El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, afirmó este viernes que su país va a apoyar a la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (Opaq) en el objetivo de “prevenir el almacenamiento, la producción y el uso de armas químicas en todo el mundo”.
Biden informó de esto en un comunicado unos días antes de la Quinta Conferencia de Examen de la Convención sobre las Armas Químicas que tendrá lugar en La Haya entre el 15 y el 19 de mayo de este año.
“Las armas químicas han provocado horrores impensables en nuestro mundo, y nunca más deben desarrollarse o desplegarse”, explicó el presidente, ya que ese es el compromiso que se dictó cuando se creó la organización en 1977 y debe renovarse “todos los días hasta que nuestro mundo esté libre de la amenaza de las armas químicas”.
“A medida que trabajamos juntos hacia nuestra meta compartida, Estados Unidos predica con el ejemplo. Estamos en camino de completar la destrucción de nuestro arsenal de armas químicas para este otoño, un hito de desarme que mantiene los más altos estándares de transparencia y seguridad pública”, añadió.
Biden también instó a todos los países que se unan en defender “la verdad” y que pidan rendir cuentas a las violaciones de este tratado, poniendo de ejemplo el uso de sarín y cloro por parte de Siria y el uso de agentes nerviosos Novichok por parte de Rusia. “El uso de armas químicas nunca es aceptable, y el mundo puede estar seguro de que Estados Unidos no descansará en esta lucha contra la impunidad”.
“No debemos detenernos hasta que todos los niños puedan crecer en un mundo sin la amenaza de las armas químicas”, finalizó Biden.
Organizaciones prenden alarmas porque política migratoria de Joe Biden es más severa que la de Donald Trump
La finalización de la medida conocida como Título 42 y la entrada nuevamente en vigor del Título 8 tiene asustados a los migrantes y organizaciones de derechos humanos.
Precisamente, la ONG Human Rights Watch (HRW), especializada en el seguimiento de la situación internacional de los derechos humanos, alertó que la nueva política migratoria anunciada por el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, prácticamente se trata de una continuación de la doctrina marcada por su predecesor, Donald Trump, y sigue representando una grave amenaza para la seguridad personal de los migrantes que aguardan en la frontera sur con México.
En teoría, la nueva ley migratoria de Biden anula definitivamente el llamado Título 42, una disposición de salud pública que autoriza la expulsión colectiva de cualquier migrante y solicitante de asilo que intente cruzar las fronteras terrestres de Estados Unidos, sin una evaluación individual de sus circunstancias y necesidades de protección.
HRW, sin embargo, aduce que la nueva legislación no ataca las consecuencias directas de la anterior normativa: la desprotección a la que se exponen los migrantes y con esto, sería mucho más severa que la impuesta por Trump anteriormente.
HRW explica que el nuevo sistema de Biden impedirá la entrada de solicitantes de asilo en la frontera durante cinco años si no obtienen una cita a través de una aplicación electrónica.
Esta cita, asegura la ONG, es casi imposible de obtener, ya que el cupo diario de admisiones “es extremadamente limitado y se agota en cuestión de minutos”.
En términos generales, el nuevo sistema vuelve a ampararse en la nociva presunción de que un solicitante de asilo está incapacitado por defecto para entrar en el país.
Muchos de los migrantes esperan de manera angustiosa en Ciudad Juárez, México, en condiciones precarias y bajo presiones de las fuerzas de seguridad mexicanas, para que abandonen sus campamentos y se trasladen a albergues donde son presa fácil de los cárteles, quienes los usan como esclavos o directamente los secuestran para pedir dinero a sus familias en sus países de origen, denuncia HRW.
“A pesar de haber tenido dos años para planificar el fin del Título 42 y hacer campaña con promesas de crear una frontera humana, Biden ha reciclado una política de Trump, lo que ha llevado a innumerables abusos contra inmigrantes en su mayoría de raza negra y latinoamericanos”, lamentó el investigador de HRW, Ari Sawyer.
*Con información de Europa Press.