Creando un nuevo frente militar en Medio Oriente, el presidente estadounidense Barack Obama autorizó ataques aéreos de Estados Unidos dentro de Siria por primera vez el miércoles por la noche, así como una ampliación de los ataques en Irak como parte de "un esfuerzo continuo e implacable" para erradicar a los extremistas de Estado Islámico y su propagado reinado del terror. "Cazaremos a los terroristas que amenazan a nuestro país, dondequiera que estén", declaró Obama en un discurso al país emitido en horario de mayor audiencia desde la Casa Blanca. "Este es un principio central de mi presidencia: Si amenazas a Estados Unidos, no encontrarán un refugio seguro". Obama también anunció el envío de casi 500 soldados estadounidenses para asesorar y asistir a las fuerzas de seguridad iraquíes, así como para realizar vuelos de inteligencia y de reconocimiento, lo que eleva el número total de fuerzas de Estados Unidos enviadas a Irak durante el verano a más de 1.500. El presidente exhortó al Congreso nuevamente a autorizar un programa para entrenar y armar a los rebeldes sirios que combaten tanto a los militantes del Estado Islámico y al presidente sirio Bashar Assad. Los planes de Obama equivalen un notable cambio de postura de un presidente que alcanzó la prominencia política en parte debido a su oposición inicial a la guerra en Irak. Una vez en el cargo, buscó de forma categórica disminuir paulatinamente las campañas militares estadounidenses en Medio Oriente y evitar nuevas guerras, particularmente en Siria, un país en el que el caos de una intricada guerra civil ha dado a Estado Islámico el espacio para desarrollarse y moverse con libertad a lo largo de la frontera con Irak. En la víspera del aniversario de los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001, los planes de Obama también fueron una admisión de que años de guerra encabezada por Estados Unidos en Medio Oriente no han sofocado la amenaza terrorista que emana de la región. Obama insistió en que su plan para "degradar y por último destruir" a los milicianos de Estado Islámico no implicaría el regreso de tropas de combate estadounidenses a Medio Oriente. Aun así, reconoció que "cada vez que tomamos acciones militares, hay riesgos involucrados, especialmente para los hombres y mujeres soldados que llevan a cabo estas misiones". "Pero quiero que el pueblo estadounidense comprenda cómo este esfuerzo será diferente de las guerras en Irak y Afganistán. No involucrará a tropas de combate estadounidenses luchando en territorio extranjero", añadió. El discurso del presidente, que duró aproximadamente 15 minutos, siguió a un verano de deliberaciones en la Casa Blanca sobre cómo responder a los violentos milicianos de Estado Islámico. Si bien funcionarios del gobierno federal han sostenido que no están enterados de una amenaza creíble de un ataque potencial de los militantes en Estados Unidos, afirman que el grupo representa riesgos a estadounidenses e intereses en Oriente Medio. A los funcionarios también les preocupa la posibilidad que occidentales, entre ellos estadounidenses, que se han unido al grupo militante pudieran volver a sus países para lanzar ataques. En semanas recientes, los combatientes han emitido videos de las decapitaciones de dos periodistas estadounidenses en Siria. Las violentes imágenes parecen haber tenido un impacto en un público antes desgastado por la guerra, con múltiples sondeos en días recientes que muestran que la mayoría de los estadounidenses está a favor de los ataques aéreos tanto en Irak como en Siria. Estados Unidos empezó a realizar bombardeos limitados contra blancos de Estado Islámico en Irak este verano a petición del ex primer ministro iraquí. Pero Obama prometió que no llevaría a Estados Unidos a una campaña militar más comprometida hasta que Irak haya formado un nuevo gobierno que permita una mayor participación de todas las sectas, un paso que los líderes de ese país dieron el martes. Los funcionarios estadounidenses dijeron que Obama planea proceder tanto con el aumento de los bombardeos en Irak como los ataques en Siria sin buscar nueva autorización del Congreso. Por otra parte, la Casa Blanca anunció el miércoles que entregará 25 millones de dólares en asistencia militar inmediata al gobierno iraquí como parte de los esfuerzos para combatir a Estado Islámico. Mientras tanto, Obama y el vicepresidente Joe Biden llamaron a legisladores para presionarlos a incluir autorización para el programa en un proyecto de ley de financiación temporal. Lisa Monaco, la principal asesora de Obama en antiterrorismo, también informó a legisladores en el Capitolio sobre la propuesta de armar y entrenar a los rebeldes, dijeron funcionarios del gobierno.