El mundo de la tecnología se ha visto impactado esta semana con una noticia que para muchos es el comienzo del futuro: La empresa Neurolink, fue autorizada por la Administración de Drogas y Alimentos de Estados Uidos (FDA) para iniciar los ensayos de sus implantes cerebrales en humano.
“Proyecto muy brillante e interesante en su etapa inicial”, escribió Musk en Twitter, emocionado al saber la noticia.
Los expertos definen el asunto como un verdadero salto en la tecnología, ya que esta innovación podría traer beneficios para el campo de la salud.
Pruebas realizadas en monos dieron indicios de que con estos chips se podrían tratar exitosamente a pacientes con enfermedades como parálisis.
Específicamente, el enfermo podría moverse y comunicarse, una esperanza que no le da la medicina actual por muy avanzada que esté.
Cuando probó los chips con monos, Neuralink sorprendió al mundo, los animales resultaron jugando video juegos con sus propios pensamientos.
Sin embargo, como todo lo que tiene que ver con la intervención del cerebro y la mente humana a través de la tecnología, la noticia también ha dividido opiniones. Esto se refleja claramente en las opiniones expresadas por los internautas. Algunas, son de real asombro, como: “Absolutamente loco. El futuro está llegando”.
Otros subrayaron cómo una práctica de ese estilo encierra una dualidad: “Tal potencial de horrores y de maravillas no se ha visto desde que empezamos a jugar con la energía atómica”.
Admiración, en la opinión de muchos, pueden los avances en enfermedades, en tanto que los horrores apuntan a que se hagan realidad fenómenos descritos ya por la ficción.
No obstante, hay quienes están más preocupados por cómo estos implantes se podrían convertir en un arma de manipulación y de control de la voluntad de quienes tengan el poder. “El gobierno debe estar babeando con esto”, escribió una usuaria de Twitter.
Las preocupaciones llegan al extremo de que el auge de estos chips, dé paso a un futuro marcado por la distopía, es decir a imagen y semejanza de esas representaciones de ficción que muestra a sociedades bajo un poder totalitario o una ideología determinada.
Un tuitero se aventuró a describir una escena probable en el futuro si el uso de estos chips vuelve una costumbre: Todo sucede en el años 2065, cuenta, y un padre que se prepara para la boda de su hija, no recuerda el día en que ella nació. La solución: revisar la información de 50 años que guarda el chip en su cerebro. Pero cuando lo intenta lo que recibe es la notificación de que su subscripción ha expirado.
También, hay aquellos que predicen que con los chips, ahora sí, van a ser posible horrores como los que pinta la serie Black Mirror, de Netflix.
Allí, los protagonistas caen víctimas de delincuentes anónimos, que los someten a su voluntad, para que no salgan a la luz cosas no siempre santas que han hecho en la web.
Las reacciones a la reciente aprobación también resucitaron la controversia por el trato que recibieron lo animales durante los ensayos realizados por Nueralink con los implantes.
Supuestamente, se encontró a un mono al que le faltaban algunos dedos de las manos y los pies “posiblemente por automutilación o algún otro trauma no especificado. El mono fue asesinado más tarde durante un procedimiento terminal”, según la denuncia de un grupo de defensores de animales, informó el New York Post.
“Casi todos los monos a los que se les colocaron implantes en la cabeza sufrieron efectos de salud bastante debilitantes. Estaban, francamente, mutilando y matando a los animales”, le explicó al diario Jeremy Beckham, del Comité de Médicos para la Medicina Responsable.
Por otra parte, el portavoz de UC Davis, empresa que trabajó con Neuralink en las pruebas, le dijo al tabloide: “Nos esforzamos por brindar el mejor cuidado posible a los animales a nuestro cargo. La investigación con animales está estrictamente regulada y UC Davis cumple con todas las leyes y regulaciones aplicables, incluidas las del Departamento de Agricultura de EE. UU.”, agregó el vocero.