La Iglesia católica atraviesa un momento de tensión en Bolivia, país donde permanece en el ‘ojo del huracán’, luego de que salieran a la luz presuntos casos de abuso contra menores de edad. “Los niños vivían un infierno” llegó a decir el exreligioso Pedro Lima, hombre que denunció una red de supuestos agresores.
La institución afirma estar colaborando con la investigación sobre pederastia que tiene en vilo al país suramericano; sin embargo, abiertamente expuso su inquietud por la “actitud agresiva” de autoridades que señalaron un encubrimiento de los casos.
“Estamos horrorizados, avergonzados, entendemos muy bien la rabia y la cólera que se genera ante unos ministros sagrados que han traicionado su misión”, dijo el portavoz de la Conferencia Episcopal Boliviana (CEB), Andrés Eichmann Oehrli, en diálogo con la agencia AFP.
Las denuncias tienen su foco en Alfonso “Pica” Pedrajas, un jesuita fallecido en 2009 a los 66 años, y cuyos escritos mantienen en la vergüenza a la Iglesia de esa nación.
Allí se estima que el 58 % de los 12 millones de habitantes profesan el catolicismo. En concreto, fueron 85 las presuntas víctimas sexuales en casi cuarenta años que ejerció como profesor.
Iglesia dice escuchar a las víctimas
Luego de las revelaciones que hizo el diario español El País, respecto a las confesiones de Pica a finales de abril, la fiscalía boliviana identificó a 17 víctimas y a 35 aparentes agresores que tienen alguna relación con la Iglesia; misma que, de acuerdo con el laico, Eichmann Oehrli, está escuchando a las víctimas e impulsándolas para ‘destapar’ el nombre de otros posibles responsables (si es el caso).
El procurador general del país, Wilfredo Chávez, designado por el gobierno para defender los intereses del Estado, pidió “una sanción penal ejemplar” que “rompa de una vez la estructura de encubrimiento sistemático que existió en el país por parte de la Iglesia católica”.
En el diálogo con AFP el vocero de la Conferencia Episcopal de Bolivia, Andrés Eichmann Oehrli, se pronunció sobre el papel ejercido por la institución religiosa para poner fin al flagelo del que habrían sido blanco decenas de niños. En principio, hizo hincapié en un rol ‘activo’ en el cual tengan lugar las denuncias.
“Somos los primeros en decir, por favor, a las víctimas: acérquense a la comisión de escucha (...) Hay varios canales, hay una línea gratuita. Se puede ir personalmente, físicamente a la oficina, hay una línea de WhatsApp (...). Además de escucharlas, se las va a animar y, si hace falta, acompañar a que hagan su denuncia ante el Ministerio Público. Pero una cosa que parece que no tuvieran siempre en cuenta nuestras autoridades del Estado, es que ninguna víctima puede ser presionada para denunciar”.
¿Habrá lugar a indemnizaciones?
Nuevamente al fijarse el interrogante sobre si hubo o no conocimientos de los casos y posterior inacción, Eichmann Oehrli fue enfático en que, de ser así, es necesario conocer nombres, lugares y fechas. Según él, de lo contrario se trataría de señalamientos sin justificación, aunque exhortó a denunciar para lograr una “iglesia limpia”.
No obstante, el vocero de ese organismo apuntó a que, actualmente, desconoce encubrimientos. A la consulta de AFP sobre si en Bolivia habría indemnización a las víctimas, Andrés Eichmann Oehrli, no lo descarta.
“Los delitos en el derecho penal boliviano son intuito personae (recaen sobre la persona). Entonces no hay casos de imputación criminal a instituciones. En una reforma (...) que hubo del Código Penal, se abrió la posibilidad que hubiera una culpabilidad institucional, pero todavía no conocemos ningún caso semejante. Si se diera el caso, entonces la autoridad podría establecer una indemnización. Pero eso pertenece por ahora más a la cultura anglosajona”, concluyó.
*Con información de AFP.