China y Estados Unidos viven grandes distancias políticas en tiempos recientes, preocupando al mundo por un posible conflicto que escale a otros ámbitos y produzca efectos en todo el planeta. Paralelo a esta realidad, China se acerca cada vez con más certeza a América Latina, causando preocupación en el gobierno de Estados Unidos por la influencia, cada vez más clara, que ejerce en la región.
La iniciativa Belt and Road
Cerca de 21 países de América Latina están suscritos a la Iniciativa Belt and Road de China, una política que inició en 2013, con el mandato del presidente Xi Jinping, que consiste en financiar proyectos de infraestructura global.
La Iniciativa de la Franja y la Ruta como se traduciría en español o BRI, por su sigla en inglés, se considera una pieza central de la política exterior del gobierno de Xi Jinping. A través de este megaproyecto se propone un nuevo concepto para las relaciones internacionales de China, basado en la idea de “negociar, construir y compartir juntos”, a partir del libre comercio entre naciones.
En América Latina son 21 países los que están suscritos a esta Iniciativa. De acuerdo con el diario británico Daily Mail, los bancos estatales chinos han prestado 136.000 millones de dólares a países latinoamericanos desde el año 2005, con condiciones que los funcionarios de Estados Unidos han categorizado como “trampa en espiral”.
Mientras que la influencia de China en distintos países aumenta a pasos agigantados en América Latina, la de otros países disminuye.
Laura Richardson, quien ejerce el cargo de jefe del Comando Sur de Estados Unidos, manifestó en una audiencia del Comité de Servicios Armados de la Cámara de Representantes, en el pasado mes de marzo: “La (República Popular China) tiene la capacidad y la intención de evitar las normas internacionales, promover su marca de autoritarismo y acumular poder e influencia”, a expensas de estas democracias.
Algunos de los proyectos más inquietantes de China en América Latina, son los siguientes:
Argentina y China
En Argentina, en un área remota en la provincia occidental de Neuquén, se encuentra instalada la Estación de Espacio Lejano, esta pertenece a la Administración Espacial Nacional China.
El temor de Estados Unidos radica en que la estación espacial pueda ser utilizada con fines militares, por su ubicación. Se trata de una instalación secreta de 200 hectáreas, que se inauguró en 2018 a un costo de 50 millones de dólares, que incluye una poderosa antena de 16 pisos de altura.
De acuerdo con el Daily, desde el gobierno de Estados Unidos se ha manifestado que la estación fue “acordada en secreto” y “es otro ejemplo de tratos chinos opacos y depredadores, que socavan la soberanía de las naciones anfitrionas”.
Panamá y China
Estados Unidos también también ha expresado preocupación porque China sea de los principales puertos en los extremos del Atlántico y el Pacífico del Canal de Panamá, que transportan alrededor de 270.000 millones de dólares en carga cada año, según el Daily.
Para el Departamento de Defensa de los Estados Unidos, estos puertos podrían “convertirse rápidamente en capacidades militares”.
El control del puerto de la isla de Margarita está en manos de Landbridge Group, cuyo presidente es el multimillonario chino Ye Cheng. Otra empresa vinculada a China, Hutchison Ports PPC, también opera otras dos instalaciones importantes en el canal: Balboa en el lado del Pacífico y Cristóbal en la salida del Atlántico.
Otra de las preocupaciones de Estados Unidos radica en la expansión de China en el “Triángulo de litio”, que se extiende por Argentina, Bolivia y Chile y contiene alrededor del 54% del litio del mundo. El litio es también llamado “oro blanco”, por la importancia que tiene para la construcción de elementos de tecnología.