Indignación ha despertado en Perú el caso de un joven de 25 años que, en medio de una publicación en la que narraba las actividades que había adelantado el pasado fin de semana, terminó confesando que fue protagonista de un delito al haber tenido relaciones sexuales no consentidas con dos mujeres.
No obstante, la confesión del joven, identificado como Sebastián Palacín Newell, se presentó de un modo al parecer inconsciente, pues el sentido de la publicación original era ufanarse de su vida de fiesta, titulando aquel video con la frase “Rey del trío marino”.
La narración inicial, que prendió las alarmas de las autoridades gracias a que miles de usuarios que se percataron de lo ocurrido, contaba que el pasado fin de semana el joven había sido invitado a una fiesta en el sur de Lima, donde él y sus acompañantes consumieron grandes cantidades de licor, contando que en medio de la fiesta, y en un estado de inconsciencia de las mujeres que los acompañaban, comenzaron a sostener relaciones sexuales.
Para los internautas, el video evidenciaba un caso de abuso sexual pues, como el mismo joven lo había descrito, las mujeres con las que sostuvo el encuentro sexual del que se ufanaba se encontraban en estado de indefensión, lo que conlleva que el acto podría ser considerado una violación.
En un aparte de la narración, el joven afirma que, tras comer pollo broaster, “recogimos a las das vándalas que estaban bien ‘In’ (...) hicimos que se vengan con nosotros con la persuasión y la percha”, procediendo a describir, con un lenguaje escueto y explícito, cómo sostuvieron el referido encuentro sexual con las mujeres a las que se refirió como “flacurris”.
Según comentan medios internacionales que recogen la historia, después de percatarse del calibre de lo confesado, Palacín Newell procedió a borrar su publicación, pero el hecho ya había trascendido y había germinado la semilla del escándalo que hoy centra la atención de los peruanos.
Tras la popularización del video, y luego de que las autoridades comenzaran a poner la lupa en el caso denunciado y en el proceso de identificación del joven que estaba haciendo la confesión, se descubrió que el señalado es hijo de un funcionario del Gobierno peruano, más precisamente de Julián Palacín, quien actualmente se desempeña como director del Instituto Nacional de Defensa de la Competencia y de la Protección de la Propiedad Intelectual (Indecopi), quien hasta el momento no se ha pronunciado respecto al hecho.
Acciones de las autoridades
Tras el estallido del escándalo, una de las primeras entidades que se pronunció fue el MIMP, Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables de Perú, entidad que, a través de un comunicado emitido en sus redes sociales, condenó los graves hechos descritos por el joven y elevó un llamado para que el Ministerio del Interior desplegara todos los esfuerzos requeridos para la investigación e identificación del responsable.
En su mensaje inicial, el MIMP abogó porque “se tomen las severas medidas correspondientes contra quienes cometen los delitos descritos”, entregando también un mensaje de solidaridad a las víctimas, a quienes solicitó instaurar la denuncia correspondiente.
“Los Centros de Emergencia Mujer y la Línea 100 se encuentran a disposición para atenderlas, así como cualquier otro caso de violencia”, reza el comunicado.
En el mismo sentido, desde referido Ministerio, también se conoció que la titular de dicha cartera, Diana Miloslavich, remitió un escrito formal a la Fiscalía de Perú, abogando porque se comience la debida investigación.
“Todo lo publicado no ha sido real, todo ha sido parte de mi imaginación”
En medio de la polémica, que fue creciendo como bola de nieve, incluso despertando mensajes agresivos en contra del protagonista del video, y aún después de que este fuese retirado, el joven, ya para el momento plenamente identificado, decidió emitir un segundo video, afirmando que el video anterior era falso.
En su nuevo video, Palacín afirmó que se había tratado de un “experimento social”, y adujo que “todo lo publicado no ha sido real, todo ha sido parte de mi imaginación”.
No obstante, la aclaración y petición de excusas del joven no satisfizo a la opinión pública, que aumentó su arremetida en redes sociales.
Incluso, desde el ya referido Ministerio de la Mujer y las Poblaciones vulnerables, se conoció un nuevo pronunciamiento, en el que se advertía a los entes investigativos que este nuevo video no debería interferir en el proceso ya en curso para esclarecer lo ocurrido.
En declaraciones entregadas a medios locales de ese país la exministra de la Mujer, Gloria Montenegro, aclaró que frente al caso referido, la “Fiscalía de la Nación debería de actuar de oficio”, refiriendo que las evidencias señalan que hay un caso de violación, con responsable identificado, no obstante, aún se desconoce la identidad de las víctimas.
En ese sentido, la exfuncionaria precisó que de acuerdo con la legislación vigente en Perú, el joven estaría sujeto, de ser encontrado culpable, a una pena de prisión de hasta tres años, y anticipándose a una de las aristas que puede tomar la defensa del auto incriminado, afirmó que este no podría llegar a argumentar que “no sabía lo que hacía”, aclarando que, de acuerdo a lo narrado, sí existiría un delito.
Según recogen medios locales como La República, según los datos oficiales de las autoridades peruanas, en los últimos cuatro años la cifra de menores víctimas de violencia sexual en Perú asciende a más de 21.000.
En esas mismas estadísticas se precisa que, durante el 2021, los Centros de Emergencia Mujer conocieron de un aproximado de 22.450 casos de violación, en su gran mayoría, el 64,6 % , contra menores de edad.
El referido caso confesado a través de las redes sociales, volvió a encender la polémica desatada la semana anterior en Perú por cuenta de una propuesta del presidente de ese país, Pedro Castillo Terrones, de implementar la castración química, como método de castigo contra los responsables de casos de abuso sexual.