El asesor de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Jake Sullivan, habría llamado el martes al presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, para que cuidase las formas y las acusaciones sobre la implicación de Rusia en la explosión de la localidad polaca de Przewodow, según informó la cadena CNN.
Poco después de que se conociera la noticia, el presidente Zelenski pronunció su habitual discurso vespertino en el que se refirió a la explosión registrada en el país vecino y acusó a Rusia de haber lanzado los misiles que alcanzaron Polonia, cerca de la frontera con Ucrania.
Asimismo, el jefe de Estado ucraniano definió lo ocurrido como “una escalada muy significativa” en el conflicto, pues se trataría en ese caso del primer impacto directo que recibía un país miembro de la Alianza Atlántica desde el estallido de la guerra, y llamó a tomar medidas.
Tras estas palabras de Zelenski, Sulliván descolgó rápidamente el teléfono para contactar con el mandatario ucraniano e instarle a tener cuidado con la forma en la que se referían a lo ocurrido, según relatan a la cadena estadounidense CNN fuentes familiarizadas con el asunto.
Y es que, tanto Washington como más tarde Varsovia, descartaron en primer lugar señalar directamente a Rusia como responsable de lo ocurrido y, más tarde, apuntaron a la posibilidad de que el misil caído en territorio polaco pudiera haber sido lanzado por las Fuerzas Armadas ucranianas en el marco de una operación defensiva.
De hecho, esta última versión sobre lo que podría haber ocurrido el martes no ha gustado a Kiev, y el propio Zelenski incidió en que Ucrania debería formar parte también de la investigación del suceso. Polonia finalmente ha accedido a ello.
Medios polacos informaron a última hora del martes de la muerte de dos personas en Przewodow, en la provincia de Lublin, tras el posible impacto de dos cohetes perdidos. Países como Estonia, Letonia, Lituania y Ucrania se aventuraron a señalar a Rusia.
Moscú, por su parte, ante los llamamientos de varios Estados a defender el territorio de la OTAN, salió al paso para desmentir las acusaciones y señalar que los fragmentos de misiles hallados en la zona no corresponden con el tipo de armamento que utilizan sus Fuerzas Armadas en el marco de la guerra en Ucrania.
Escala de violencia “aterradora”
El Comisionado del Parlamento de Ucrania para los Derechos Humanos, Dimitro Lubinets, calificó de “aterradora” la escala de violaciones de Derechos Humanos registradas en la región de Jersón tras la retirada de las tropas rusas.
“Hoy hablé con un tipo que fue retenido en un lugar durante 45 días y torturado. En ese momento, vio a decenas de personas siendo torturadas. Fueron golpeados con electricidad, tubos de metal, les rompieron los huesos, y todo esto sucedió en cámara, es decir, los rusos lo filmaron todo”, indicó.
En este sentido, Lubinets sentenció que los militares rusos “parece que obtienen cierta satisfacción cuando matan y torturan” a ucranianos, llegando a aseverar que no ha visto tales escalas de violaciones ni en las regiones de Járkov y Kiev, según recogió la agencia de noticias Ukrinform.
Según precisó, actualmente hay dos cámaras de tortura en Jersón donde decenas de personas habrían sido torturadas e incluso asesinadas. Así, se ha mostrado seguro de que este tipo de lugares se encontrarán en otras zonas de Ucrania, ya que estos sistemas están diseñados especialmente por Rusia para “matar civiles”.
El Comisionado de Derechos Humanos ucraniano también afirmó que hay información sobre una gran fosa común en la región de Jersón. “También exigiremos la creación de un tribunal separado para condenar tales acciones”, dijo.
*Con información de Europa Press.
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