Después de más de una década de procesos judiciales, parece que la salud mental de Julian Assange no es la mejor, pues la representación legal del Gobierno de Estados Unidos pidió este miércoles al Tribunal Superior de Londres que evaluara el estado psicológico del fundador de WikiLeaks, ante el riesgo de suicidio que existe, en caso de que el australiano sea extraditado hacia EE. UU.
La solicitud llega después de que un tribunal británico negara la solicitud de extradición en enero, argumentando que Assange se suicidaría en caso de ser enviado al país norteamericano, que lo acusa de espionaje, luego de que revelara documentos secretos de inteligencia.
El activista se encuentra recluido en la cárcel de alta seguridad de Belmarsh, al sur de Londres, a donde fue trasladado hace un par de años, después de que estuviera refugiado durante nueve años en la Embajada de Ecuador en Londres, antes de que la justicia ecuatoriana decidiera retirarle la nacionalidad, por las irregularidades que existieron en su caso.
El abogado de Assange, Carlos Poveda, le dijo a Associated Press que la decisión se tomó sin el debido proceso y que no se le permitió comparecer.
“En la fecha en que [Assange] fue citado a declarar se encontraba privado de su libertad y con una crisis de salud en el centro de detención”, dijo Poveda. “Más que la importancia de la ciudadanía, es una cuestión de respeto a sus derechos y al debido proceso al retirarle la nacionalidad”.
Ahora, Estados Unidos quiere llevarlo a su territorio para juzgarlo, por lo que podría enfrentar una pena de 175 años, de acuerdo con las estimaciones judiciales. La abogada que representa a EE.UU., Clair Dobbin, señaló que para que no sea posible activar el proceso de extradición, la persona debe estar en grave estado de enfermedad o al borde del suicidio, algo que, para ella, no ocurre con Assange.
“Parte del recurso será que Assange no tenía una enfermedad mental que estuviera cerca del suicido”, explicó la jurista a medios internacionales, a la vez que explicó que el activista australiano enfrenta 18 cargos por espionaje e intrusión informática.
Dentro de lo que reveló WikiLeaks se encuentra información sobre acciones de Estados Unidos en Irak y en Afganistán, países en los que entró bajo la justificación de la lucha contra el terrorismo a principio de siglo; también se revelaron detenciones extrajudiciales en la prisión de Guantánamo (en Cuba) y abusos de derechos humanos en todo el mundo, filtrados por cables diplomáticos.
La pareja de Assange, Stella Moris, acusó al Gobierno de Estados Unidos de “prolongar arbitrariamente” el encarcelamiento del activista.
“El Gobierno estadounidense está explotando los injustos acuerdos de extradición entre EE.UU. y el Reino Unido para prolongar arbitrariamente su encarcelamiento, el encarcelamiento de un hombre inocente acusado de ejercer el periodismo”, indicó Moris, antes de entrar al tribunal este miércoles.
De igual manera, indicó que la situación del hombre es cada vez más difícil, en medio de su proceso de detención. “Julian ganó el caso contra el Gobierno de EE. UU. hace siete meses, pero sigue encarcelado en la prisión de Belmarsh: ¿qué es esto si no un castigo?”, se preguntó Moris, que ayer pudo abrazar a su pareja “por primera vez en 18 meses”.
Moris estuvo acompañada por varias personas en una manifestación fuera del tribunal, incluso hizo presencia el exlíder laborista Jeremy Corbyn, quien mostró su apoyo a Assange, ya que su trabajo sirvió para “revelar las verdades sobre la prisión de Guantánamo, la guerra de Irak y la toma de decisiones de las fuerzas armadas estadounidenses”.
“Tenemos un primer ministro que es periodista (Boris Johnson); él mismo tendría que entender la importancia del caso de Julian Assange y debería asegurarse de que le decimos muy firmemente al Gobierno de EE. UU. ‘retirad los cargos y liberad a Assange’”, señaló Corbyn a la prensa.