El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, realizó una intervención durante la apertura de la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas (ONU) que se puso en marcha este martes 21 de septiembre en Nueva York para abordar temas relacionados con la pandemia de coronavirus, las metas de sostenibilidad ambiental del planeta, los derechos humanos, entre otros.
Durante el evento, que se llevó a cabo de manera presencial luego de un año de ausencia por la pandemia, el presidente brasileño aseguró que su país estaba “al borde del socialismo”, pero que “ahora las empresas estatales (de Brasil) son lucrativas”.
“Vengo aquí para mostrar un Brasil diferente al que se señala en los periódicos o la televisión. Brasil ha cambiado mucho desde que asumimos el mandato. Durante dos años y ocho meses no ha habido ningún caso concreto de corrupción y Brasil ahora tiene un presidente que cree en Dios, respeta la Constitución y los valores, los principios y la familia”, agregó Bolsonaro.
El mandatario brasileño, quien asistió al evento sin haberse vacunado contra el coronavirus, aseguró que su país ha recuperado la credibilidad ante la comunidad internacional.
Durante su intervención ante la ONU, Bolsonaro defendió los “tratamientos tempranos” contra la enfermedad del coronavirus, aunque dichas alternativas no cuentan actualmente con evidencia científica demostrada. Además, criticó las “obligaciones” como la exigencia a los ciudadanos de un pasaporte covid que acredita por ejemplo haber sido vacunado.
Bolsonaro fue el primer dirigente político en tomar la palabra durante la apertura del principal foro de Naciones Unidas en Nueva York, una cita que el mandatario ha utilizado básicamente para defender su gestión al frente del gigante sudamericano.
¿Nueva York debió vetar a Bolsonaro?
El viaje del presidente brasileño a Nueva York estuvo acompañado por la polémica que ha generado su negativa a vacunarse contra el coronavirus, una decisión que teóricamente le habría vetado su asistencia si la ONU y la ciudad de Nueva York hubiese aplicado de forma estricta sus propias doctrinas.
El alcalde demócrata de Nueva York, Bill de Blasio, anunció hace un par de meses que esa ciudad exige el certificado de vacunación para permitir el acceso a restaurantes, salas de espectáculos, gimnasios y otros lugares públicos. En ese sentido, Nueva York se convirtió en la primera de las grandes metrópolis de Estados Unidos en crear un pase sanitario.
Entre tanto, aunque Bolsonaro ha asegurado ante la ONU que su Gobierno apoya los trabajos de vacunación, presumiendo incluso de que el 90 % de los adultos brasileños han recibido ya al menos una dosis de la vacuna, pero ha subrayado que no apoyará ni el pasaporte covid ni cualquier otra “obligación” asociada a la lucha contra la pandemia.
El mandatario brasileño también ha reivindicado la “autonomía” de los trabajadores sanitarios para tratar la enfermedad. “Yo mismo recibí un tratamiento temprano”, aseguró sobre su enfermedad de covid-19 en julio de 2020.
Bolsonaro ha asegurado “no entender” la oposición a este tipo de tratamientos y ha sugerido que “la historia y la ciencia harán que rindan cuentas” quienes los han criticado. Sus reproches se hacen extensibles también a las medidas de confinamiento adoptadas a nivel estatal y local, ya que considera que han provocado inflación y han repercutido sobre todo en el precio de los alimentos.
Por su parte, durante su llegada a Nueva York, Bolsonaro fue fotografiado comiendo de pie un pedazo de pizza en una calle, según la prensa brasileña, debido a su rechazo a vacunarse contra el coronavirus.
Como todavía no está inmunizado, el mandatario ultraderechista de 66 años no tiene el pase sanitario exigido para entrar en restaurantes y otros lugares públicos de Nueva York, como relataron los medios de Brasil.
*Con información de Europa Press