El gobierno de Joe Biden ha recomendado a los ciudadanos estadounidenses en territorio Bielorruso a abandonar el país de inmediato, una advertencia que se produce después de que los países limítrofes de Lituania, Letonia y Polonia intensificaron la seguridad a lo largo de la frontera.
La frontera con el país gobernado por Alexander Lukashenko ha sido objeto de preocupaciones por la presencia de las fuerzas mercenarias rusas del grupo Wagner que se encuentra exiliado en ese país.
El Departamento de Estado, en su advertencia, alentó a los estadounidenses que aún se encuentran en Bielorrusia a abandonar el país de inmediato y clasificó al país como un riesgo de Nivel 4, la advertencia de seguridad más alta.
“No viaje a Bielorrusia debido a la continua facilitación por parte de las autoridades bielorrusas del ataque no provocado de Rusia contra Ucrania, la acumulación de fuerzas militares rusas en Bielorrusia, la aplicación arbitraria de las leyes locales, el potencial de disturbios civiles, el riesgo de detención y la capacidad limitada para ayudar a los ciudadanos estadounidenses que residen o viajan a Bielorrusia”, escribió el Departamento de Estado en su advertencia.
Alexander Lukashenko, conocido como el último dictador de Europa, ha sido un facilitador clave de la guerra del presidente ruso, Vladimir Putin, en Ucrania, y está bajo un catálogo de sanciones estadounidenses por abusos a los derechos humanos y represión política contra el pueblo bielorruso que impugnó su reclamo electoral, según The Hill.
La misión de EE. UU. en Bielorrusia se reduce y solo se ocupa de los servicios de emergencia para ciudadanos estadounidenses.
Lituania ha cerrado oficialmente los pasos fronterizos de Sumskas y Tverecius en respuesta a las amenazas surgidas tras la llegada de miles de mercenarios del Grupo Wagner a Bielorrusia, como parte del acuerdo con Moscú para no ser juzgados por la fallida rebelión que protagonizó hace unos meses su líder, Yevgeni Prigozhin.
“Cuando comenzó toda esta situación con Wagner, inmediatamente tomamos decisiones, preparamos el marco legal, para que en caso de una situación, cambios en el nivel de amenazas, podamos cerrar inmediatamente todas nuestras fronteras”, ha destacado la ministra del Interior.
Lituania no solo ha utilizado la carta de la presencia de Wagner para justificar el cierre de estos dos cruces, sino que también ha alegado otros motivos, como el aumento del contrabando, o la crisis migratoria de la que responsabilizan a Bielorrusia por las sanciones que viene recibiendo de la Unión Europea desde 2020.
El presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, aseguró que Polonia busca dividir Ucrania y anexionarse el este del país con la ayuda de Estados Unidos, una teoría que comparte con Rusia, si bien Varsovia ha asegurado en múltiples ocasiones que defiende la integridad territorial de su vecino.
“Ya se han formado en Polonia unidades, una unidad militar para ayudar a Ucrania. Si entran, no se irán, porque los estadounidenses están con Polonia”, ha señalado durante una entrevista, agregando que “todo está siendo preparado” para esta posibilidad.
No obstante, Lukashenko ha resaltado que el pueblo ucraniano “no permitirá” que pase. “Tales narrativas están circulando en el panorama de los medios para preparar a la gente”, ha teorizado ante un clima de tensiones que se ha incrementado en los últimos días tras el último desfile militar llevado a cabo por Varsovia.
Finalmente el Servicio de Fronteras de Polonia ha acusado a las autoridades bielorrusas de lucrarse con los intentos de cientos de migrantes que esperan para cruzar al otro lado y por ello están interesado sen continuar alimentado una crisis migratoria, que desde Varsovia no descartan derive en el cierre total de la frontera.
“En las últimas semanas, hemos observado, lamentablemente, que el número de intentos de cruzar ilegalmente están aumentando. La razón es simple. La parte bielorrusa gana dinero con cada uno de estos extranjeros, por lo que está interesada en mantener la presión migratoria en nuestra frontera”, ha acusado la portavoz de los servicios fronterizos, Anna Michalska.
Según la portavoz, Bielorrusia estaría ganando entre 8.000 y 10.000 euros por cada una de estas personas. “Gracias al hecho de que tenemos una barrera física y electrónica podemos responder a tiempo y prevenir estos intentos de cruzar”, ha destacado en declaraciones a Polskie Radio.
Con información de Europa Press*