Varios miles de personas se manifestaron el martes en Madrid convocados por la extrema derecha española en contra del proyecto de ley del presidente del gobierno saliente, el socialista Pedro Sánchez, para amnistiar a los independentistas catalanes.
Casi 7.000 personas se unieron a la protesta frente a la sede del Partido Socialista, según la delegación del gobierno, con pancartas que decían “No a la amnistía”, “España no paga traidores” o “Pedro Sánchez a prisión”, según imágenes de la televisión pública.
Una parte de ellos lanzó proyectiles contra la policía, que finalmente los dispersó con cargas y gases lacrimógenos. Los servicios de emergencias médicas de Madrid le dijeron a la AFP que 39 personas resultaron heridas leves, entre ellas 29 agentes de policía.
Seis personas fueron detenidas por desórdenes públicos, según un balance provisional de la delegación del gobierno.
Según varios medios españoles, parte de los manifestantes habían intentado previamente acercarse al Congreso de los Diputados, protegido por un importante dispositivo policial.
Pedro Sánchez tiene hasta el 27 de noviembre para conseguir la confianza del Parlamento y mantenerse en el poder. Si no lo logra antes de vencerse el plazo, se convocarían automáticamente nuevas elecciones.
Su agrupación, el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), terminó en segundo lugar en las elecciones legislativas del 23 de julio y necesita el apoyo de los independentistas catalanes para lograr una nueva investidura.
Para convencerlos, propone este proyecto de ley para amnistiar a los separatistas procesados por la justicia española, especialmente en relación con la tentativa fallida de secesión de Cataluña en 2017.
Sánchez aún debe garantizar el apoyo de los siete diputados de Juntos por Cataluña (Junts per Catalunya, JxCat), el partido de Carles Puigdemont, líder de la intentona de 2017. El proyecto de amnistía despertó la indignación de la oposición de derecha y de extrema derecha.
Sánchez denunció el martes en su cuenta de X a “quienes por acción u omisión apoyan el asedio a las casas del pueblo socialistas”. El lunes, varios miles de manifestantes habían protestado también frente a las sedes del PSOE en Madrid, Barcelona y Valencia. Entonces, la manifestación de la capital se saldó con una intervención de la policía con gases lacrimógenos.
Un proyecto muy polémico
La ley de amnistía despertó la indignación de la oposición. Según esta, Sánchez, antes opuesto a esta medida, está dispuesto a todo con tal de mantenerse en el poder.
“No nos van a callar”, lanzó el jefe del Partido Popular (PP, derecha), Alberto Núñez Feijóo, quien pese a ser el vencedor de las elecciones legislativas de julio no consiguió los apoyos suficientes de otras formaciones para ser investido.
El Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), órgano colegiado que nombra a los jueces, aprobó una declaración con el voto a favor de los miembros conservadores en la que denunciaron que el proyecto de amnistía podría “degradar” y “convertir el Estado de derecho en objeto de mercadeo”.
En aquel convulso otoño de 2017, los principales dirigentes independentistas se marcharon al extranjero, como Puigdemont, o fueron encarcelados y condenados a penas que iban hasta los 13 años de prisión. Estas sentencias de 2019 generaron una ola de disturbios en las calles de Barcelona.
Después de su llegada al poder en 2018, menos de un año después del intento de secesión, Sánchez hizo de la distensión en Cataluña una prioridad.
En 2021, indultó a los nueve dirigentes separatistas condenados a prisión y, al año siguiente, su mayoría reformó el Código Penal para suprimir el delito de sedición por el que fueron juzgados.
*Con información de AFP