Los rebeldes reportaron 18 ataques de Estados Unidos y Reino Unido contra su territorio en las provincias de Saná, Hodeida, Taez y Al Baida y prometieron, en un mensaje en la red social X, que dichas operaciones “no quedarán impunes”.
Las fuerzas de Estados Unidos y Reino Unido llevaron a cabo una primera ola de ataques contra el grupo rebelde a inicios de este mes.
“Estos ataques de precisión están destinados a interrumpir y degradar las capacidades que los hutíes utilizan para amenazar el comercio mundial y la vida de los marinos inocentes”, precisó el comunicado conjunto.
“Lo que hemos hecho de nuevo es enviar el mensaje más claro posible de que seguiremos reduciendo su capacidad [de los rebeldes] de llevar a cabo estos ataques”, dijo el ministro británico de Exteriores, David Cameron.
En un comunicado separado, el Mando Central estadounidense (Centcom) afirmó que los objetivos incluyeron “sistemas de misiles y lanzadores, sistemas antiaéreos, radares e instalaciones de almacenamiento de armas bajo tierra”.
Irán, la potencia que apadrina a los rebeldes hutíes, quienes controlan una parte de Yemen incluyendo la capital Saná, arremetió contra los ataques de Estados Unidos y Reino Unido.
Según dijo desde Nueva York su canciller Hossein Amir-Abdollahian, citado por la agencia oficial iraní Irna, estas operaciones son una “amenaza a la paz y la seguridad en la región” e “intensifican el alcance de la guerra”.
Estados Unidos y Reino Unido atacaron de nuevo el lunes a los rebeldes hutíes de Yemen para disuadirlos de seguir golpeando buques en el mar Rojo, a lo que los insurgentes respondieron prometiendo venganza.
Londres y Washington declararon en un comunicado conjunto que atacaron “ocho objetivos hutíes en Yemen, en respuesta a los continuos ataques de los hutíes contra el tráfico internacional y comercial, así como contra buques de guerra que transitan por el mar Rojo”.
Los ataques, hacia la medianoche del lunes, “se dirigieron específicamente contra un centro de almacenamiento subterráneo de los hutíes y contra emplazamientos relacionados con capacidades de vigilancia aérea y de misiles”, añadió el comunicado conjunto.
Desde mediados de noviembre, los hutíes han atacado lo que consideran buques ligados a intereses israelíes en el mar Rojo, en solidaridad con los palestinos de Gaza.
Su campaña ha perturbado el tráfico marítimo y llevó a Estados Unidos y Reino Unido a realizar ataques de represalia. Desde entonces, los hutíes han declarado que los intereses de estas dos potencias también son objetivos legítimos.
Tras dos meses de ataques, Los hutíes, movimiento respaldado por Irán y que apoya al Hamás palestino en su conflicto con Israel, habían reivindicado el lunes un ataque contra un buque militar estadounidense frente a las costas de Yemen, y dijeron estar dispuestos a seguir sus ataques.
Las fuerzas hutíes “llevaron a cabo una operación militar dirigida contra el carguero militar estadounidense Ocean Jazz en el Golfo de Adén”, afirmó el portavoz del movimiento, Yahya Saree. Una información calificada de “falsa” por un funcionario del Pentágono.
Además de la acción militar, Washington está tratando de ejercer presión diplomática y financiera sobre los hutíes, y la semana pasada volvió a calificarlos de entidad “terrorista” tras haber retirado esa etiqueta poco después de que el presidente Joe Biden asumiera el cargo.
Yemen es solo una parte de la creciente crisis en Oriente Medio vinculada a la guerra en Gaza, donde los incesantes bombardeos y la ofensiva terrestre de Israel han causado la muerte de más de 25.000 personas, según el Ministerio de Salud del territorio, en manos de Hamás.
La campaña de Israel comenzó después de que los ataques sin precedentes de Hamás en octubre causaran la muerte de unas 1.140 personas en Israel, en su mayoría civiles, según un recuento de la AFP basado en cifras oficiales israelíes.
El aumento de las tensiones y la violencia en Oriente Medio -con la participación de grupos apoyados por Irán en Líbano, Irak, Siria y Yemen- han avivado el temor a un conflicto regional más amplio.