Polémicas, así han sido las palabras recogidas por un documental en el Reino Unido llamado “Prince Andrew: Banished”, en el que se ha buscado abordar el rol que ha desempeñado el príncipe Andrés al interior de la familia real y la repercusión que tuvo su escándalo sexual al interior de la casa real inglesa.

El documental, realizado por la compañía Peacock y dado a conocer tras la muerte de la reina Isabel II, tiene como uno de sus invitados más polémicos a el exsecretario de prensa de la familia real, quien sorprendió con la envergadura de las palabras empleadas para referirse al tercero de los hijos de la fallecida monarca, a quien señaló de ser ‘un idiota’, y a quien calificó como el ‘pequeño de la camada’, refiriéndolo como el torpe y dependiente de la madre.

El funcionario en mención, según recogen medios internacionales, es un hombre identificado como Dickie Arbiter, quien se desempeñó como portavoz de la fallecida monarca durante cerca de 20 años, y que por ende conocía muy bien a la fallecida reina, y estaba cerca durante su vida cotidiana, evidenciando también cómo era su relación con su entorno.

En su intervención en el documental, Arbiter, al igual que otros expertos, se refieren al príncipe Andrés, y le ridiculizan con sus comentarios, mientras reconstruyen los hechos que le llevaron a ser un ‘paria’ en la casa real, pese a ser, según ellos, el favorito de su majestad.

En el documental, el exfuncionario de la Casa Real señaló al príncipe Andrés como una persona que se cree ‘grande’, en virtud de los logros y méritos de quienes le rodean, pero que no ha conseguido los propios; no obstante, sí usa los de su entorno para sentirse superior a otros.

Según las declaraciones de Arbiter, el tercero de los hijos de la reina siempre mantuvo la conducta de “soy más grande que todos porque mi mamá es la reina”, refiriendo que siempre vivió a la sombra de ella, reiterando sin vacilaciones que el príncipe es “un hombre idiota”.

En sus declaraciones, según refieren medios como New York Post, que hacen una recopilación de lo más destacado del documental, el también extrabajador del hoy rey Carlos III señaló que, a diferencia de lo que han advertido muchas personas, el comportamiento del príncipe no debe ser relacionado con el método de crianza que le tocó como parte de la familia real, sugiriendo que no es algo que se evidencie en sus hermanos, quienes contaron con la misma formación.

En ese sentido, el exfuncionario refirió que parte de la responsabilidad de la actitud soberbia del príncipe Andrés era su propia madre, quien nunca ocultó que era su hijo favorito, y a quien le soportó, en la medida de los tolerable, lo que llamó como ‘payasadas’.

No obstante, en ese contexto, el extrabajador de la Corona refirió que como todo, existen límites, y que Andrés los alcanzó, llevando su actuar a puntos que ni su madre podía tolerar, y que la llevaron finalmente a actuar, separando de los deberes reales al príncipe, tras el estallido del gran escándalo sexual, y por su cercanía con el cuestionado Jeffrey Epstein, rodeado de un halo de controversia por sus actuaciones pedófilas.

Según el portavoz, ese pudo haber sido uno de los momentos personales más difíciles para la reina, quien, por más amor a su hijo, no podía seguir encubriendo el escándalo del que era señalado, luego de que una mujer lo señalara de haberla abusado, a lo que él respondió que ni la conocía, pese a existir registros fotográficos de los dos juntos.

El príncipe y Viriginia Giuffre, entonces Roberts, en la casa de Ghislaine Maxwell, en Londres. A pesar de esta evidencia, Andrés ha dicho que no recuerda haberla conocido. | Foto: Shutterstock

En ese sentido, Arbiter apuntó que si bien la reina pudo haber sido permisiva con su hijo, este llegó a niveles insostenibles, donde la reina mostró su talante y compromiso con la Corona, haciendo primar la institución de la corona por sobre los escándalos de su hijo, el mismo a quien él considera el ‘idiota’.

Por lo anterior, el príncipe Andrés, al igual que su sobrino, el príncipe Harry, se vieron impedidos para portar el uniforme en la mayoría de los actos del funeral de la reina Isabel.