Con una niñez complicada, llena de maltrato y bullying, y una división familiar que marcó los últimos años de su vida, Javier Milei, busca a toda costa quedarse con la Presidencia de Argentina en medio de muchas polémicas sobre sus ideas y propuestas en un país sumido en la violencia, la desigualdad y la pobreza.
El economista, ultraderechista y libertario trabajó en la actividad privada hasta hace muy poco, comenzó dándose a conocer en televisión y luego se viralizó en las redes sociales con un novedoso discurso anti-woke que se llevaba por delante la agenda de derechos progresista.
Su retórica y su cabellera abundante y despeinada lo identificó como el que “se iba con todo contra la casta” del establishment político, todo un personaje que daba de qué hablar para bien y para mal en el ámbito político.
Este economista ultraliberal que quiere “dinamitar” el Banco Central y considera que cualquier intervención del Estado es un exceso, llegó segundo en los comicios del domingo e irá a balotaje el 19 de noviembre frente al ministro de Economía, Sergio Massa, en un contexto de inflación al 140 % anual.
“El Estado es un enemigo”, “hay que hacer volar el Banco Central”, “el peso es la moneda que emite el político argentino, no puede valer ni excremento”, son algunas de las incendiarias declaraciones de este líder político de cabellera abundante y cuidadosamente alborotada.
Argentina navega ahora por una inflación mensual de dos dígitos y una pobreza que afecta al 40 % de su población. La solución de Milei, de 53 años, es dolarizar la economía, reducir drásticamente el gasto público, eliminar impuestos y acabar con la “casta política y corrupta” a la que responsabiliza de esta debacle.
“Jamás en pesos, jamás en pesos. El peso es la moneda que emite el político argentino, por ende no puede valer ni excremento, porque esas basuras no sirven ni para abono”, afirmó Milei en una entrevista con Radio Mitre.
En uno de sus últimos actos de campaña, recorrió en caravana Lomas de Zamora, un bastión peronista en la periferia de Buenos Aires sacudido por un escándalo de corrupción que salpica al Gobierno.
Milei y el mundo
Milei dice que las relaciones con Estados Unidos e Israel serían privilegiadas en un hipotético gobierno suyo. En cambio, rompería con China porque en ese país “la gente no es libre, no puede hacer lo que quiere y cuando lo hace, los matan”. “No hago tratos con comunistas”.
“Mis aliados son Estados Unidos e Israel, y es más, mudaré la embajada de Tel Aviv a Jerusalén”, afirmó.
“Cuando el UNO (como se refiere a Dios) le ordenó a Moisés que rompa las primeras tablas de la ley, la primera palabra que pronunció fue Jerusalén, y ahí fue donde el rey David estableció la capital, por lo tanto hay que llevar la embajada desde Tel Aviv a Jerusalén”, explicó.
Órganos y aborto
“La venta de órganos (humanos) es un mercado más”, opinó este economista admirador de Adam Smith. En esa línea opina que los órganos humanos pueden ser una mercancía: “Mi primera propiedad es mi cuerpo, ¿por qué no voy a poder disponer de mi cuerpo?”.
“Hay 7.500 personas sufriendo, esperando trasplantes, hay algo que no está funcionando bien. Busquemos mecanismos de mercado para resolver este problema”, propuso.
También plantea derogar la ley del aborto, aprobada en 2020. “Cuando construís sobre un principio moral incorrecto, el resultado es inmundo. ¿Cómo puede ser un derecho ganado poder matar a otros seres humanos?”, opinó.
“Como liberal creo en el derecho irrestricto a la vida del prójimo basado en la defensa de la vida, a la libertad y a la propiedad. Defiendo la vida, la biología dice que la vida inicia con la concepción”, sostuvo.
La justicia social, una aberración
“Estamos ante el fin del modelo de la casta basado en esa atrocidad de que donde hay una necesidad nace un derecho, pero se olvida que ese derecho alguien lo tiene que pagar, y cuya máxima expresión es esa aberración llamada la justicia social que es injusta porque implica un trato desigual frente la ley”, dijo para oponerse a las ayudas sociales que reciben más de 19 millones de personas en un país con 40 % de pobreza.
Milei no se siente parte del sistema político. “Para mí el Estado es un enemigo y los políticos son los que viven del Estado”, aseguró.
“Micky Mouse es el aspiracional del político argentino, porque es una rata asquerosa que la quiere todo el mundo”, opinó.
Plan motosierra
Si Milei es presidente, ¿quién será su ministro de Economía? “Alguien tan ortodoxo como yo, al que le gusta la motosierra tanto como a mí”, respondió en referencia a su plan para reducir el Estado a su mínima expresión.
Lapicera en mano, tachó varios ministerios en un organigrama gigante en una entrevista de TV. El de la Mujer era uno de estos, porque “no se trata de derechos, se trata de privilegios. Lo que tenés que garantizar es la igualdad ante la ley”, afirmó.
También propone eliminar el Consejo Nacional de Investigaciones Científica y Técnicas. “Eso que quede en manos del sector privado, que (los científicos) se ganen la plata sirviendo al prójimo con bienes de mejor calidad a mejor precio, como hace la gente de bien”, afirmó.