El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, puso en duda este miércoles las informaciones que dan cuenta de un supuesto ataque ucraniano contra la sede de la Presidencia de Rusia y afirmó que, “como todo lo que sale del Kremlin”, es necesario tomárselo con cautela.
El jefe de la diplomacia norteamericana evitó de esta manera “validar” las acusaciones rusas. “Simplemente, no lo sabemos”, dijo, durante un encuentro organizado por el periódico The Washington Post y en el que ha llamado a no “comentar o especular” sin conocer “los hechos”.
El Kremlin denunció un ataque con drones y señaló que dicha acción, que atribuye a Ucrania, tenía por objetivo asesinar al presidente de Rusia, Vladimir Putin. Las autoridades ucranianas ya se han desmarcado de este incidente, temiendo que Moscú pueda utilizarlo como excusa para una futura acción.
Ucrania negó este miércoles cualquier implicación en un presunto ataque con drones contra el Kremlin, que Rusia atribuye a Kiev.
“Ucrania no tiene nada que ver con los ataques con drones contra el Kremlin (...) Ucrania no ataca al Kremlin porque, por empezar, eso no resuelve ningún problema militar”, declaró en Kiev el consejero presidencial Mijailo Podoliak.
Rusia aseguró que había derribado dos drones ucranianos dirigidos contra el Kremlin, en el centro de Moscú, en un intento de asesinar al presidente Vladimir Putin, a pocos días del gran desfile militar el 9 de mayo, que conmemora la victoria de las tropas soviéticas contra la Alemania nazi.
“Esas informaciones presentadas por Rusia tienen que ser consideradas únicamente como un intento para preparar un contexto” que pueda servir de excusa “a un ataque terrorista a gran escala en Ucrania”, dijo Podoliak.
Un ataque contra el Kremlin “incitaría a Rusia a acciones todavía más radicales contra nuestra población civil”, agregó el consejero del presidente Volodimir Zelenski.
Estos cruces tienen lugar en plenos preparativos de una contraofensiva ucraniana destinada a reconquistar territorios ocupados por Rusia después de la invasión del país, en febrero de 2022.
Rusia “tiene mucho miedo al inicio de las ofensivas de Ucrania a lo largo de la línea de frente e intenta de cualquier manera tomar la iniciativa, desviar la atención”, dijo Podoliak.
Toque de queda en Jersón
Las autoridades ucranianas anunciaron la imposición de un toque de queda en toda la ciudad de Jersón que durará desde el viernes por la tarde hasta el lunes por la mañana, entre especulaciones constantes sobre el posible inicio de una contraofensiva de manera inminente.
El gobernador de Jersón, Oleksander Prokudin, confirmó que durante 58 horas (del viernes a las 20:00 al lunes a las 6:00) no se podrá estar en la calle ni salir o entrar de la ciudad, por lo que ha exhortado a la población a abastecerse de los suministros básicos.
Prokudin explicó en su cuenta de Telegram que se trata de restricciones “necesarias” para que las fuerzas ucranianas puedan hacer su trabajo, si bien no ha entrado en más detalles sobre futuros movimientos.
Contraofensiva, una “tragedia”
El jefe del grupo militar privado ruso Wagner, Yevgueni Prigozhin, declaró el domingo que sus hombres, que combaten en Bajmut (este de Ucrania), carecen de municiones y advirtió que una contraofensiva ucraniana podría ser “una tragedia” para Rusia.
“Nosotros solo tenemos 10-15% de las municiones que necesitamos”, subrayó el jefe de Wagner en entrevista al corresponsal de guerra pro Kremlin Semyon Pegov.
Prigozhin, que acusa a los altos rangos del ejército ruso de sus carencias, dijo que espera una contraofensiva ucraniana para mediados de mayo.
“Esta contraofensiva podría ser una tragedia para nuestro país”, advirtió.
El grupo Wagner estuvo en primera línea en los combates alrededor de la ciudad de Bajmut.
Yevgueni Prigozhin se encuentra en conflicto abierto con la jerarquía militar rusa, a la que acusa de no suministrar suficientes municiones a sus hombres y acusó públicamente al ministro ruso de Defensa, Serguei Choigu, en varias ocasiones.
Ucrania afirmó esta semana que sus preparativos con miras a una contraofensiva están llegando a su fin.
El domingo, el gobernador de la región rusa de Briansk, fronteriza con Ucrania, anunció que un bombardeo ucraniano contra un pueblo ruso causó cuatro muertos y dos heridos.
*Con información de AFP y Europa Press.