Anneke Lucas, una mujer belga, confesó cómo su madre la vendió a una red de pedófilos cuando tan solo tenía seis años de edad; según su relato, esto sucedió en 1969 y todo comenzó cuando fue obligada a participar en una orgía de máscaras en un castillo.
El relato de Lucas fue entregado a Unfiltred Sotries y recogido por el Daily Mail, allí relata como su madre tomó el papel de proxeneta, la excluyó de la escuela y la llevó a los encuentros de la red.
La mujer, que ahora tiene 58 años, explicó que desde afuera su familia lucía muy “normal”, pero que todo cambió cuando su madre se casó por segunda vez y se mudaron a Flandes.
Según explicó, la mujer de la limpieza que le ayudaba en la casa le ofreció a su mamá llevarla de paseo con un grupo de niños que parecía cambiar constantemente; después de un año, aproximadamente, el esposo de la colaboradora le ofreció integrar a Anneke a la red de pedófilos, donde el primer encuentro en el que participó fue una orgía de máscaras.
“Una vez que me llevaron a la red, mi madre tomó el relevo de los proxenetas. (...) Realmente no sé qué sucedió exactamente, pero traté de decirle a mi madre con las palabras que tenía disponibles en ese momento y, en lugar de protegerme, ella misma comenzó a conducirme”, señaló Lucas en su testimonio.
Para esta mujer era muy extraño que, pese a que su madre nunca había tomado clases de conducción, logró obtener la licencia y también, de un momento a otro, tuvo acceso al único auto automático disponible en ese momento, algo que ella cree que le fue otorgado como contraprestación por haberla ofrecido a la red de pedófilos.
“Fui traficada a una red de pedófilos que en ese momento estaba formada por los VIP del país. (...) Todos eran bastante poderosos y tenían puestos importantes. Era una mezcla de políticos, funcionarios de alto rango, funcionarios gubernamentales, clérigos y aristócratas”, señaló.
Anneke relata que estuvo por fuera de la escuela para poder cumplir los compromisos que organizaba su madre, a quien conocían como una mujer de familia; además explicó que estuvo sometida a amenazas de muerte si contaba lo que sucedía con ella y con la organización a la que era llevada: “Quedó claro desde el principio que si hablaba, me matarían”.
Otro dato revelador que confesó la mujer tiene que ver con su cercanía con la muerte, pues fue testigo de cómo varios niños morían en medio de los encuentros por cuenta del maltrato extremo al que eran sometidos.
En 1972, explicó Anneke, su futuro cambió al ser vendida a una red internacional en la que, además de ser una esclava de élite, debía cumplir labores de espionaje y hacer que los hombres se enamoraran de ella, a pesar de que solo tenía nueve años de edad.
Una vez la mujer pudo dejar atrás esta vida y abandonar para siempre las redes internacionales de pedófilos que la tenían sometida, pudo adaptarse de una forma regular a la sociedad y, según sus palabras, pudo tener “más empatía y amor por las personas”.
Anneke dejó Bélgica en 1980 y se fue a Nueva York para establecer una familia y crear la fundación Liberation Prison Yoga en 2014, dedicada a brindar ayuda a mujeres que habían sido secuestradas y abusadas durante su niñez.
La mujer calcula que pudo ser abusada por más de 1.700 horas antes de cumplir 12 años de edad, dato escalofriante que deja ver la crueldad a la que fue sometida por su madre desde que tenía seis años y hasta que logró revelarse y abandonar las organizaciones donde era abusada.