Italia y el mundo se despertaron con la noticia de que Matteo Messina, considerado el hombre más buscado de Italia había sido detenido en Palermo (Sicilia), dando fin a una operación que las autoridades europeas esperaban, desde hace tres décadas, concluir con un anuncio como el de este lunes. Lo anterior, ya que fueron años en los que este sujeto se las arregló para estar prófugo de la justicia.

“Hoy, 16 de enero, los carabineros (...) detuvieron al fugitivo Matteo Messina Denaro en el interior de una estructura sanitaria en Palermo a la que se había dirigido para seguir terapias clínicas”, señaló el general de los carabineros, Pasquale Angelosanto, a la agencia AGI. De acuerdo con RAI, el individuo acudió al centro asistencial con un nombre falso para ser atendido en quimioterapia sin despertar sospechas.

El narcotraficante italiano Matteo Messina. | Foto: AP

El nombre de quien es tildado como el “padrino” o jefe de la Cosa Nostra figuraba en la lista de los hombres que, pese a permanecer prófugos por años, las autoridades seguían buscando conducirlo, tarde o temprano, a prisión. Su organización ha sido señalada de propiciar el lavado de dinero, la prostitución, extorsión y también el tráfico de drogas.

Con respecto al individuo que se escondía bajo sobrenombres como “Diabolik” o “U siccu”, en 2020 El País esbozó algunas características de quien llevaba una vida ‘fantasma’ y cuyas huellas estuvieron, por décadas, lejos del radar de la Policía. Hasta ese año, ese diario informó que este sujeto era autor de por lo menos 50 homicidios y que no había fotografías o huellas que facilitaran su rastreo.

Una vida en clandestinidad

Otros medios internacionales como El Comercio recopilan que, pese a ello, salió de Italia hacia Barcelona (España) en 1994 para tratar una condición visual conocida como estrabismo. Cuatro años más tarde habría estado en una comisaría haciéndose pasar por agricultor, y saliendo de aquel lugar por la entrada principal como si nada.

1 | Foto: Restringido

Entre los crímenes con los que se le relacionó estuvo el secuestro y posterior asesinato de Giuseppe Di Matteo, un niño hijo de Santino Di Matteo, hombre de la mafia que había empezado a colaborar con los investigadores tras ser capturado. Como muestra de venganza y para evitar que secretos delictivos salieran a la luz, tomaron como rehén al menor por casi dos años.

El final de Giuseppe ll conmocionó al país europeo, pues su agonía (privado de libertad) concluyó en un trágico final cuando fue asesinado y su cuerpo, disuelto en ácido.

“Era la tarde del 23 de noviembre de 1993. Tras haber recibido la orden de (otro mafioso, Salvatore) Riina, mandé un grupo que secuestró al nene en Piana de los Albaneses. El grupo que lo secuestró se hizo pasar por agentes de la DIA y lo convencieron de que se subiera a un auto para llevarlo con el padre. Me dijeron que el nene expresó: ‘’Papà, amor mío’”, dijo Giovanni Brusca, otro integrante de la mafia, según recogió Clarín.

“El 11 de enero de 1996 me enteré por la televisión que me habían condenado a perpetua por un crimen. Me había delatado el papá de Giuseppe. Ordené que mataran al niño (...). De estrangularlo se encargaron Enzo Chiodo y mi hermano Enzo”, agregó Brusca.

El último “padrino” de la mafia en Italia

Sobre ese crimen también fue vinculado Matteo Messina, condenado a cadena perpetua por su presunta relación con hechos como el que terminaron con la vida de aquel niño. AFP destaca que “Diabolik” tomó el lugar de Salvatore “La Bestia” Riina, luego de que fuera capturado en 1993 y falleciera en noviembre de 2017.

La captura de "Diabolik" se produjo cuando asistía a una sesión de quimioterapia. | Foto: AFP Photo / handout- ANSA (Izquierda); AFP Photo / handout- italian carabinieri press office (derecha)

Otras sospechas giran en torno a que “el capo de capos”, como también se le conocía, ordenó los atentados (hace 30 años) en Milán, Roma y Florencia que provocaron la muerte de 10 personas, no mucho tiempo luego de que Cosa Nostra asesinara a los jueces antimafia Giovanni Falcone y Paolo Borsellino.

El que es llamado también como el último “padrino” de Cosa Nostra estaba a cargo de una organización que generaba dividendos millonarios, a raíz de sus ramificaciones en diferentes sectores. De acuerdo con AFP, los años en que estuvo prófugo de la justicia fueron posibles porque no empleaba móviles ni comunicaciones electrónicas.