Luiz Inácio Lula da Silva recibió este lunes entre lágrimas el “diploma” de presidente electo de Brasil, definiendo su acceso al poder por tercera vez como un triunfo de la democracia al final del mandato del ultraderechista Jair Bolsonaro.
“Mucho más que la ceremonia de diploma de un presidente electo, esta es la celebración de la verdadera democracia”, dijo el líder izquierdista, de 77 años, que ya gobernó el gigante sudamericano entre 2003 y 2010.
Lula recibió la certificación junto a su vicepresidente Geraldo Alckmin, en una solemne ceremonia en la sede del Tribunal Superior Electoral (TSE) en la capital Brasilia, en la que participaron expresidentes como su antiguo delfín Dilma Rousseff (2011-2016).
“Pocas veces en la historia reciente de este país la democracia estuvo tan amenazada, pocas veces (...) la voluntad popular fue tan puesta a prueba y tuvo que vencer todos los obstáculos para al fin ser escuchada”, dijo.
El mandatario electo debió interrumpir su discurso al no poder contener el llanto, recordando su primera ceremonia de certificación en 2002 y la “osadía del pueblo brasileño” de elegir como presidente a un exobrero metalúrgico sin título universitario.
Con este diploma, el TSE certifica simbólicamente que Lula resultó electo en un proceso limpio en el balotaje disputado el 30 de octubre, en el que se impuso a Bolsonaro (50,9 % de los votos, frente a 40,1 %).
Lula tomará posesión el próximo 1° de enero, tras lo cual el nuevo gobierno entrará en funciones.
El presidente del TSE, Alexandre de Moraes, afirmó por su parte que la “justicia electoral supo garantizar la estabilidad democrática, combatiendo los ataques intensos y criminales a los pilares del Estado constitucional”.
La certificación cierra definitivamente un proceso electoral marcado por una polarizada campaña llena de ataques entre Lula y Bolsonaro.
Tras la derrota, miles de seguidores del líder ultraderechista bloquearon carreteras y se manifestaron frente a cuarteles militares pidiendo una intervención de las Fuerzas Armadas para impedir la toma de posesión de Lula.
“Duele en el alma”
El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, rompió el silencio el viernes después de unos 40 días y dijo que “duele en el alma”, tras la derrota electoral contra el izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva.
“Llevo prácticamente 40 días en silencio. Duele, duele en el alma. Siempre he sido una persona feliz entre ustedes, hasta arriesgando mi vida entre la gente”, dijo el mandatario ultraderechista al hablar ante seguidores frente al palacio de la Alvorada.
“Algunos hablan de mi silencio. Hace algunas semanas, si yo saliera y diera los ‘buenos días’, todo sería tergiversado, distorsionado”, justificó Bolsonaro.
El presidente ha permanecido en silencio y casi sin agenda pública luego de que Lula se impusiera en el balotaje el 30 de octubre, por un pequeño margen, 50,9 % a 49,1 %.
Desde entonces, participó de su primer evento oficial el 26 de noviembre en una academia militar.
Tras la derrota, miles de seguidores bloquearon carreteras y se manifestaron frente a cuarteles militares pidiendo una intervención de las fuerzas armadas para impedir la toma de posesión del líder izquierdista, el 1 de enero.
Bolsonaro consideró este viernes que “las Fuerzas Armadas son esenciales en cualquier país del mundo (...) son el último obstáculo para el socialismo”.
El mandatario afirmó que “el pueblo es quien decide el destino”.
“Quien decide mi futuro, para donde voy, son ustedes. Quien decide para donde van las Fuerzas Armadas son ustedes”, añadió, destacando que “vivimos un momento crucial, una encrucijada”.
En tanto, mientras avanza la transición, Lula anunció sus primeros cinco ministros: Hacienda, Casa Civil (jefatura de gabinete), Justicia y Seguridad Pública, Defensa y Relaciones Exteriores.
*Con información de AFP y Europa Press.