Corea del Norte conmemora por estos días el aniversario número 11 de la muerte de Kim Jong Il, padre de Kim Jong-Un, y, como el año pasado, rige una normativa bajo la cual está prohibido reírse, celebrar grandes eventos como matrimonios, cumpleaños u otros que impliquen júbilo y grandes aglomeraciones.
El veto se extiende hasta exhortar al hecho de no reírse. “Nunca debe beber alcohol ni participar en entretenimiento como cantar (...) durante el período de conmemoración”, dijo un ciudadano (de la provincia Ryanggang), quien reserva su identidad, al Servicio Coreano de Radio Free Asia, citado por Daily Mail.
“El ambiente de miedo que controla y presiona a los vecinos será fuerte durante el período de conmemoración (...). Si no te cuidas y no tienes cuidado, puedes meterte en serios problemas”, agregó.
En el lapso de ‘respeto’ se instó a la población para que evite hacer comentarios contrarios al gobierno de Kim, mientras se reiteró que agentes “secretos” estaban desplegados para verificar que la normativa no se incumpla. Según ese hombre, quien habló en anonimato, durante un lapso de siete días se dispuso una restricción a la movilidad.
“Todos los días se transmiten por televisión documentales sobre los logros de Kim Jong Il y su amor por el pueblo”, señaló otro norcoreano, cuyas palabras fueron recogidas por Daily Mail. La disposición incluye eventos de tributo como visitas a museos, conferencias frecuentes y cuyo mensaje concluye en una “lealtad infinita” al actual líder en Corea del Norte.
Algunas imágenes del fin de semana muestran a la gente dejando flores cerca de las estatuas de los exlíderes, Kim Il Sung, y Kim Jong Il. Ciertos residentes aseguran que, pese a las bajas temperaturas, son obligados a asistir a los servicios conmemorativos en lugares como la provincia de Pyongan del Sur.
“Las autoridades están ignorando a las mujeres que tiemblan incluso si muestran síntomas de congelación como hipotermia y picazón en la piel, por lo que la gente aquí está a punto de estallar de resentimiento”, dijo otra fuente residente en South Pyongan, al norte de Pionyang (la capital).
Defienden satélites ‘espía’
La hermana de Kim Jong-Un, Kim Yo Jong, despejó este martes –20 de diciembre– algunas dudas sobre el programa nuclear y su satélite espía, luego de que se anunciara que el país aplicó una serie de pruebas para poner en órbita el artefacto de reconocimiento militar de cara a 2023.
AFP citó a la agencia KCNA, al indicar que Kim Yo Jong calificó como “inapropiado y descuidado” evaluar el progreso y las prestaciones de los satélites de Pionyang, con base en dos imágenes publicadas en blanco y negro. Según la capital surcoreana estas habían sido capturadas con baja calidad.
La mano derecha de Jong-Un agregó que una cámara instalada en el satélite tenía “fiabilidad de control terrestre, incluido el control de actitud y el mando de control de tiro en un entorno de vuelo espacial adecuado (...). “Hemos llevado a cabo un test necesario y hemos reportado un resultado significativo y satisfactorio”, puntualizó.
En lo corrido de este año, Corea del Norte ha llevado a cabo una cifra máxima de pruebas armamentísticas que incluyen el lanzamiento de su misil balístico intercontinental (ICBM) de mayor desarrollo hasta ahora. Ese país acusó este martes a Japón de formalizar una presunta estrategia destinada a la “invasión”, a lo que dijo que podía desencadenar una “acción real” como represalia, informó Europa Press.