España dejará de hacer test a todos los sospechosos de tener covid, por lo que no contabilizará más cada contagio, en un paso hacia considerar el coronavirus como una enfermedad endémica, anunció este martes el Ministerio de Sanidad.
Gracias a “los altos niveles de inmunidad alcanzados en la población española”, el país puede avanzar hacia “una estrategia diferente” que centre sus esfuerzos “en las personas y ámbitos de mayor vulnerabilidad”, indicó el Ministerio en un comunicado.
Así, las pruebas diagnósticas de covid-19 dejarán de realizarse en todo caso sospechoso, para privilegiarse las “personas con factores de vulnerabilidad (mayores de 60 años, inmunodeprimidos y embarazadas)”, personal de salud y “casos graves”, señaló.
Además, a partir del lunes, cuando entrará en vigor la nueva estrategia, “los casos confirmados leves y asintomáticos no realizarán aislamiento” y las personas que hayan tenido contacto con personas infectadas no tendrán que hacer cuarentena, agregó.
Esta estrategia podría revertirse si se produce “un cambio significativo en la tendencia que indique una circulación no controlada” del coronavirus, indicó el Ministerio de Sanidad, que desde la semana pasada dejó de publicar a diario los datos actualizados de la covid para hacerlo dos veces por semana.
En España, donde más del 92 % de la población mayor de doce años ha recibido la pauta completa de vacunación y el 51 % de sus 47 millones de habitantes tiene incluso la dosis de refuerzo, el Gobierno había anunciado hacía semanas que avanzaría hacia la gestión del coronavirus como una enfermedad endémica con la cual convivir normalmente.
El presidente del gobierno, el socialista Pedro Sánchez, afirmó a principios de marzo que “muy pronto” dejará de ser obligatoria la mascarilla en interiores, ya que el país se asoma a un “horizonte [...] de superación de la pandemia”.
Desde el comienzo de la pandemia hace más de dos años, España ha registrado más de 102.000 muertos y 11,3 millones de contagios.
Entre tanto, vehículos cubiertos de una capa de polvo naranja, pasillos del metro con arena y un cielo teñido de rojo, son el panorama que deja en el país de la nube de polvo proveniente del Sahara que se cernió desde la noche del lunes sobre buena parte de España, antes de continuar hacia Francia.
Personas limpiando con mangueras sus coches, sus terrazas o los portales de los edificios se podían ver en pleno centro de la capital española, donde este fino polvo ocre transformó el paisaje.
En el metro y los estacionamientos los suelos estaban polvorientos y las ventanas en los últimos pisos de los edificios mostraban manchas marrones.
Atravesando los Pirineos, el fenómeno llegó este martes al oeste de Francia, y debe continuar hacia el norte, según el servicio meteorología Météo France, que advirtió que podría prolongarse hasta el jueves.
En España, a este fenómeno meteorológico, de fuertes vientos calientes cargados de polvo de arena del desierto del Sahara, se le denomina calima. Es bastante común, sobre todo en el archipiélago atlántico de Canarias, situado en el noroeste de África.
El actual es un “extraordinario episodio de calima con reducciones de la visibilidad muy importantes en amplias zonas de la península”, detalló en un mensaje a periodistas Rubén del Campo, portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), que afecta a “ciudades tan distantes como Granada (sur), Madrid (centro) y León (noroeste)”.
Va a ser persistente, ya que “está previsto que continúe llegando polvo en gran cantidad” en las horas siguientes, dijo Del Campo.
*Con información de la AFP.