Un inusual caso se presentó en una escuela de Michigan, Estados Unidos. Allí, una menor de seis años repartió entre sus compañeros licor tipo tequila porque, supuestamente, lo confundió con un jugo, según explicó el centro infantil.
La escuela emitió un breve comunicado ofreciéndole disculpas a los padres de los menores y advirtiendo que habrán sanciones.
“Si bien tratamos de vigilar todo lo que nuestros estudiantes traen a la escuela, eso simplemente no es posible (...) Es desafortunado que este tipo de bebidas para adultos puedan confundirse fácilmente con bebidas aptas para niños”, indicaron los directivos.
Los padres de los pequeños aseguraron a medios locales que, al llegar a la escuela a recoger a los menores, los encontraron “mareados” y “aturdidos”. Aseguran que todo ocurrió durante el descanso de los niños, momento en que la niña se acercó a sus compañeros con una botella individual con dibujos llamativos y de color rosa, asegurando que era zumo de limón.
Posteriormente, en vasos empezó a repartir el licor. Lo raro es que casi todos los menores no tuvieron inconveniente en ingerir el líquido que terminaría embriagándolos, y solo uno de los niños se acercó a la profesora y le comentó que en el patio estaba una niña ofreciendo algo extraño en un vaso.
Inicialmente, la docente pensó que el menor le estaba mintiendo, pero cuando fue directamente a ver qué pasaba, constató que era real. Por lo tanto, puso en conocimiento de las directivas de la escuela lo ocurrido y contactó rápidamente a los padres de los menores para explicarles lo acontecido.
Sin embargo, los padres de los niños dicen no entender cómo pudo suceder eso y solicitaron que se abra una investigación y se sancione a los progenitores de la menor que, supuestamente, no sabía que la botella contenía alcohol.
“Mamá, me prendieron fuego”
Un caso desgarrador de bullying en menores de edad terminó afectando gravemente a un niño de seis años en la ciudad de Connecticut, Estados Unidos, según reportó la prensa de ese país.
La familia de la víctima aseguró al noticiero de televisión Telemundo que el pequeño estaba jugando en el patio trasero de su casa cuando otro niño cubrió una pelota de tenis con gasolina, le prendió fuego y se la lanzó en la cara.
“Mamá, me prendieron fuego”, solo alcanzó a gritar el niño de forma desesperada para que lo auxiliara su progenitora. El pequeño que fue atacado, identificado como Dominik Krankall, sufrió quemaduras de tercer grado, motivo por el cual sigue vendado, relató su hermana mayor, Kayla Deegan a la cadena de noticias NBC de New York.
El niño estaba jugando en el patio trasero de su vivienda con otros vecinos el domingo 24 de abril por la tarde cuando se produjo el incidente.
“En cuanto bajó las escaleras, el acosador lo llamó por su nombre y lo atrajo hacia la esquina, y en cuestión de segundos volvió a la esquina gritando, diciendo: ‘Mamá, me han prendido fuego”, contó Deegan al medio estadounidense.
De acuerdo con su relato, el niño vecino de ocho años tenía gasolina y encendedores en su poder, con los cuales cometió el ataque.
La víctima fue trasladada a la unidad de quemados del Hospital de Bridgeport. La policía señaló el martes 26 de abril que está investigando los informes preliminares de cuatro niños que fueron vistos jugando con gasolina y prendiendo fuego a objetos.
Según aseguraron los familiares del niño afectado, no es la primera vez que Kramkall termina en el hospital por culpa del niño acosador. “Hace dos meses, bajo la supervisión de la madre del niño acosador, este fue empujado contra la pared y cayó al suelo. Y de nuevo, la madre se niega a admitir que su hijo lo hizo”, dijo Deegan.
La policía, los bomberos y los equipos estatales de investigación de incendios están investigando la causa de las lesiones del niño, así como el incidente. Hasta el martes por la tarde no se habían presentado cargos.
“Es desgarrador, es enfermizo conocer a la familia. No se está haciendo nada al respecto”, lamentó la hermana del pequeño.
De acuerdo con el reporte de Telemundo, la familia del niño lastimado se propuso recaudar dinero para ayudar a pagar los gastos del hospital y para poder mudarse y encontrar otro lugar más seguro para vivir.