La década de 2020 ha sido hasta ahora un tanto accidentada para la economía mundial. Primero con la pandemia de COVID-19, que golpeó el crecimiento económico mundial, y luego con la invasión rusa de Ucrania en febrero de 2022, a partir de la cual los precios del petróleo se dispararon, alimentando la inflación.
Las cadenas de suministro volvieron entonces a sufrir un nuevo descalabro y Europa dejó de comerciar con su principal socio energético.
También ha habido algunas tramas secundarias: la caída de las criptomonedas, el teletrabajo y la presencia cada vez más notable de la inteligencia artificial (IA) en la vida laboral cotidiana.
Así que, a medida que se avanza hacia 2024, ¿se encamina la economía mundial hacia el tan necesario respiro y la estabilidad?
Panorama general
Aunque la inflación se ha ralentizado considerablemente en las economías más avanzadas del mundo, los tipos de interés siguen siendo altos, y no se sabe con certeza cuándo podrán bajar, ya que los bancos centrales se muestran reacios a actuar con celeridad. Algunos expertos apuntan a que los efectos del endurecimiento de la política monetaria empezarán a notarse en 2024, al no haber tenido en 2023 el impacto que muchos creían probable.
“La economía global no se ha debilitado tanto como podríamos haber pensado que lo haría, dados todos los shocks que hemos visto”, dijo a DW Adam Slater, economista jefe de Oxford Economics. “Pero creemos que algo de eso es sólo cuestión de tiempo”.
Slater espera que el crecimiento mundial sea considerablemente “más débil” el próximo año y no descarta recesiones técnicas.
Vigilando al “Dragón chino”
El enfriamiento de la economía china es algo que habrá que vigilar de cerca en 2024.
“Es importante para el crecimiento mundial y para el dinamismo de la economía asiática”, sostiene Slater.
A principios de este año, el Banco Mundial advirtió de que el malestar económico de China pesaría sobre el conjunto de Asia Oriental, considerado uno de los grandes motores económicos del mundo.
Sin embargo, William Reinsch, del Center for Strategic & International Studies (CSIS) de Washington DC, es más optimista. “Una de las características interesantes de las economías controladas por el Estado es su capacidad para aplazar las consecuencias de sus errores”, dijo a DW.
Sin embargo, un área que le preocupa es Taiwán. Aunque la reciente reunión entre Xi Jinping y Joe Biden sugirió algún tipo de deshielo en las relaciones entre Estados Unidos y China, la perspectiva de una invasión china de Taiwán se cierne sobre la economía mundial.
“Xi está pensando en el legado, y una de las cosas que quiere hacer es colocar la última pieza en el puzzle”, afirma.
Ucrania, alimentos y combustible
Mientras que un conflicto en Taiwán es quizás algo que podría surgir en un futuro más lejano, es probable que la guerra en Ucrania siga teniendo una influencia significativa en la economía mundial en 2024.
Para Sushant Singh, la variable más importante es, “definitivamente, la guerra entre Rusia y Ucrania, porque afecta directamente a tres cosas: alimentos, abono y combustible”. Puntualizó que “esas tres cosas afectan al mayor número de personas, sobre todo en el Sur Global”.
Fiebre electoral
Más de 4.000 millones de personas acudirán a las urnas en todo el mundo en 2024. En el caso de Estados Unidos, Donald Trump aventaja actualmente al presidente Biden en las encuestas. Teniendo en cuenta que durante su última presidencia provocó una guerra comercial con China, existe una gran inquietud en torno a lo que supondría un segundo mandato para la economía mundial.
Pero, como nos han demostrado acontecimientos como la pandemia y la guerra de Ucrania, a menudo son las cosas inesperadas e imprevisibles las que tienen mayor impacto.
“Lo que más me preocupa son los cisnes negros, acontecimientos imprevisibles que provocan reacciones catastróficas”, afirma Reinsch.
*Análisis de la DW,