Estados Unidos acaba de dar un giro en su política frente al régimen de Nicolás Maduro. Tras conocerse la hoja de ruta electoral entre la Plataforma Unitaria y representantes del Gobierno venezolano, y como resultado de estos avances, que implicaría que en 2024 el país registre unas elecciones democráticas, el Departamento del Tesoro suspendió algunas sanciones que Estados Unidos había impuesto a Venezuela para la comercialización del petróleo y gas.
Las “licencias” otorgadas incluyen la posibilidad de hacer transacciones en el sector energético durante un periodo de seis meses. El Departamento del Tesoro ha indicado que podría extender este permiso si el régimen de Maduro cumple con sus compromisos en materia electoral y otros acuerdos relacionados con la liberación de personas detenidas de manera injusta.
También se han autorizado transacciones con la empresa estatal minera Minerven, con el propósito de reducir el mercado negro en el comercio de oro. Además, se mencionó la modificación de dos licencias para eliminar la prohibición de negociaciones secundarias relacionadas con ciertos bonos de la petrolera estatal Petróleos de Venezuela. El diálogo entre el chavismo y la oposición venezolana, facilitado por Estados Unidos en Barbados, resultó en la firma de dos acuerdos parciales para la celebración de elecciones en Venezuela.
Sin embargo, lo más significativo de esta jornada fueron los acuerdos no escritos que llevaron a la negociación.La Oficina de Control de Bienes Extranjeros de Estados Unidos (Ofac) ha anunciado la concesión de licencias en las áreas de petróleo y gas para Venezuela, como parte de los acuerdos no escritos. La Ofac ha dejado claro que la renovación de estas licencias dependerá de que los representantes de Maduro cumplan sus compromisos y avancen hacia una elección democrática en 2024.
Maduro confirmó la liberación de cinco presos políticos, un ítem primordial que exigía Washington y que da muestras de una transición relativamente pacífica del orden político y social. Uno de los liberados fue Roland Carreño, quien formó parte del gobierno interino de Juan Guaidó y permaneció tras las rejas durante tres años por supuesto terrorismo y posesión de armas.
“Pasemos la página, reconstruyamos una relación de respeto, de cooperación (...) este es mi mensaje a los que tienen el poder y al Gobierno de los Estados Unidos”, dijo Maduro con entusiasmo ante el anuncio del país norteamericano. Sin embargo, persisten algunas incertidumbres.
El giro no significa que el Gobierno de Joe Biden reconozca al de Maduro como una democracia. Durante la administración de Donald Trump, la justicia de ese país emitió una orden de captura contra el líder venezolano y le puso un precio a su cabeza. “Cuando me fui, Venezuela estaba a punto de colapsar. Nos hubiéramos apoderado de ella, nos hubiéramos quedado con todo ese petróleo”, dijo Trump hace poco.
Por su parte, Gustavo Petro celebró la determinación y en su cuenta de X expresó: “Como presidente de Colombia, di el primer paso para desbloquear a Venezuela y abrir sus fronteras y sus relaciones diplomáticas. Al cabo de un año, el desbloqueo parcial de Venezuela por parte de EE. UU. es una realidad. Nos sentimos orgullosos de haber colaborado decididamente en este camino que puede devolverles su hogar a muchos venezolanos que emigraron”.
El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, expresó su esperanza de que el oficialismo establezca un calendario para levantar la inhabilitación de candidatos a las elecciones de 2024 en un plazo razonable. También espera que se siga el proceso de liberación de ciudadanos estadounidenses y presos políticos venezolanos detenidos, que se estima son casi 300.
Aún falta por definir qué pasará con María Corina Machado, la líder opositora más opcionada en una eventual disputa presidencial y quien fue inhabilitada por el régimen de Nicolás Maduro.