Estados Unidos atraviesa por una difícil situación debido al aumento de contagios con coronavirus, lo que ha derivado en un aumento de los casos de hospitalización, siendo la población infantil una de las más afectadas.

De acuerdo a lo informado por el canal de televisión estadounidense CNBC este sábado la cantidad de niños hospitalizados con la covid-19 en el país norteamericano alcanzó un récord de poco más de 1.900 casos, motivo por el que los hospitales de todo el sur se expandieron al máximo para combatir los brotes causados por la variante delta altamente transmisible.

Debido a la expansión de esta variante, sobre todo en la población no vacunada de Estados Unidos, el número de hospitalizaciones se han disparado en las últimas semanas, entre ellas, hospitalizaciones pediátricas que según datos del Departamento de Salud y Servicios Humanos de EE. UU. llegó a 1.902, cifra con corte al 14 de agosto.

Al respecto, la directora de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC, en inglés), Rochelle Walensky, dio a conocer durante una rueda de prensa de la Casa Blanca que el número de ingresos en hospitales ha aumentado 31 % frente a la semana anterior, con un promedio de 9.700 admisiones diarias en centros sanitarios.

De estos casos, actualmente los niños representan aproximadamente el 2,4% de las hospitalizaciones del país, una situación crítica teniendo en cuenta que los niños menores de 12 años no son elegibles para recibir la vacuna, lo que los hace más vulnerables a la infección por la nueva variante altamente transmisible.

“Este no es el covid del año pasado. Este es peor y nuestros hijos son los que más se verán afectados “, dijo este sábado Sally Goza, ex presidenta de la Academia Estadounidense de Pediatría, a CNN.

Esta situación ha aumentado la tensión entre los líderes estatales conservadores y los distritos locales sobre si se debería exigir a los niños en edad escolar que usen tapabocas cuando regresen a las aulas este mes.

De acuerdo a CNBC, los distritos escolares de Florida, Texas y Arizona han ordenado que se use tapabocas en las escuelas desafiando así las órdenes de los gobernadores estatales republicanos que prohíben a los distritos imponer tales reglas.

Al respecto, la administración del gobernador de Florida, Ron DeSantis, ha amenazado con retener los fondos de los distritos que imponen requisitos de tapabocas, y el gobernador de Texas, Greg Abbott, está apelando a la Corte Suprema del estado para revocar el mandato de mascarillas del condado de Dallas, informó el viernes Dallas Morning News.

Según datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE. UU., el número de pacientes recientemente hospitalizados por covid-19 entre 18 a 49 años, también alcanzó niveles récord esta semana.

Del total de hospitalizaciones del país, una quinta parte está en Florida, donde el número de pacientes hospitalizados por covid-19 alcanzó un récord de 16.100 el sábado, según un recuento de Reuters. En ese sentido, más del 90% de las camas de cuidados intensivos del estado están ocupadas, según datos del Departamento de Salud y Servicios Humanos.

Debido al aumento de hospitalizaciones, la Asociación Nacional de Educación que es el sindicato de maestros más grande del país (NEA por sus siglas en inglés) esta semana apoyó la vacunación obligatoria para sus miembros.

Al respecto, Becky Pringle presidenta de la NEA, dijo que las escuelas deben emplear todas las estrategias de mitigación, desde vacunas hasta el uso de mascarillas, para garantizar así que los estudiantes puedan regresar a sus aulas de manera segura este año escolar.

“Nuestros estudiantes menores de 12 años no pueden vacunarse. Es nuestra responsabilidad mantenerlos a salvo. Mantenerlos a salvo significa que todos los que puedan ser vacunados deben vacunarse “, dijo Pringle a CNN.

Estados Unidos tiene ahora un promedio de 129.000 nuevos casos de covid-19 por día, una tasa que se ha duplicado en poco más de dos semanas, según un recuento de Reuters.

Por su parte, el número de pacientes hospitalizados con covid-19 se encuentra en un máximo de seis meses, y un promedio de 600 personas mueren a diario por la enfermedad, es decir, el doble de la tasa de mortalidad observada a fines de julio.