El pasado 15 de julio, la policía de Kenia anunció la detención de un “asesino en serie psicópata” que confesó haber matado a 42 mujeres, tras el hallazgo de nueve cuerpos mutilados en un vertedero de la capital, Nairobi.
El sospechoso respondía al nombre de Collins Jumaisi Khalusha, de 33 años y “confesó que atrajo, mató y eliminó los cuerpos de 42 mujeres en el basural”, situado en la barriada de Mukuru, al sur de la capital, según indicó en rueda de prensa el jefe de la Dirección de Investigaciones Criminales, Amin Mohammed.
Después de 30 días de hacer pública la captura, las autoridades anunciaron que el presunto asesino se había fugado junto a otros 12 presos de una comisaría de la capital de Kenia, Nairobi, gracias, aparentemente, a la complicidad de varios agentes.
Los prófugos, en su mayoría inmigrantes eritreos que entraron en Kenia de forma irregular, se fugaron de la comisaría tras cortar un techo de alambre, algo que la propia Policía ha asumido que habría sido imposible sin algún tipo de ayuda desde dentro.
Las autoridades localizaron en su vivienda el material con el que supuestamente desmembraba los cuerpos y el sospechoso terminó confesando en los primeros interrogatorios que había asesinado a 42 mujeres desde el año 2022, entre ellas su esposa. Ante el juez, negó esta confesión, que atribuyó a supuestas coacciones.
A la espera de que pueda ser arrestado de nuevo, un responsable de la Policía, Gilbert Masengeli, ha puesto el foco en cómo pudo escapar de unas instalaciones teóricamente protegidas. En rueda de prensa, ha dado por hecho que los 13 prófugos “recibieron ayuda desde dentro”, por lo que ha ordenado suspender a los ocho agentes de guardia, según el diario The Standard.
El funcionario explicó que el sospechoso, que vive a unos 100 metros del basural, contó que su primera víctima fue su mujer, a la que “estranguló, antes de descuartizar su cuerpo y tirarlo” al vertedero.
Según la policía, los asesinatos se produjeron entre 2022 y el 11 de julio de 2024.
Desde que empezaron las búsquedas en el basurero mencionado por el asesino, se han encontrado nueve cadáveres, de los que al menos ocho son mujeres, según las autoridades. La edad de las víctimas oscila entre los 18 y los 30 años, dijo Mohammed.
La policía ha sido muy criticada por este caso, pues el basural se encuentra a menos de 100 metros de una comisaría.
El domingo, una multitud se concentró cerca del vertedero para protestar y fue dispersada por los agentes con gases lacrimógenos. Dos días antes, la autoridad independiente de control de la policía anunció que investigará si el cuerpo armado pudo estar implicado en esos asesinatos.