El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, anunció este miércoles que la Embajada estadounidense en Ucrania reanudó oficialmente su actividad en la capital del país, Kiev, tres meses después de cerrarla ante el inminente estallido de la guerra.
“Hoy estamos reanudando oficialmente las operaciones en la Embajada de Estados Unidos en Kiev. El pueblo ucraniano, con nuestra asistencia de seguridad, ha defendido su patria frente a la invasión sin escrúpulos de Rusia y, como resultado, las barras y estrellas vuelan sobre la embajada una vez más”, dijo Blinken.
El Departamento de Estado señaló en un comunicado que Washington está “orgulloso” del Gobierno ucraniano y el pueblo de Ucrania, al que sigue apoyando en su defensa de la “brutal agresión” iniciada por Rusia el 24 de febrero.
“Cuando suspendimos las operaciones en la Embajada, lo hicimos con un punto claro: si bien reubicaríamos al personal de la Embajada de Estados Unidos por su seguridad y protección, esto de ninguna manera impediría nuestro compromiso y apoyo al pueblo, el Gobierno y la sociedad civil ucranianos”, sostuvo.
Sin embargo, Blinken no dio detalles sobre el personal diplomático con el que contará la Embajada, si bien remarcó que la reapertura se lleva a cabo contando con las “medidas y protocolos de seguridad mejorados” para garantizar la seguridad de los empleados.
A finales de abril, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, anunció la nominación de Bridget Brink como nueva embajadora en Ucrania, horas después de que Blinken desvelara el nombre de la elegida tras un encuentro en Kiev con el mandatario ucraniano, Volodímir Zelenski.
Los ucranianos rinden homenaje a los combatientes de Azovstal
Los habitantes de Kiev saludaban el miércoles la valentía mostrada por los combatientes ucranianos bloqueados en la acería Azovstal de Mariúpol para enfrentar a las tropas rusas, pero temen que ahora estén presos.
Luego de varias semanas de asedio e intensos bombardeos, centenares de soldados que resistían en el gigantesco complejo siderúrgico, en su mayoría miembros del batallón Azov, se rindieron esta semana y fueron llevados hacia territorios ucranianos controlados por las fuerzas rusas y prorrusas.
Ucrania asegura que serán intercambiados por presos de guerra rusos y eso sin que haya confirmación de Rusia, que, en varias ocasiones, dijo no considerar a una parte de ellos soldados, sino combatientes “neonazis”.
“No me imagino cómo hicieron. Para mí, hay gente normal y luego gente como ellos”, afirma a la AFP Maxime Maliovani, decorador de 23 años que vive en la capital ucraniana y destaca su valentía y resistencia.
Andri, de 37 años, piensa por su parte que los defensores de Mariúpol han sido “superhombres”.
“Era una fortaleza” defendida por “personas que lograron cosas imposibles”, agrega refiriéndose Azovstal, donde estaban atrincherados, al mismo tiempo que llamó a los otros países a presionar para que esos soldados sean entregados a Ucrania.
“No hay otra solución. Sus vidas deben ser salvadas. Algunos de ellos están heridos, es la única opción”, opina Bohdan, de 46 años.
El miércoles, el Ministerio de Defensa ruso afirmó que 959 militares en total se rindieron esta semana, de los cuales 80 heridos, que son atendidos en un hospital situado en los territorios controlados por Rusia.
Las autoridades ucranianas afirmaron más temprano que más de 1.000 soldados se encontraban en la acería y se ignora cuantos están todavía ahí y si quieren rendirse.
Denis Pouchiline, jefe de los separatistas prorrusos, declaró el miércoles que unos 1.000 permanecían ahí.
Los videos y las fotos difundidas esta semana mostraban a muchos combatientes saliendo de la acería, la mayoría con sus rostros demacrados y barbados, agotados, y algunos transportados en camillas improvisadas.
Para los habitantes de Kiev es difícil creer que serán tratados humanamente mientras estén cautivos.
“Ayer escuché en la televisión rusa (...) que podrían matarlos porque piensan que son nazis. Tengo miedo”, dice Oleksandre Guerassymenko, un estudiante de 23 años.
Al anunciar su salida de Azovstal, el Estado Mayor ucraniano afirmó el lunes que “cumplieron su deber” y el objetivo principal es ahora “salvar la vida” de esos hombres y mujeres.
Al resistir en la acería, los defensores de Mariúpol inmovilizaron a miles de militares rusos que no pudieron ser desplegados en otras partes, por lo que impidieron la caída de Zaporiyia (220 km al noroeste), según un comunicado.
Por eso “entraron para siempre en la historia”, agregó.
*Con información de Europa Press y la AFP.
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