El Gobierno de Estados Unidos ha anunciado este martes sanciones contra el presidente Bielorrusia, Alexander Lukashenko, y su esposa, dentro de una batería de medidas contra individuos bielorrusos y rusos con la que Washington quiere penalizar la corrupción y las violaciones de los Derechos Humanos.

El Departamento del Tesoro norteamericano ha afirmado que Lukashenko ha hecho uso de su poder para beneficiar a personas de su confianza, a cambio presuntamente de su propio enriquecimiento. Así, facilitó la actividad empresarial e incluso el contrabando, dentro de una red que Washington hace extensiva también a la familia del mandatario bielorruso.

Por otra parte, el régimen bielorruso ha tomado medidas para castigar a quienes discrepaban con la línea oficial, por ejemplo, con inspecciones a las empresas que cuestionaron el resultado de las controvertidas elecciones de 2020 o presiones para que los propietarios de inmuebles subiesen el alquiler.

La directora de la Oficina de Control de Activos Extranjeros del Tesoro estadounidense, Andrea Gacki, ha señalado que sanciones como las adoptadas este martes demuestran el compromiso de la Administración de Joe Biden con la imposición de medidas “concretas y significativas” contra aquellos dirigentes extranjeros que incurran en actividades de corrupción y violen los Derechos Humanos.

Así, aunque los castigos no están vinculados estrictamente con la actual ofensiva militar rusa sobre Ucrania, en la que Lukashenko se ha posicionado claramente del lado de Rusia, Gacki ha aprovechado para reclamar el fin de esta “brutal guerra” y condenar los ataques sobre corredores humanitarios.

La lista del Tesoro también incorpora los nombres de la jueza rusa Natalia Mushnikova, por su implicación en la trama para encubrir los supuestos abusos sobre el activista Sergei Magnitsky, fallecido en 2009, y varios funcionarios vinculados a la persecución de la cúpula chechena de la ONG Memorial.

Duelo de sanciones

El Gobierno de Rusia ha impuesto sanciones contra el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, el secretario de Estado, Antony Blinken, y otros funcionarios de alto rango del país norteamericano en respuesta a las medidas similares adoptadas por Washington en represalia por la invasión de Ucrania.

Según un comunicado del Ministerio de Exteriores ruso, entre los sancionados figuran también el secretario de Defensa, Lloyd Austin; el jefe del Estado Mayor Conjunto, Mark Milley; el asesor de Seguridad Nacional, Jake Sullivan; el director de la CIA, William Burns; la secretaria de Prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki; el hijo de Biden, Hunter, y la excandidata presidencial Hillary Clinton, entre otros.

La cartera de Exteriores rusa ha señalado que la medida se ha tomado “en respuesta a una serie de sanciones sin precedentes que prohíben, entre otras cosas, la entrada a Estados Unidos de altos funcionarios de Rusia”, ha recogido la agencia de noticias rusa TASS.

Así, y definiendo el paso como una “reacción” a las medidas estadounidenses, ha defendido que se trata de una “consecuencia inevitable” por el “rumbo extremadamente rusofóbico tomado por la actual Administración estadounidense”.

No obstante, ha precisado que Moscú “no se niega a mantener relaciones oficiales” con Estados Unidos si estas responden a sus “intereses nacionales”. “Si es necesario, resolveremos los problemas derivados del estado de las personas que figuran en la lista negra para organizar contactos de alto nivel”, ha precisado.

Estados Unidos, en coordinación con sus socios, ha impuesto una serie de sanciones a Rusia en respuesta a la invasión de Ucrania, entre las que figuran un veto a la importación del petróleo ruso o de otros productos, como el vodka. También ha restringido las relaciones comerciales con el país euroasiático.

*Con información de Europa Press.