A 10 años de cárcel fue condenado un sacerdote que fue acusado de haber abusado sexualmente de una niña en la región oriental de Santa Cruz, Bolivia, confirmo la Fiscalía.
La decisión fue adoptada por el Juzgado Décimo Séptimo de Sentencia que dispuso que el religioso, identificado como Juan Roca Fernández, de 51 años, cumpla la sentencia en el Centro de Rehabilitación Santa Cruz ‘Palmasola’ conocido como “pueblo prisión”.
El fiscal departamental de Santa Cruz, Roger Mariaca, indicó: “En este caso se colectaron todos los elementos de convicción, como la declaración de testigos, el examen social y psicológico de la víctima, pericias psicológicas, el informe policial, entre otros elementos que fueron valorados por la autoridad jurisdiccional que determinó la sentencia para el sujeto”.
El sacerdote era párroco de una iglesia en la zona Pampa de la Isla, en la ciudad de Santa Cruz, donde, según el Ministerio Público, cometió el delito en diciembre de 2021.
El fiscal que llevó a cabo la investigación, Iván Ortiz Tristan señaló que el sacerdote sostuvo una relación sentimental con la madre de la niña, de diez años, y le había prometido ayudarle económicamente para criar a sus hijos.
El fiscal del caso, Iván Ortiz Tristan, informó que el hecho se registró el 14 de diciembre de 2021, en la ciudad de Santa Cruz, cuando la menor se quedó sola en su domicilio y el sindicado, que además sostenía una relación sentimental con su madre, llegó a su casa para dejar dinero y víveres.
De acuerdo con las investigaciones de la Fiscalía, ese día el religioso aprovechó que la niña estaba sola y la llevó cerca del baño, donde “la abrazó y la besó por la fuerza”, en contra de su voluntad, en una oportunidad, indicó la estatal Agencia Boliviana de Información ABI.
La menor le contó a su madre que el sacerdote había abusado de ella, por lo que la mujer denunció el hecho ante la Fuerza Especial de Lucha contra la Violencia (FELCV), que procedió a la aprehensión del agresor, según el Ministerio Público.
Quién es el sacerdote
Roca Fernández nació en Montero el 17 de diciembre de 1971 y el 3 de junio de 2004 fue ordenado como sacerdote católico, “de manos del cardenal (extinto) Julio Terrazas”, según la publicación Campanas, que es el sitio oficial del Arzobispado de Santa Cruz.
Entre tanto, en Cámara Gesell, que es la herramienta de investigación forense que permite proteger a menores y adultos de la revictimización y que pertenece a la Fiscalía, se indicó que la declaración de la menor fue crucial porque demostraron que su testimonio coincidieron con las declaraciones iniciales en entrevistas psicológicas.
Ese organismo señaló que, pese a que la agresión sexual se presentó en 2021, “la víctima aún tiene secuelas y rompe en llanto cuando habla de tema”.
Más investigaciones
De otra parte, la fiscal distrital de Tarija, Sandra Gutiérrez, informó el pasado martes que en los últimos días recibió una nueva denuncia de pederastia cometida en 1988 por un párroco identificado como Otto S., de la comunidad de Camargo.
“Pese a los años y después de haber vivido un calvario por el trauma que aún sigue teniendo este señor, porque ahora ya es mayor de edad, decidió presentar su denuncia correspondiente”, indicó la funcionaria judicial en declaraciones difundidas por BTV.
La fiscal señaló que después de 35 años, la víctima relató ante ese despacho que sufrió agresiones del religioso de manera reiterada cuando solo tenía 15 años.
Aseguró que la víctima denunció en su momento ante algunas monjas de la parroquia, pero fue “acusado de mentiroso” y expulsado cuando quería hacer su primera comunión.
La funcionaria indicó que se activó la investigación y se recolectaron los indicios dando con el paradero del monseñor Otto, quien será sometido a una audiencia cautelar en las próximas horas, porque se hallaron elementos que lo señalan como autor del delito de abuso deshonesto.
La Fiscalía recibió hasta el momento ocho denuncias por pederastia en contra de sacerdotes y dispuso la reserva de estas investigaciones.
Caso de la Compañía de Jesús
Estos casos se presentan en momentos en que la Iglesia Católica de Bolivia enfrenta un gran escándalo tras conocerse recientemente una investigación periodística sobre un diario del jesuita español Alfonso Pedrajas, ya fallecido, en el que hace referencia a los presuntos abusos que perpetró a decenas de niños cuando estuvo al frente del Colegio Juan XXIII en Bolivia, desde 1971.
Por este escándalo, el exreligioso Pedro Lima, denunció que “los niños vivían un infierno”, quien reveló una lista de implicados en abusos a niños, niñas y novicios, en una red, según él, encubierta por los jerarcas jesuitas y que se extendió a un hogar de huérfanos en Cochabamba.
Se trata de Pica, Luis Tó, Antonio Gausset (Tuco), Francisco Pifarré (Pifa), Francesc Peris (Chesco) Jorge Vila y Carlos Villamil (Vicu).
“Los niños vivían un infierno, porque estos sacerdotes abusadores de día eran unos santos, de noche eran unos demonios”, sostuvo, tras indicar que llevaban una “vida doble”.
Añadió que “no ha sido un sacerdote, ha sido una estructura de sacerdotes que entre ellos (...) se apoyaban para que (esto) siga sucediendo”. Los superiores escuchaban “las denuncias de las víctimas”, las increpaban y las expulsaban del colegio, según Lima.
Por su parte, la Compañía de Jesús, la orden a la que pertenece el papa Francisco, pidió perdón a comienzos de mayo y aseguró que había suspendido a un número indeterminado de religiosos por el encubrimiento de Pedrajas.
Y mientras la fiscalía avanza en la investigación de al menos nueve denuncias, el presidente Luis Arce solicitó al Vaticano acceso a los expedientes relacionados con Bolivia dentro del vasto escándalo de pederestia que hace años golpea a la institución católica alrededor del mundo.
* Con información de AFP