Estados Unidos anunció, este miércoles 27 de septiembre, que incluirá a Israel en su programa de exención de visa, una decisión criticada por congresistas demócratas y por los palestinos.
Los ciudadanos de Israel que quieran viajar a Estados Unidos ya no necesitarán solicitar un visado a partir del 30 de noviembre, en un simbólico gesto político que llega después de que las autoridades israelíes se comprometiesen también a permitir la entrada de los estadounidenses de origen palestino.
En virtud del acuerdo, Israel se comprometió a que todos los nacionales de Estados Unidos que viajen con pasaporte estadounidense válido reciban el mismo trato sin distinción de raza, religión u origen.
El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, subrayó que la incorporación de Israel en el programa de exención de visados, del que forman parte ya 41 países, es “un paso clave” en la “alianza estratégica” y en el acercamiento bilateral a todos los niveles.
“Este importante logro garantizará la libertad de movimiento de todos los ciudadanos de Estados Unidos, entre ellos los que viven en los Territorios Palestinos o viajan hacia o desde ellos”, resaltó en su nota el jefe de la diplomacia norteamericana.
Los dos países ya habían suscrito en julio un primer acuerdo que facilitaba los viajes a Israel de todos los ciudadanos estadounidenses, independientemente de su origen, y el Departamento de Seguridad Interior de Estados considera ahora que las autoridades israelíes han cumplido con los compromisos adquiridos.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, dio las gracias al presidente estadounidense Joe Biden por su apoyo a “una medida que fortalecerá aún más los lazos entre las naciones”.
A partir del 30 de noviembre, los israelíes que quieran viajar a Estados Unidos deberán inscribirse en el Sistema Electrónico para la Autorización de Viajes (ESTA, por sus siglas en inglés) con un plazo mínimo de 90 días, sin pedir previamente un visado.
El anuncio final ha tenido lugar después de que la semana pasada se reunieran en Nueva York el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, pese a los recelos políticos que Washington ha venido expresando con respecto a algunas de las prácticas israelíes en territorios ocupados como, por ejemplo, la expansión de asentamiento.
El Gobierno norteamericano ha advertido, no obstante, de que la designación concedida este miércoles “no es el fin del proceso”, ya que el diálogo seguirá para comprobar, entre otras cuestiones, que efectivamente Israel sigue cumpliendo con lo prometido. De no ser así, Washington se reserva el derecho a dar un paso atrás.
Estados Unidos tenía hasta el 30 de septiembre para determinar si Israel podía ser admitido en el programa.
Una decena de congresistas demócratas pidieron recientemente a Biden que lo aplazara por estimar que Israel no había ofrecido garantías suficientes.
El anuncio se produce días después de que Biden y Netanyahu se reunieran durante la Asamblea General de la ONU en Nueva York, tras meses de tensiones por la reforma del sistema judicial israelí, considerada “antidemocrática” por Washington, y la continuación de la colonización israelí en los territorios palestinos.
“La decisión estadounidense parece una recompensa concedida a Israel”, declaró el miércoles a la AFP el ministro palestino de Asuntos Sociales, Ahmed Majdalani. “Esto confirma que Estados Unidos siempre está del lado de Israel”, dijo.
El Ministerio de Relaciones Exteriores palestino afirmó que espera que Estados Unidos “cumpla sus promesas” y “establezca los mismos procedimientos para los ciudadanos palestinos”.
Los ciudadanos de 40 países están actualmente exentos de visa de entrada para estancias cortas en Estados Unidos por turismo o negocios.
Israel llevaba años negociando su adhesión. El principal obstáculo era el trato dispensado a los palestinos estadounidenses que hasta ahora no podían entrar en el país sin visa al pasar por el aeropuerto internacional Ben Gurión, cerca de Tel Aviv, y se veían obligados a transitar por la vecina Jordania.