SEMANA: ¿Por qué está ganando el rechazo a la nueva constitución?

Isidro Solís: Lo que indican las encuestas, tiene dos fundamentos. Primero hay un tema de contenido, creo que en el debate público, la opción del Apruebo no ha logrado asegurar a la ciudadanía, no ha logrado desmentir lo que es los partidarios del Rechazo hemos sostenido, como instituciones de dudosa calidad, de muy mal diseño y, por lo tanto, malas para el futuro institucional.

Por otro lado, yo creo que los afectados muchísimo, pero muchísimo lo que fue el comportamiento del interior de la Convención Constitucional. La Convención Constitucional fue en realidad una especie de performance de gente de sectores muy fuera de las tradiciones de la sociedad chilena, que de alguna u otra manera agudizaron los enfrentamientos y los conflictos al interior hasta terminar con una visión de la sociedad en su conjunto muy crítica.

Este domingo, Chile volverá a las urnas para decidir si aprueba la nueva Constitución o no. Por ahora, pareciera que el voto negativo se consolida. | Foto: 2019 Getty Images

SEMANA: ¿Cuáles son los riesgos de aprobar ese cambio constitucional?

I.S.: Yo soy abogado y, por lo tanto, lo que más me preocupa en la práctica es el funcionamiento de los sistemas de justicia. Te introducen en esta Constitución, algunos elementos que son totalmente nuevos, carecen de tradición en Chile y desde nuestro punto de vista, de muy mal diseño, como son la el reconocimiento de unos supuestos sistemas de justicia indígena, que serían anteriores al Estado y, por lo tanto, que el Estado no los crea, sino que simplemente lo reconoce, con una evidente falla desde el punto de vista dogmático, de no tener, como decimos los abogados, fuente conocida.

O sea, nos dicen que se va a crear sistemas jurídicos. Eso habla, no solo de la organización, que son las normas procesales, sino los sistemas jurídicos, habla también de las normas sustantivas. Es decir, las leyes de una aplicación absolutamente global, decir con todas las competencias, incluyendo la competencia para materias penales y además de aplicación obligatoria.

Son paralelos, con todas las competencias, o sea, con la plenitud de las competencias y además obligatorio para quienes pertenezcan a los pueblos originarios, estén ellos dispuestos o no a someterse a esa jurisdicción. Desde ese punto de vista, lo que nosotros vemos en Chile es que eso genera un riesgo de incerteza jurídica, por un lado, a quienes se les aplica.

En segundo lugar, un tema de que rompe un principio que para nosotros es esencial en la democracia, que es el principio de igualdad ante la ley, porque en la práctica pasamos a vivir con 13 sistemas de justicia paralela, sin saber muy bien cuáles son las fuentes legales de los otros 12 sistemas, y, por lo tanto, lo que anticipamos es una conflictividad extraordinariamente grande y afectará negativamente al país.

Gabriel Boric junto al proyecto de la nueva Constitución | Foto: AFP

SEMANA: ¿Por qué termina siendo tan impopular un proyecto que generaba tanta ilusión?

I.S.: Tengo la impresión de que el proceso tiene algunos pecados originales. En primer lugar, es diseñado por gente que producto de su propia historia tiene una muy poca forma, para decirlo de manera brutal, que tiene muy poca comprensión de lo que es la constitución de instituciones.

Por otro lado, pasa una cosa que es bastante práctica, la principal fortaleza del proceso se transformó en su principal debilidad; aquí hubo una explosión de colectivos identitarios que expresaban, por cada uno de ellos, no una visión global de la sociedad, sino que única y exclusivamente reivindicaciones de carácter muy particular. Por lo tanto, la forma de construir mayoría fue, en la práctica, que todos estos colectivos identitarios trataron cada uno de imponer única y exclusivamente su reivindicación al margen de lo que podía hacer una institucionalidad que mirara a la sociedad que es un conjunto.

Eso tuvo dos efectos, el primero, que al tratar de meter en la Constitución todos los focos de conflictividad que representaban estos grupos que lo apoyaban, automáticamente generaron una reacción en cadena al interior de la sociedad. Cada colectivo identitario generó por decirlo de alguna manera su propia némesis, cada causa trajo su contra causa, y eso generó que la sociedad reaccionara muy agredida por lo que se estaba diseñando dentro de la Constitución.

En segundo lugar, eso terminó generando una institucionalidad que muy difícil de articular, que es muy difícil de entender, y que finalmente terminó no expresando a grandes mayorías, sino que esta es una sumatoria de pequeñas causas que lograron imponer un texto. Pero eso claramente no refleja la postura de la mayoría de la población.

SEMANA: De ganar el rechazo, ¿perdería legitimidad el gobierno de Gabriel Boric?

I.S.: El Gobierno ha tenido una conducta bastante imprudente al jugarse como el representante y el capitán de una opción, porque eso desgraciadamente lo que hace es hacerte responsable del resultado. Y, por lo tanto, lo más probable es que el domingo emerja un gobierno derrotado y desde el punto de vista político siempre es malo y desde el punto de vista institucional.

Lo vamos a tener que calcular el día lunes y cuando ya sepamos efectivamente las magnitudes. No es lo mismo que eventualmente alguien pueda ganar 51-49, a que alguien pueda ganar 60-40. Cuando uno ya puede hacer el cálculo exacto del resultado, va a poder efectivamente hacer el cálculo de las consecuencias políticas que esto va a tener. Hoy día, la verdad es imposible.