El presidente de Colombia, Gustavo Petro, visitó Venezuela en los días recientes. Allí, aprovechó su encuentro con Nicolás Maduro para establecer un contacto con un grupo de opositores venezolanos, a pocos meses de las elecciones convocadas por el CNE para elegir nuevo presidente en el país vecino.
En diálogo con SEMANA, el expresidente interino y líder de la oposición, Juan Guaidó, se refirió a las reuniones que mantuvo el presidente Petro con opositores, incluyendo el encuentro ‘secreto’ que mantuvo con el candidato a la presidencia de Venezuela, Manuel Rosales.
El líder de la oposición, exiliado en Estados Unidos, rechazó la intervención de Petro en Venezuela, a la cual calificó como una injerencia. Se refirió al panorama electoral, que se ha visto opacado por la inhabilitación de candidatos de su partido, como es el caso de María Corina Machado y Corina Yoris, quienes han reportado una persecución exhaustiva por parte del gobierno de Nicolás Maduro.
SEMANA: ¿Cuál es su opinión sobre la reciente visita de Gustavo Petro a Venezuela, su reunión con Maduro y con miembros de la oposición?
Juan Guaidó: Vemos un esquema repetido donde el presidente Petro desconoce a la oposición, precisa y deliberadamente, cuando no se reúne con la candidata electa por los venezolanos en unas primarias, con la representación de la Plataforma Unitaria, la delegación incluso que nos representó en Barbados y él selecciona a quien llamar oposición. Esto es muy delicado porque raya en la injerencia de elegir contraparte.
Está especificado quién representa hoy el liderazgo opositor, pues no cabe margen de duda cuando existe una elección primaria en Venezuela y, adicionalmente, continúa un proceso de relativización de la violación de derechos humanos, de la ausencia de condiciones hoy en Venezuela, de la inhabilitación como herramienta de persecución política en el caso de nuestro país.
Si hoy fuera el caso al revés, en Colombia, Gustavo Petro jamás habría sido presidente. Hay una Corte Interamericana de Derechos Humanos que tiene sentencia, que habló precisamente de las inhabilitaciones como arma de persecución judicial. Lo que diferenció en su momento a Colombia es la fortaleza de las instituciones que hizo respetar una sentencia de la Corte Interamericana. Maduro claramente viola los derechos humanos y no ha respetado cualquier norma de convivencia básica, elemental, política, diplomática, incluso humana. Así que Petro ya está haciendo voz y está blanqueando lo que ha sido un atropello sistemático y la violación de derechos humanos en nuestro país.
SEMANA: ¿Usted cree que, en vez de ayudar, lo que está haciendo Gustavo Petro es perjudicar a la oposición en Venezuela?
J.G: Mientras trate de blanquear una política de la dictadura de Maduro, es decir, él unilateralmente selecciona a quien puede ser o no candidato, por supuesto que está perjudicando a la oposición, ayudando a una dictadura. Lo que esperaría cualquier demócrata del mundo, no solamente en Venezuela, sino en cualquier parte del planeta, es escuchar a un presidente que fue electo en unas elecciones, que lo favoreció una sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, hablando del respeto a los derechos humanos, obviamente a la posibilidad de elegir, a la posibilidad de tener opciones, que los venezolanos elijan el respeto del cronograma, el cese de la persecución política, que no haya tortura en Venezuela. Nada de eso se le escuchó al presidente Petro.
SEMANA: ¿Cuál cree usted que es el objetivo por el cual Manuel Rosales decide reunirse con Gustavo Petro y qué opina de esa reunión?
J.G: Habría que preguntárselo precisamente a Manuel, gobernador del Zulia, porque lo cortés o diplomáticamente correcto habría sido convocar a esa reunión a María Corina Machado, por parte del presidente Petro, por parte del gobernador del Estado Zulia, quien fue la candidata electa, insisto, por los venezolanos, en unas primarias, e incluso un acto de desprendimiento. Entendiendo el talante dictatorial del régimen de Maduro, se propuso de manera unánime en toda la oposición venezolana, representada en la plataforma electoral, con la cual tampoco se reunió el presidente Petro, a Corina Lloris, por ejemplo. Entonces, de nuevo, si se quería tener una aproximación con la oposición venezolana, creo que no hay que ser experto ni en política ni en diplomacia para saber que la indicada para una reunión de ese nivel es María Corina Machado.
SEMANA: ¿La cercanía del presidente Petro con Nicolás Maduro puede perjudicar al pueblo venezolano en este momento?
J.G.: Cada vez que alguien se acerca a un dictador está, de alguna manera, relativizando su posición y el objetivo, luego de esta visita reciente del presidente Petro, ha sido blanquear a una dictadura. Eso no ayuda a una solución política, eso no ayuda ni beneficia tampoco al pueblo colombiano. La crisis migratoria que se ha generado en Venezuela, ustedes lo saben bien, han hablado con decenas, con centenares de venezolanos, cada uno de los que nos están viendo seguramente tienen amigos venezolanos, les han narrado la situación en Venezuela, lo han visto, lamentablemente, incluso en las calles de Colombia, tiene su origen en la dictadura en Venezuela.
Para poder mejorar la relación comercial entre Colombia y Venezuela tiene que haber estabilidad en Venezuela, para mejorar la situación de paz en Colombia, para atacar o atender la situación con el ELN, la disidencia de las Farc hay que eliminar su fuente de protección y financiamiento, que se genera desde Venezuela. La aproximación a un dictador no es ni ideológica ni económica, tiene que ser con respeto a valores fundamentales y, en el caso de Venezuela, es sencillo exigir una elección libre y, por supuesto, los derechos fundamentales.
SEMANA: ¿Cuál es la situación de la oposición hoy en Venezuela, hay unidad dentro de la militancia para acabar con la dictadura? ¿Cuál es la estrategia de la oposición hoy para enfrentar al régimen de Nicolás Maduro?
J.G.: Creo que, más que nunca, hay unidad en torno a una candidatura electa, por eso Maduro la inhabilita. Estoy hablando, por supuesto, de María Corina Machado, hay una intención de sustituirla, a pesar de que es lo legítimo, lo correcto, permitirle a María Corina participar, porque están violando los derechos políticos de María Corina Machado, sino también los derechos políticos de todos los venezolanos, al decidir la dictadura quién puede o no participar.
Quiero ser muy responsable y tajante en esto: no hemos salido de la dictadura en Venezuela porque no ha habido unidad, había unidad consistente, constante durante casi 15 años en Venezuela, unas primarias hace más de una década. Cuando elegimos a Henrique, logramos arrebatar el Parlamento Nacional con 2/3 en el 2015, en unidad casi perfecta en contra de la dictadura en el gobierno interino y ellos, sistemáticamente, han perseguido, torturado, asesinado, inhabilitado, mandando al destierro, como es mi caso y el de Leopoldo y hoy debo decir que hay unidad en torno a María Corina Machado, quien le ganaría 80 % a 20 a Nicolás Maduro sin problema. Corina Yoris le ganaría, sin duda, 80 a 20. Ahora, la disposición de 12 personas que permitió Maduro que se inscribieran no quiere decir que no hay unidad en Venezuela, quiere decir que estamos luchando para que la unidad consolidada pueda participar el 28 de julio y, a través de un proceso como el que hoy se convocó, el 28 de julio, que no se le puede llamar elección, lograr una solución pacífica y política en lo que está sucediendo en nuestro país.
SEMANA: Se conoció la encuesta de Meganálisis en la que se asegura que la mayoría de encuestados piensan que la candidatura de Manuel Rosales es una traición a la oposición. ¿Usted qué opina?
J.G.: Maduro permitió que se inscribieran 12 candidatos, además de él, bloqueando la opción de la Unidad Democrática en Venezuela, electa en primarias. Caracterizar o catalogar a Manuel creo que abonaría más bien en lo que quiere la dictadura, es Manuel el que tiene que dar explicaciones. Y para nosotros en la oposición venezolana, es insistir que puede haber una sustitución de un candidato unitario, en este caso, insisto, María Corina Machado y Corina Lloris representan esa opción.
De no hacerlo, habrá que buscar también alternativas para expresar la mayoría que somos, que ha bloqueado, que ha tratado de secuestrar la dictadura y creo que la gente, los venezolanos, están muy claros en que es el régimen el que trata de bloquear una solución electoral en Venezuela.
SEMANA: Un 71 % de los encuestados quiere que María Corina Machado sea la presidenta de Venezuela, pero ahí hay un 18 % que aún no sabe cómo votaría. ¿Cuál es su opinión sobre esos indecisos y cuál es el mensaje que usted quiere darles?
J.G.: Recordemos que, además, en Venezuela hay una dictadura. Encuestar, hacer sondeos de opinión es difícil cuando hay persecución, cuando hay claro, rechazo lo que hace el régimen, pero incluso entendiendo que esto es una votación, que hay personas que están todavía decidiendo y que no es un panorama claro, mire, el 28 de julio, hay un proceso que hemos hecho, un gran esfuerzo para unificar los sectores de oposición para construir una solución alternativa. Maduro, a pesar de hacerse ver fuerte porque utiliza las armas, la persecución y la represión, no quiere ni puede medirse ni siquiera con una candidata sustituta, mucho menos con María Corina Machado. Eso habla de la debilidad electoral de respaldo popular de Maduro. Se desnuda, se refleja claramente como lo que es: un cobarde que no puede medirse ni someterse a la votación popular, así que a ese 18 %, todos ustedes quieren un país mejor, todos ustedes quieren una mejor opción para Venezuela y la estamos construyendo día a día, con mucho esfuerzo, con mucho sacrificio y creo que es un momento importantísimo para ver cambiar a nuestro país.
SEMANA: Usted acaba de hablar sobre una alternativa. ¿Cuál cree usted que es la alternativa? Y, si ninguna de las dos se pudiera postular como candidata, ¿cuál cree usted que es el escenario si eso finalmente no llegara a pasar?
J.G.: Creo que tenemos etapas intermedias, el 18 de abril se vence, por ejemplo, la licencia que otorgan los Estados Unidos a la dictadura de Maduro, producto del acuerdo en Barbados, que ha violado constantemente la dictadura. Hay que imponer entonces mecanismos de presión como las sanciones a la dictadura de Maduro para que paguen el costo, para que sean responsables de sus acciones, de sus delitos. En este momento, de aquí al 18 de julio, hay una posibilidad de sustitución en ese caso y tenemos que enfocarnos en eso, hay que enfocar en poder sustituir, en poder inscribir a Corina Lloris, que lo ha hecho bien Machado y creo que, de nuevo, nuestro rol en este momento es fortalecer el liderazgo legítimo electo por la gente, que es el de María Corina, y hay una ruta bien claramente planteada. Vamos a insistir en inscribir a Corina Yoris.
SEMANA: ¿Qué puede pasar en Venezuela donde metieran a María Corina Machado a la cárcel, cuál es el escenario más preocupante?
J.G.: Este es el manual que ha seguido Maduro desde hace ya más de diez años: persecución al entorno del líder político. Ya esa parte del manual la han cumplido con María Corina, su entorno cercano, sus jefes de campaña en los estados. Luego pasan a la inhabilitación política, a usar como arma el poder judicial, que es parte del mismo sistema totalitario en el caso de Venezuela. Luego, incluso bloquean alternativas y acciones, están por la parte de blanqueo de comunicaciones, por eso la visita de Gustavo Petro a Venezuela, para tratar de hacer ver que lo que está haciendo la dictadura es correcto.
Entonces, ya está en esta etapa, que es la amenaza física, que es la amenaza, incluso, y debo decirlo con responsabilidad, también a la vida de María Corina Machado. Lo hicieron con Enrique en su momento, con Leopoldo en el gobierno interino hicieron el mismo manual, aquí la primera alerta es la siguiente: debemos hacer responsable a la dictadura por sus acciones. Si atentan, si accionan en contra de la libertad de María Corina Machado, se debe actuar en consecuencia. Hablo obviamente de las herramientas que tenemos: sanciones personales a Nicolás Maduro y avanzar en lo que ha sido la Corte Penal, entre otras cosas.
Esto no es nuevo, esto es una herramienta sistemática que socava la democracia en su totalidad. Esto lo está leyendo Ortega, lo está leyendo Díaz-Canel, esto lo lee también incluso Putin, estrecho aliado de Maduro, por lo cual también tenemos que repensar cuáles son las acciones que la comunidad internacional tiene para hacer responsable a regímenes como el de Maduro, porque, si no, lo que se fomenta es el desorden y también hemos escuchado intenciones no solamente populistas, sino autoritarias en otros países en la región.
SEMANA: ¿Es suficiente el acompañamiento internacional que han manifestado algunos actores políticos fuera de Venezuela para la verificación de lo que va a ocurrir el 28 de julio?
J.G.: La evidencia es dura. No solamente es Venezuela que no ha logrado recuperar la democracia, reconstituir sus instituciones, fortalecerla. Pasa lo propio en Nicaragua, pasa lo propio en Cuba, pasa también en Bielorrusia, pasa obviamente en Rusia. Los actores internacionales tienen que hacer mucho más y tenemos que preocuparnos por la decadencia que puede tener en este momento el sistema democrático, no solamente en Latinoamérica, sino a nivel global, que genera desestabilidad, genera también y aumenta la brecha de pobreza en el caso de Latinoamérica, el flujo migratorio, que también perjudica y termina incluso en casos de xenofobia, como lo que hemos visto en la región, principalmente los venezolanos hoy que son víctimas de una dictadura, que están sobreviviendo precisamente a ese régimen. Así que tenemos que repensarnos claramente cuáles pueden ser las acciones para hacer responsables a dictaduras en Venezuela, por supuesto, y a nivel global.
SEMANA: ¿Qué falló en el diálogo? ¿Ya no es un camino el diálogo?
J.G.: La posibilidad de una negociación para lograr una transición es una posibilidad y siempre puede y debe estar ahí. Hay que entender lo que enfrentamos en Venezuela: es una dictadura que responde ante la presión, ellos estuvieron sentados en Barbados porque existían sanciones, porque incluso la Justicia había operado, habían detenido a un delincuente como Alex Saab, que fue devuelto a Venezuela.
Así que, mientras más sea la posibilidad de generar responsabilidad sobre personas como Maduro, un dictador señalado por delitos de lesa humanidad, siempre generará más espacios no solamente para lograr una solución a través de una negociación, pero también para poder, por ejemplo, proteger a quienes están en terreno, hablamos del caso de María Corina Machado. ¿Qué tiene que hacer también la comunidad para buscar proteger a María Corina Machado? Entender que es una línea roja que no se puede permitir que se pase, pero si eso pasa en Venezuela, si eso pasa en Nicaragua, bueno, en el resto de los países van a saber que nadie va a hacer nada. Así que, de nuevo, tenemos que ir a mejorar los incentivos y hacer responsable a dictadores.
SEMANA: De socio del régimen a un símbolo de trofeo para la dictadura, ¿cuál es su opinión de la captura de Tareck El Aissami?
J.G.: Si no fuera trágico, daría incluso risa. Tareck El Aissami no solamente fue ministro de Petróleo, fue gobernador, fue vicepresidente, fue ministro de Interior y de Justicia, de Chávez, de Maduro, etcétera. Es un socio claro de El Régimen. El comportamiento de la dictadura de Maduro como de crimen organizado, se robaron entre ellos.
Fueron 23 mil millones de dólares desaparecidos en tres años y lo que molestó a Maduro es que se robaron entre ellos. Hoy lo aparecen. Creo que puede ser el primer caso en la historia de aparición forzosa, es decir, ellos lo desaparecieron y lo hicieron aparecer un año después, en un momento de campaña, en un momento para dar respuesta seguramente a sus bases y a sus militantes, pero no hay cómo zafarse de personas como Tareck El Aissami para la dictadura, como Rafael Ramírez, como ‘el tuerto’ Andrade, como el caso de Odebrecht, como el caso de 600 mil millones de dólares que han desaparecido. Nada tiene que ver el problema de Venezuela con sanciones o con un supuesto bloqueo que se inventó la dictadura, tiene que ver con el saqueo continuado que han hecho durante 20 años a Venezuela y que se expresa hoy de la peor manera: migración, refugiados, ausencia de servicios básicos y un dolor profundo por la lejanía de casi 8 millones de personas.
SEMANA: ¿Usted cree que en algo sirve esa presión internacional, incluso de países de la región como Brasil, exigiendo unas elecciones justas en el país?
J.G.: Ellos (la dictadura) no responden a ese tipo de elemento que cualquier ser humano podría hacerlo, pero si lo aísla y pone el punto sobre lo que sucede en Venezuela, que no solamente es un tema de izquierda o de derecha, que es un tema de derechos fundamentales, de democracia versus la posibilidad de libertad y esa es la crisis que estamos atravesando en Venezuela, que la aproximación a Maduro por parte de Lula, de Petro sea desde el punto de vista ideológico, es una tragedia para los venezolanos, pero también incluso para los que se dicen de izquierda, para los que se dicen defender esa ideología, porque, evidentemente, Maduro es un criminal y aproximarse a él no solamente relativiza la tragedia venezolana, sino que ayuda a blanquear a una dictadura y habla mal de quienes lo defienden.
SEMANA: ¿Está haciendo bien Estados Unidos con la presión que ejerce contra el gobierno de Maduro o podría ser mayor?
J.G.: Estamos a meses de la posibilidad de una elección en Venezuela. Los próximos días serán claves. El 18, en una semana, se vence el plazo para lo que son las licencias a Nicolás Maduro, lo que es la posibilidad de hacer responsable al régimen por los crímenes que ha cometido. Entonces podremos hablar de las herramientas de la administración del presidente Biden a ejercer en una dictadura como la de Maduro, han querido hacer ver que estabilizar económicamente a Venezuela disminuiría la migración o alejaría, de alguna manera, a Maduro de Putin o Irán o incluso China.
Miren, la verdad es que la única forma de lograr eso es con democracia en nuestro país, así que creo que la administración puede hacer mucho más, creo que el 18 habrá respuesta clara y depende de ellos. Es evidente que hay que hacer responsable a Maduro de tener mejores herramientas para una negociación o lograr una solución a través del 28 de julio para los venezolanos, pero que mientras siga siendo la impunidad la que reine en personas como Maduro, como Ortega, lamentablemente eso fomenta la migración, el desorden e incluso acercar a estos regímenes a personas o países que quieren simplemente desestabilizar, en el caso específico de Rusia.
SEMANA: ¿Cree usted que la posible llegada de Donald Trump al poder podría ayudar en los propósitos de la oposición para terminar con el régimen en Venezuela?
J.G.: Hay una elección en noviembre en los Estados Unidos, serán los americanos los que van a decidir. Evidentemente, se vuelve a presentar el presidente Trump y el presidente Biden. Para nosotros, ambas administraciones, hemos trabajado el tema de Venezuela, debo reconocer el trabajo del presidente Trump en dar un paso audaz, arriesgado, en reconocer el gobierno interino en el 2019, en imponer sanciones a una dictadura. Bajo esa administración, se detuvo a Alex Saab y todo lo que ha sido el esfuerzo por recuperar la democracia en Venezuela. Así que esperemos que esa política siga siendo bipartidista y que logremos generar la suficiente presión y las herramientas para recuperar la democracia en Venezuela, pero, como tú sabes, en definitiva, nuestra aproximación ha sido bipartidista y ha tenido que ver con la recuperación de la democracia en Venezuela.
SEMANA: ¿Cuál es su opinión sobre el deseo del presidente Gustavo Petro en querer convocar una asamblea nacional constituyente en Colombia?
J.G.: Yo escuché por primera vez esa palabra como cuando tenía 15 años. Chávez había convocado a una constituyente... Por cierto, el referéndum aprobatorio fue el mismo día que mi pueblo natal, La Guaira, sufrió un deslave, un desastre natural grandísimo que acabó con la vida de miles de personas. En ese momento, recuerdo claramente, Chávez no paró la elección, sino siguió a cabo con la Constituyente, con la elección de la constituyente. Años después entendí que era que no le importaba la vida de los venezolanos ni los derechos de los venezolanos, simplemente era su proyecto político. Cuando se habla de la constituyente, se habla de un proyecto político y no puede ser un proyecto de la Constitución o el acuerdo social de un país, no puede ser el proyecto político de nadie.
Evidentemente, cuando escuchamos la palabra ‘constituyente’ pensamos en la tragedia, en Venezuela, pensamos en el poder secuestrado, pensamos en un proyecto personal y no en el bienestar de todos sus ciudadanos, así que es evidente que lo que hace falta en Colombia no es una constituyente y hablo con el absoluto respeto a todos los colombianos, porque son ustedes los que deciden, lo que hace falta para fortalecer la democracia es respetar las instituciones, disminuir la incertidumbre a través de fortalecer la economía del país, abrir la industria y lo que han venido haciendo en Colombia, la situación de seguridad, la situación de seguridad jurídica, la situación de seguridad personal que ha venido con el crecimiento de nuestro hermano país Colombia.
Así que para nada, para cualquier venezolano que escuche la palabra constituyente, lo que evoca es el inicio de la pérdida del poder del ciudadano, del desastre económico y de un proyecto personal y autoritario que inició Chávez y ha tenido un desenlace terrible para todos.
SEMANA: En caso de que María Corina Machado no pueda postularse como candidata, en caso de que no dejen a Corina Lloris hacerlo, ni puedan ustedes lograr en una estrategia a corto tiempo poner a otro candidato a representarlos, ¿usted estaría de acuerdo en que los venezolanos voten por Manuel Rosales?
J.G.: Manuel Rosales es uno más de los 12 que están inscritos hoy que permitió inscribir y quiero ser muy claro en esto: el gobernador Rosales es uno más de los que la dictadura permitió que se inscribieran a última hora para tratar de generar este falso dilema. Aquí el dilema para los venezolanos es más sencillo: cómo participar el 28 de julio en una opción unitaria y eso representa hoy la opción de Corina Lloris. Cuando se enfrenta una dictadura, se va un día a la vez, no se le devela toda la estrategia al régimen. Y también debo apoyar las palabras de María Corina, que decía que vamos a insistir hasta el 18 de julio en inscribir a Corina Lloris y también estaremos reunidos constantemente con todos los factores para tomar decisiones, como decimos, “en caliente”.