En medio de críticas Rusia asumió este sábado 1 de abril la presidencia en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. El turno de Moscú, encabezando este organismo, ha sido recibido con escepticismo tanto por Ucrania como sus aliados al cumplirse más de un año desde las hostilidades en el este europeo y el despliegue de la “operación especial”.

El gobierno de Volodímir Zelenski rechazó la llegada de Rusia, durante abril, a la directiva de esa entidad. “La presidencia rusa del Consejo de Seguridad es una bofetada para la comunidad internacional. Insto a los miembros actuales (...) a frustrar cualquier intento de abusar de su presidencia”, dijo el ministro de exteriores Dmitro Kuleba.

Ese órgano está compuesto por quince integrantes y de este número cinco (incluyendo a Rusia) se rotan la presidencia mensualmente. Kuleba se había pronunciado al respecto, pues el jueves dijo que era una “broma de mal gusto”, considerando que aquel país había “usurpado su puesto” en el Consejo.

Vassily Nebenzia, representante permanente de Rusia ante las Naciones Unidas, habla durante una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU. | Foto: AP / John Minchillo

“Es un claro recordatorio de que algo anda mal con la forma en que funciona la arquitectura de seguridad internacional. Un Estado que arruina sistemáticamente la paz y la seguridad internacionales presidirá el órgano encargado de mantenerla”, mencionó el canciller ucraniano.

La reacción de Moscú

Los cuestionamientos de Kiev no tuvieron mayor eco en Moscú, al anunciar que su delegación ante la ONU estará presidida por el ministro de Relaciones Exteriores, Serguéi Lavrov, luego de que concluyera el tiempo de Mozambique. Lavrov tiene programado encabezar un encuentro sobre “multilateralismo efectivo”, al cierre de abril, según dijo su vocera, Maria Zakharova.

Para el 25 del mes en curso se espera que el canciller también dirija una reunión en torno a Oriente Medio. Esta semana el organismo sesionó y tuvo como tema central el anuncio de un despliegue de armas nucleares tácticas en Bielorrusia.

El presidente de Bielorrusia instó a una mesa de negociaciones entre los gobiernos de Rusia y Ucrania. | Foto: Reuters / Agencia de Noticias de Asia Occidental)/Folleto (izquierda); Reuters / Presidencia de Ucrania (derecha)

El encuentro se llevó a cabo a petición de Estados Unidos y Albania y el foco de discusión ha elevado las tensiones entre el gobierno de Vladimir Putin y Occidente. Por su parte, el representante de Moscú ante las Naciones Unidas, Vasily Nebenzya, señaló que se había tomado esa decisión para salvaguardar la seguridad de su país y la del presidido por Alexander Lukashenko.

El jefe de Estado bielorruso aseguró estar preparado para recibir armas nucleares “estratégicas” de su aliado, además de las “tácticas” que se quieren desplegar en ese país, limítrofe con algunos territorios de la Unión Europea (UE) y de la OTAN.

Aniversario de la liberación de Bucha

Hace un año la ciudad de Bucha fue ‘liberada’, después de haber sido escenario de una masacre atribuida a las fuerzas militares cuando dieron paso el 24 de febrero de 2022 a una invasión en Ucrania. Al recordar las imágenes que dieron la vuelta al mundo el presidente, Volodímir Zelenski, se comprometió a una victoria total.

“Ganaremos, es seguro. El mal ruso caerá, precisamente aquí en Ucrania y ya no podrá levantarse”, dijo el mandatario durante una visita a esa zona en compañía de los primeros ministros de Eslovaquia, Croacia, y Eslovenia; así como la presidenta de Moldavia.

El presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, visitó Bucha a un año del aniversario de la masacre (imagen de referencia). | Foto: Reuters / Valentyn Ogirenko

Exactamente fue el 31 de marzo del año pasado cuando el Ejército ruso se retiró de Bucha y dos días más tarde empezaron a circular fotos de civiles sin vida tirados en las calles. Al panorama se sumaron vehículos carbonizados y también viviendas destruidas.

Tanto Ucrania como Occidente denunciaron la práctica de “crímenes de guerra” y ejecuciones sumarias que, según Volodímir Zelenski, serán actos “reconocidos por el mundo como un genocidio”. El Kremlin rechazó las acusaciones y afirmó que las imágenes eran un “montaje”.

*Con información de AFP y Reuters.