Una flotilla de aviones y embarcaciones especializadas participan en la búsqueda frenética del sumergible turístico desaparecido en el Atlántico Norte con cinco personas a bordo y que se está quedando sin oxígeno disponible.
La componen aviones de detección de submarinos, robots teledirigidos y equipos de escucha por sonar para ayudar a rastrear esa parte del océano en busca del submarino, que pretendía visitar los restos del naufragio del transatlántico británico Titanic.
Búsqueda aérea al principio
Al inicio de la búsqueda, el domingo, aviones militares estadounidenses y canadienses fueron enviados al sitio donde operaba el Polar Prince, la nave nodriza que lanzó el sumergible llamado Titán horas antes.
Varios aviones C-130 están recorriendo la superficie del mar intentando contacto visual y con radares. Por su parte, los aviones de patrulla marítima P-3 canadienses han desplegado boyas de sonar para tratar de captar sonidos desde la superficie del océano. Además, un cazador de submarinos P-8 canadiense, también se unió al esfuerzo de búsqueda.
Fueron los P-3 canadienses que detectaron el ruido submarino el martes, lo que proporcionó el primer rayo de esperanza de que las personas en el Titán aún pudieran estar vivas, indicó la Guardia Costera de Estados Unidos.
Barcos en el área
Deep Energy, un barco que coloca tuberías en el fondo del mar, se apresuró a llegar al lugar y lanzó robots al agua. Una foto de la Guardia Costera muestra el barco en el mar y su cubierta repleta de enormes piezas de equipo pesado.
Otros tres barcos llegaron a la escena el miércoles por la mañana.
La Guardia Costera de Canadá contribuyó con el Atlantic Merlin, que tiene un robot submarino, y el John Cabot, un barco con capacidades de sonar con barrido lateral para capturar imágenes más detalladas.
El tercero es el Skandi Vinland, una embarcación polivalente despachada por la empresa noruega de servicios petroleros DOF. Esta ha desplegado dos robots submarinos.
Más naves previstas
L’Atlante, barco de investigación perteneciente al Instituto Nacional de Ciencias Oceánicas de Francia, tiene previsto llegar el miércoles por la noche. Cuenta con un robot llamado Victor 6000, que tiene un cordón umbilical de 8 km y puede sumergirse más que suficiente para llegar al sitio del naufragio del Titanic en el lecho marino, casi cuatro km de profundidad.
La Guardia Costera estadounidense afirmó que se espera la llegada de otros cuatro barcos, incluido el militar canadiense Glace Bay, que cuenta con personal médico y una cámara hiperbárica utilizada para tratar a las personas involucradas en accidentes de buceo.
Así es el millonario negocio de los viajes hacia los restos del Titanic
El sumergible es coordinado por la compañía OceanGate Expeditions, en esta ocasión así como en misiones anteriores, todos sus tripulantes son personas adineradas.
En total son cinco los pasajeros del Titán, el empresario británico Hamish Harding, el aventurero francés Paul-Henry Nargeolet, el magnate de origen paquistaní Shahzada Dawood, residente en Reino Unido, y su hijo, Suleman, y el consejero delegado de OceanGate, Stockton Rush.
Cada cupo en el submarino puede costar cerca de 250.000 dólares, es decir unos 1.040 millones de pesos colombianos, un dato que proviene de un artículo de la CBS, escrito por el periodista David Pogue en noviembre de 2022, hablando sobre una misión de este tipo que él realizó con la misma compañía.
“No voy a mentir; estaba un poco nervioso, especialmente tras ver el papeleo, que decía: ‘Este buque experimental no ha sido aprobado ni certificado por ningún organismo regulador y podría provocar lesiones físicas, traumas emocionales o la muerte”, escribió Pogue para la CBS, demostrando el alto riesgo de este tipo de misiones.
*Con información de AFP.