Estados Unidos anunció este miércoles 1 de febrero nuevas restricciones a los visados para los talibanes, en respuesta a las prohibiciones impuestas en Afganistán en materia de empleo y educación para las mujeres que han generado indignación mundial.
“Tomo medidas hoy para imponer restricciones adicionales de visado a ciertos talibanes actuales y antiguos, miembros de grupos de seguridad no estatales y otros individuos considerados responsables o cómplices de la represión de mujeres y niñas en Afganistán”, declaró en un comunicado el jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken.
Desde que volvieron al poder en agosto de 2021, los talibanes han impuesto severas restricciones a las mujeres afganas, manteniéndolas alejadas de los empleos públicos, prohibiéndoles el acceso a las escuelas secundarias y universidades, al igual que ir a los parques.
A finales de diciembre, prohibieron a las ONG trabajar con mujeres afganas, lo que llevó a varias organizaciones a suspender sus actividades.
Estados Unidos seguirá coordinándose con los países aliados “para hacer comprender a los talibanes que sus acciones tendrán consecuencias importantes y cerrarán la puerta a la mejora de sus relaciones con la comunidad internacional”, añadió Blinken.
La semana pasada dos altos cargos de la ONU dijeron que presionan a los talibanes para que reviertan sus restricciones contra las mujeres en Afganistán, en especial la prohibición de trabajar en la entrega de ayuda.
La subsecretaria general de la ONU, Amina Mohammed, señaló en Nueva York que presionó “bastante fuerte” sobre los temas de mujeres en su visita de la semana pasada a Afganistán y que a veces “la reacción no fue agradable”. En las últimas semanas, las autoridades han permitido a las mujeres trabajar únicamente en el sector de salud.
El subsecretario general de Asuntos Humanitarios y Emergencias, Martin Griffiths, dijo esperar que más sectores humanitarios se vuelvan a abrir para las mujeres trabajadoras.
“Varios dirigentes talibanes me han dicho que los talibanes, como gobierno, trabajan en lineamientos que van a aclarar el papel y la posibilidad –y esperamos que la libertad– de las mujeres de trabajar en asuntos humanitarios”, dijo Griffiths a AFP en la sede de la ONU en Kabul.
Desde su retorno al poder en agosto de 2021, el gobierno talibán sacó a las mujeres de la vida pública y les prohibió la educación secundaria, trabajar en el sector público y acceso a parques y baños.
El país enfrenta una de las peores crisis humanitarias del mundo, con más de la mitad de su población de 38 millones con hambre y casi cuatro millones de niños desnutridos. La crisis se agravó cuando los talibanes prohibieron a las mujeres afganas trabajar con oenegés, obligando a varias agencias de ayuda a suspender actividades. “Es muy importante que mantengamos el foco en el proceso que lleva a esos lineamientos”, indicó Griffiths al concluir su visita a Afganistán.
El diplomático encabezó una delegación de oenegés que se reunieron esta semana con dirigentes talibanes para presionarlos a reducir la prohibición sobre las mujeres trabajadoras.
La delegación de Griffiths llegó poco después de la visita de Mohammed a Kandahar, donde urgió al gobierno talibán a revertir dos recientes decretos que restringieron severamente los derechos de las mujeres. Además de prohibir a las mujeres de trabajar en oenegés, los talibanes le impidieron acceso a la educación universitaria.
“Utilicé todo lo que sé, todas mis herramientas para intentar defender y recuperar los derechos de las mujeres”, declaró Mohammed en una conferencia de prensa en Nueva York. “Va a ser difícil llevarlos de vuelta al espacio en que necesitamos que estén, donde los derechos de mujeres y niñas sean protegidos y defendidos”, agregó.
Griffiths aseguró que cuando se tenga que enviar ayuda al país, la comunidad humanitaria mundial insistirá en enviar a mujeres trabajadoras.
*Con información de AFP.