El Gobierno británico presentó el jueves una nueva definición del extremismo, que servirá para determinar qué organizaciones podrán beneficiarse de fondos públicos, que según sus críticos amenaza la libertad de expresión y apunta veladamente a organizaciones musulmanas.
La iniciativa fue presentada dos semanas después de que el primer ministro conservador, Rishi Sunak, calificara el extremismo de “veneno” para la democracia, propagado por “islamistas y grupos de extrema derecha”.
La definición será vinculante para organismos oficiales, que no podrán interactuar, acordar fondos públicos o trabajar con grupos definidos como extremistas. La nueva definición describe al extremismo como “la promoción de una ideología basada en la violencia, el odio y la intolerancia”, que busca “negar o destruir los derechos y las libertades fundamentales de otros” y “socavar, derrocar o reemplazar el sistema británico de democracia liberal parlamentaria y derechos democráticos”.
“Para proteger nuestra democracia y mejorar la cohesión social, es importante reforzar lo que tenemos en común y ser claros y precisos a la hora de identificar los peligros que plantea el extremismo”, defendió ante el Parlamento el ministro de las Comunidades, Michael Gove, añadiendo que es “preocupante que el conflicto en Oriente Medio acentúe la polarización” en Reino Unido.
En un contexto marcado por la guerra entre Israel y Hamás en Gaza, que estalló el 7 de octubre, en 2023 se registraron en el país 4.103 actos antisemitas, un 147 % más que en 2022. Y en los cuatro primeros meses del conflicto las acciones islamófobas se incrementaron en un 335 % respecto al mismo período de un año antes. La nueva definición es “más precisa” que la precedente de 2011, afirmó el Gobierno, añadiendo que busca “identificar mejor a organizaciones, individuos y comportamientos extremistas”.
Tras consultas a expertos, el Gobierno publicará en próximas semanas una lista de organizaciones consideradas extremistas. El ministro citó ya el jueves el nombre de organizaciones que suscitan “preocupación”.
Entre ellos figuran los grupos neonazis British National Socialist Movement y Patriotic Alternative, o en otro registro Muslim Association of Britain, Cage, que se presenta como una asociación que busca apoyar a personas afectadas por “la guerra contra el terrorismo”, o Mend, que afirma luchar contra la islamofobia.
Pero muchas voces consideran que la iniciativa del gobierno conservador busca sembrar la “división”, en tanto que otras muestran su preocupación porque la ven como una amenaza contra la libertad de expresión o como un ataque dirigido contra organizaciones musulmanas.
Antes de que se revelara esta nueva definición, los líderes espirituales de la Iglesia anglicana advirtieron el miércoles que corría el riesgo de “apuntar desproporcionadamente a las comunidades musulmanas, que ya enfrentan niveles crecientes de odio”.
“Reunir a las comunidades es el papel principal del gobierno y todo lo que conduzca a la división es malo para el país”, denunció el exdiputado laborista John Mann, ahora político independiente en la Cámara de los Lores y asesor del gobierno sobre antisemitismo.
*Con información de la AFP.