En el corazón del mar Egeo se encuentra Hydra, una isla que parece haberse detenido en el tiempo. En medio de sus estrechas calles, fragancias de jazmines y aguas azules que rodean sus costas, lo que realmente hace única a Hydra es su inusual forma de transporte y el motivo detrás de esta elección.
Aquí, los automóviles no solo son escasos, sino que están completamente prohibidos. La legislación local ha establecido que no se permite la circulación de vehículos motorizados, con excepción de camiones de bomberos, ambulancias y vehículos de recolección de basura. En su lugar, la isla se ha aferrado al ritmo pausado y sostenible de los cascos de los caballos, burros y mulas.
Los 2.500 habitantes de Hydra se mueven con gracia y tranquilidad sobre sus compañeros de cuatro patas, como caballos, mulas y hasta burros, dejando atrás el estruendo y el ajetreo de los motores. La imagen de pequeños caballos serpentean por las calles adoquinadas del puerto de Hydra da la bienvenida a los visitantes, anunciando un ambiente donde la calma es la protagonista.
El idilio de Hydra con el transporte equino tiene raíces profundas en su historia y geografía. Aunque en los siglos XVIII y XIX la isla floreció como un activo centro marítimo, el terreno empinado y rocoso, combinado con las estrechas calles, hicieron que los vehículos motorizados fueran impracticables. Entonces, los lugareños recurrieron a los caballos, mulas y burros para cruzar el desafiante paisaje.
Con el tiempo, esta dependencia del transporte tradicional aportó más que una solución a un problema logístico. Los burros y caballos se convirtieron en parte integral de la identidad de la isla, y su presencia tejida en la cultura cotidiana. Desde transportar mercancías y materiales de construcción hasta acompañar a los locales en sus tareas diarias, estos compañeros de cuatro patas son esenciales para la vida en Hydra.
El resultado de esta decisión de prohibir los autos es una isla que ha mantenido su ritmo tranquilo y su autenticidad. Los visitantes pueden pasear por pintorescos senderos, observando a los habitantes realizar sus quehaceres diarios acompañados por sus fieles compañeros. Desde los hermosos monasterios hasta las playas cristalinas, la presencia equina de Hydra está tejida en cada rincón.
Esta ausencia de vehículos motorizados ha atraído a creativos y artistas de todo el mundo. La calma y la simplicidad de la isla han inspirado a nombres como la actriz italiana Sophia Loren, quien quedó cautivada durante el rodaje de “Boy on a Dolphin” en 1957. Además, Hydra ha sido hogar temporal o fuente de inspiración para pintores, escritores y músicos, incluyendo a Leonard Cohen.
En medio de esta serenidad, Harriet Jarman, propietaria de la empresa de excursiones a caballo “Harriet’s Hydra Horses”, encontró su hogar y su pasión. Después de la crisis económica griega, Jarman se vio obligada a vender su caballo Chloe. En lugar de despedirse de su querida compañera, decidió fundar su negocio de paseos a caballo, compartiendo así su amor por los paisajes de Hydra con otros.
Hydra, la isla donde los vehículos motorizados están prohibidos, es un ejemplo de cómo la elección de un medio de transporte puede no solo moldear la identidad de una comunidad, sino también preservar un modo de vida sostenible y auténtico. Los cascos de los caballos marcan el ritmo de esta isla, donde el tiempo parece haber encontrado su propia armonía en medio de la tranquilidad del mar Egeo.