SEMANA: Algunos analistas creen que Bolsonaro es mucho más inofensivo de lo que parece. ¿Qué opina sobre esa afirmación?  Ascânio Seleme: No, Bolsonaro no es inofensivo. No es sino ver lo que ha hecho contra el medio ambiente, las agresiones sucesivas contra las minorías, y los periodistas. Su forma de hacer política es dañina. Uno podría decir que no ha hecho nada contra la democracia, pero eso tampoco es cierto. O, por lo menos, no porque sea inofensivo, sino porque las instituciones democráticas en Brasil, bien o mal, todavía funcionan. De lo contrario, tendríamos niñitos con armas, toques de queda y cooptación total de las ramas del poder.

SEMANA: Lula sigue siendo un contendor muy fuerte. ¿Será una piedra en el zapato para una posible reelección de Bolsonaro? A.S.: Lula fue y seguirá siendo el hombre más fuerte en la izquierda brasileña. Pero, pareciera que ha perdido ese apoyo popular multitudinario y que cada vez más solo le quedan los militantes del partido. Sin embargo, nunca habrá que subestimarlo. Lula sigue teniendo un 30 por ciento de aceptación. Bolsonaro también tiene un 33 por ciento, más o menos, de acuerdo con las últimas encuestas. Ahora, si la pregunta es si Lula será un piedra en el zapato,  la respuesta es sí. Pero hay que tener en cuenta que él no puede ser candidato todavía. La legislación lo prohíbe, porque fue condenado en dos instancias. Por tanto, está apartado del juego político por ocho años. 

SEMANA: ¿Quiénes fueron los votantes de Bolsonaro, por qué se decantaron por la extrema derecha? A.S.: No creo que el brasileño común sea de extrema derecha. La mayoría no sabe qué es la extrema derecha. Pero el brasileño es un pueblo muy conservador. Cuando votaron por Lula, votaron por un cambio económico. Es decir, la gente no estaba votando por la izquierda en particular, sino por mejores condiciones de vida. Cuando votaron por Bolsonaro, no lo hicieron por él tampoco, sino contra la corrupción. Así que la gente no es empecinadamente de derecha o de izquierda. Las personas quieren que les resuelvan sus problemas más inmediatos. Eso es todo. 

SEMANA: De hecho pusieron su esperanza en que acabaría con la corrupción. Pero, ¿en qué van las investigaciones del proceso Lava Jato? A.S.: Bolsonaro no fortaleció Lava Jato, al contrario, intentó frenar las investigaciones sin que nadie lo percibiera. El juez Sergio Moro resultó ser una decepción cuando quedó en evidencia que trabajaba para beneficiar a Bolsonaro y no para develar la verdad. Sin embargo, Lava Jato sigue a pesar de los constantes ataques del Congreso, del Supremo Tribunal Federal y del propio ejecutivo. Tal vez las investigaciones no sean tan largas ni tan espectaculares como antes. Pero hoy la que más ruido causa es precisamente la que se desarrolla contra el hijo de Bolsonaro, Flavio Bolsonaro. Por supuesto, Bolsonaro no dice nada al respecto, ni se pone colorado cuando declara que desde que comenzó su presidencia no ha tenido ni un solo escándalo de corrupción. Mentira.  SEMANA: Los medios también señalan que han aumentado la delincuencia común y los grupos paramilitares en las favelas porque el presidente, de alguna u otra manera, los incentiva. ¿Es eso cierto? A.S.: Él le da fuerza a todo tipo de derecha armada. Tanto en su gabinete como en los gabinetes de sus hijos contrataron paramilitares. Es importante recordar que el más importante traficante de armas de Río, uno de los confesos asesinos de la diputada y activista de izquierda Marielle Franco, era vecino de Bolsonaro. No hay crimen en esto. Pero lo raro es que al atar cabos se da cuenta de que uno de los familiares de Bolsonaro salía con la hija de este delincuente.  Bolsonaro siempre camina por una línea delgada entre la legalidad y la ilegalidad.  SEMANA: Finalmente, usted se ha quejado de la persecución a los medios y las constantes amenazas de Bolsonaro. ¿Se siente inseguro? A.S.: Bolsonaro persiguió a la empresa desde el primer día. Nos atacaba porque no le gustaban nuestros métodos de investigación, ni las conclusiones. A él solo le gusta la prensa cuando le es leal. Hoy, todavía nos da miedo que cierren el medio, pues no ha temido decir que así lo hará. Muchos no nos sentimos seguros bajo su mandato. Nos trae agrios recuerdos de la dictadura. Sin embargo, como ya dije, tengo fe en que las instituciones podrán detener sus arbitrariedades Lo espero por el bien de todos.