el 4 de abril, el papa dará la tradicional bendición “Urbi et Orbi” (a la ciudad y al mundo) desde la basílica de San Pedro, durante la cual lanza un mensaje a los católicos y recorre los conflictos que azotan al mundo

Un año en pandemia

Hace exactamente un año, el papa le encomendó el mundo a Dios ante los estragos que comenzaba ya a causar la pandemia del coronavirus. “El próximo viernes, 27 de marzo, presidiré un momento de oración en la parvis de la Basílica de San Pedro con la plaza vacía. Escucharemos la Palabra de Dios, elevaremos nuestra súplica, adoraremos el Santísimo Sacramento con el que, al final, impartiré la bendición Urbi et Orbi a la que irá unida la posibilidad de recibir la indulgencia plenaria. Queremos responder a la pandemia del virus con la universalidad de la oración, la compasión y la ternura”, dijo en ese momento el Sumo Pontifice.

“Permanezcamos unidos. Hagamos sentir nuestra cercanía a las personas más solitarias y probadas. Nuestra cercanía a los médicos, al personal sanitario, a las enfermeras, a los voluntarios... Nuestra cercanía a las autoridades que deben tomar medidas duras, pero por nuestro propio bien. Nuestra cercanía a los policías, a los soldados que en la carretera siempre están tratando de mantener el orden, para que se cumplan las cosas que el gobierno pide que se hagan por el bien de todos nosotros. Proximidad a todo”.

*Con información de AFP