El presidente Jair Bolsonaro redobló el martes sus ataques contra las instituciones y el sistema electoral de Brasil en una jornada en que buscó movilizar a sus seguidores con marchas en las principales ciudades.
En plena caída de popularidad y enfrentado al Supremo Tribunal Federal (STF) desde hace semanas, Bolsonaro convocó marchas con motivo del Día de la Independencia: por la mañana arengó a sus partidarios en Brasilia, antes de viajar por la tarde a Sao Paulo, donde según la policía reunió a 125.000 personas.
“Queremos elecciones limpias, democráticas, con conteo público de los votos. No puedo participar en una farsa como la que defiende el Tribunal Superior Electoral”, dijo el mandatario ante una multitud en la céntrica Avenida Paulista.
Bolsonaro lleva meses cuestionando la fiabilidad de las urnas electrónicas, que funcionan desde 1996 y lo condujeron a él mismo en sucesivos mandatos a la Cámara de Diputados y a la Presidencia en 2018.
Sus críticas, sin fundamento, hicieron que el STF y la justicia electoral abrieran investigaciones en su contra, algo que inflamó aún más la retórica del mandatario.
Arengando a sus partidarios, Bolsonaro le dijo en días pasados a los jueces de ambos tribunales que: “Solo Dios me saca” del poder. “Solo salgo preso, muerto o victorioso”, completó.
Tanto en Brasilia como en San Paulo, los bolsonaristas -la mayoría sin mascarillas- se movilizaron portando banderas nacionales. Algunos corearon lemas golpistas, otros criticaron a los expresidentes izquierdistas Luis Inácio Lula da Silva (2003-2010) y Dilma Rousseff (2011-2016) y otros rezaron por el presidente, quien entre su base electoral cuenta con buena parte de evangélicos.
“No queremos una ruptura. No queremos pelearnos con ningún poder. Pero (...) no podemos permitir que una persona ponga en riesgo nuestra libertad”, dijo en Brasilia Bolsonaro, en alusión a Alexandre de Moraes, uno de los jueces que lleva estos casos.
Y añadió que “o bien el jefe del STF coloca a (este juez) en su lugar, o bien este poder sufrirá las consecuencias que nadie quiere”.
Miles en Copacabana
Miles de personas también se congregaron en la playa de Copacabana de Rio de Janeiro, en Sao Paulo, la ciudad más poblada del país, también se desarrolló una manifestación opositora bajo el lema “Fuera Bolsonaro”, que según la policía reunió a 25.000 personas.
Hasta ahora las manifestaciones del martes transcurren sin grandes disturbios. La víspera, cientos de manifestantes se concentraron en la región central de Brasilia y, tras romper un bloqueo policial, muchos de ellos ingresaron con camiones y otros vehículos por la avenida que conduce al Congreso, al Supremo Tribunal Federal y otros edificios del gobierno.
Las movilizaciones y los posibles episodios de violencia han acaparado el debate público en Brasil, inclusive con alertas para evitar algo similar a la invasión en enero pasado del Capitolio de Estados Unidos por partidarios del entonces presidente Donald Trump.
“Ensayo general” para 2022
Bolsonaro afirmó en los últimos días que esperaba movilizaciones multitudinarias para enviar un “ultimátum” a los jueces de la corte suprema.
El índice de popularidad de Bolsonaro cayó en julio al 24 %, su nivel más bajo desde que llegó al poder en 2019, debido especialmente a la gestión de la pandemia, que ya deja más de 580.000 muertos, y una crisis económica que está repercutiendo en el bolsillo de los brasileños.
Para Maurício Santoro, de la Universidad del Estado de Rio de Janeiro, esta es la primera vez desde la vuelta de la democracia en Brasil que se “vive una situación así, semejante a lo que vimos en países como Hungría, Polonia, Venezuela y en Estados Unidos durante Trump. Es una retórica autoritaria que debilita la democracia por dentro”, dijo a medios internacionales.
A 13 meses de las elecciones presidenciales, “lo que estamos viendo hoy es un ensayo general de Bolsonaro” para entonces, agregó este profesor de Ciencia Política, que teme situaciones venideras de “violencia y de inestabilidad”.
Según los sondeos, Bolsonaro sería ampliamente derrotado por el expresidente Lula da Silva, quien todavía no ha confirmado su candidatura.
*Con información de AFP