Desde finales de julio se ha mantenido la tensión en la frontera entre Serbia y Kosovo, a pesar de que esta confrontación lleva bastantes años, y que recientemente la Otan se refirió afirmando que intervendría de ser necesario, pero que esperaba que primara el diálogo. Este 18 de agosto, la Unión Europa (UE) advirtió que este conflicto representa una amenaza más para la seguridad del continente.
Según informó el representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, Serbia y Kosovo no lograron llegar a un acuerdo para aliviar la tensión entre la frontera, la cual se incrementó tras el anuncio de Pristina sobre la implementación de una nueva legislación que restringía a los ciudadanos serbios en su territorio y que que entraría a regir desde septiembre.
“La reunión de hoy no era un encuentro normal o regular. Era una de gestión de crisis”, indicó Borrell, haciendo referencia a que la tensión entre Kosovo y Serbia, que ya ha comenzado a llamarse la “guerra de las matrículas”, estaría llegando en el peor momento, por lo que necesitarían insistir en el diálogo.
“Esto ocurre en un momento crítico para Europa. Vemos el regreso de la guerra a nuestro continente. Tras la invasión rusa de Ucrania, hacemos frente a un momento dramático y muy peligroso. Este no es tiempo para aumentar las tensiones, sino para buscar soluciones”, continuó insistiendo el alto representante de la UE.
Y agregó: “No nos damos por vencidos, tenemos que seguir negociando, tenemos que seguir buscando una solución”, indicando que a pesar de no haber llegado a una solución ahora, sí insistieron en que ambas partes estaban conformes con la decisión de continuar buscando una solución para ambas naciones.
El conflicto reciente entre ambos países habría iniciado justo un día antes de que comenzara a regir la ley de Kosovo que prohíbe los documentos de identidad serbios en su territorio, así como cualquier tipo de matrícula del país vecino.
Así, entonces, quienes quieran entrar y permanecer en Kosovo recibirían un documento temporal por parte de ese Gobierno en el que se les permite la estancia por un tiempo no mayor a 90 días.
Así mismo, la ley emitida prohíbe las matrículas de carros que no estén registradas en Kosovo, por lo que todas aquellas que sean de Serbia debían ser cambiadas por placas nacionales entre el 1.° de agosto y el 30 de septiembre, de lo contrario no se permitiría el ingreso o movilidad de los carros que no cumplan con lo demandado por el Gobierno nacional.
Las confrontaciones entre Kosovo y Serbia llevan muchos años, desde que Pristina declaró su independencia de Belgrado en 2008. Desde ese momento ya ha sido reconocida por más de 100 países, pero para su propio vecino todavía forma parte de su territorio nacional.
A partir de ese momento se han generado varios enfrentamientos y, desde el domingo 31 de julio, en algunas ciudades cercanas a pasos fronterizos se levantaron barricadas y se generaron disturbios con protestas en contra de la normativa que entraría en vigor el primero de a agosto.
Para ese momento el Gobierno kosovar informó que se habían desatado disparos, luego de que se cerraran los pasos fronterizos de Brnjak y Jarinje, según recogen medios locales.
Al parecer, se habría abierto el fuego por parte de la Policía de Kosovo luego de que hombres armados comenzaran a disparar a las autoridades, mientras que un grupo de personas pertenecientes a una minoría étnica de Serbia bloquearon la frontera.
Sin embargo, el Gobierno de Serbia negó las acusaciones y el enfrentamiento, lo que causó que se aumentara la tensión entre los dos países, al punto que la Otan emitió una declaración pública en la que afirma que está dispuesta a intervenir si es que se inicia un conflicto mayor entre las naciones vecinas.