Altos diplomáticos estadounidenses y rusos iniciaron este lunes 10 de enero conversaciones cruciales sobre las crecientes tensiones en torno a Ucrania, en medio del temor a una invasión rusa de su vecino prooccidental.
La vicesecretaria de Estado estadounidense, Wendy Sherman, y su homólogo ruso, el viceministro de Relaciones Exteriores, Serguéi Riabkov, iniciaron una reunión en la misión de Estados Unidos en Ginebra a las 08h55 horas (07h55 GMT), informó un portavoz del Departamento de Estado.
Un convoy de vehículos negros con matrícula diplomática rusa habían llegado poco antes y fue conducido a través de las grandes puertas de hierro donde ondeaba una bandera estadounidense.
Los dos diplomáticos se reunieron de manera informal en la ciudad suiza el domingo por la noche.
“La conversación fue difícil, no podía ser fácil”, declaró tras la reunión el viceministro ruso de Relaciones Exteriores, Serguéi Riabkov, citado por la agencia noticiosa Interfax.
Las conversaciones abren una semana de diplomacia en la que Rusia se reunirá con funcionarios de la OTAN y de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), y en la que Estados Unidos tratará de tranquilizar a los aliados europeos de que no se les dejará de lado.
El Secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, subrayó el domingo que Rusia tenía que elegir entre el diálogo y la confrontación y advirtió, en declaraciones a la cadena de noticias CNN, que habría “consecuencias masivas para Rusia si renueva su agresión a Ucrania”.
Desde finales del año pasado, Rusia acumuló decenas de miles de tropas en la frontera ucraniana.
El gobierno del presidente Vladimir Putin insiste en que la OTAN nunca debe conceder el ingreso a Ucrania, exrepública soviética, que está presionando para unirse.
Riabkov les dijo a las agencias de noticias rusas el domingo que su país había descartado hacer cualquier concesión en las conversaciones, incluso cuando Washington dijo que muchas de las demandas de Moscú no eran posibles.
“Evitar la confrontación”
Sin embargo, Blinken insistió en que era posible “una vía de diálogo y diplomacia para tratar de resolver algunas de estas diferencias y evitar la confrontación”.
Un alto funcionario de la Casa Blanca indicó el sábado que Washington podría estar dispuesto a hablar con Rusia de la posibilidad de que ambas partes frenen el despliegue de sistemas de misiles y sobre el tamaño y alcance de los ejercicios militares.
Blinken advirtió, sin embargo, que cualquier resultado positivo de las conversaciones dependería en parte de la voluntad de Rusia de abandonar su postura agresiva, que comparó con “una atmósfera de escalada con una pistola en la cabeza de Ucrania”.
“Por tanto, si queremos avanzar, tendremos que ver una desescalada, que Rusia se aleje de la amenaza que supone actualmente para Ucrania”, declaró en CNN.
Las conversaciones se producen después de que Putin y su homólogo estadounidense, Joe Biden, se reunieran en Ginebra el pasado junio y acordaran conversaciones periódicas de “estabilidad” entre Sherman y Ryabkov.
En dos llamadas telefónicas a Putin, Biden ha advertido de graves consecuencias si Rusia invade Ucrania.
Entre las medidas que se barajan están las sanciones al círculo íntimo de Putin, la cancelación del controvertido gasoducto ruso Nord Stream 2 hacia Alemania o, en el escenario más drástico, el corte de los vínculos de Rusia con el sistema bancario mundial.
Rusia insiste en que fue engañada tras la Guerra Fría y que entendió que la OTAN no se expandiría.
En cambio, la alianza liderada por Estados Unidos acogió a la mayoría de los países del antiguo Pacto de Varsovia y a los tres países bálticos que estaban bajo dominio soviético.
Rusia ha ejercido una intensa presión sobre Ucrania desde 2014, después de que una revolución derrocara a un gobierno pro-Kremlin, contrario al acercamiento a Europa.
Rusia anexionó la península de Crimea y respalda una insurgencia en el este de Ucrania, en la que han muerto más de 13.000 personas.
Con información de AFP