La Cruz Roja informó este jueves que ha recaudado más de siete millones de euros (unos 35.000 millones de pesos colombianos aproximadamente) en la primera fase de respuesta para el terremoto de Turquía y Siria.

De acuerdo con el organismo humanitario, estos recursos se recolectaron tras el llamamiento realizado la Federación Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja para la atención inmediata y recuperación de las zonas afectadas de los próximos diez meses.

De los cerca de siete millones de euros recaudados, tres millones han sido aportados por el grupo Inditex específicamente para apoyar a la Media Luna Roja Turca. Otros 750.000 euros se destinarán a la asistencia humanitaria en Siria.

Diez días después del terremoto, que dejó en ruinas decenas de edificios en Turquía y Siria, y que ha hecho que pierdan la vida más de 31.600 personas en 10 provincias, y que sean rescatadas bajo los escombros más de 105.000 personas, las necesidades de la población superviviente siguen creciendo.

Se indicó a las regiones afectadas está llegando al terreno ayuda de primera necesidad (como la entrega de productos de alimentación o ropa de abrigo) y atención sanitaria o psicosocial, mientras prosiguen las tareas de búsqueda y rescate de supervivientes, entre otras.

La Cruz Roja Española se sumó a este llamamiento y abrió sus canales de emergencia para recaudar fondos para las personas afectadas.

El presidente de ese organismo en el país ibérico, Javier Senent, está en permanente contacto con el presidente de la Media Luna Roja Turca, Kerem Kinic, para conocer las necesidades de sus ciudadanos y trabajar conjuntamente en las siguientes fases de recuperación, se indicó en un comunicado.

Igualmente, se recordó que la Cruz Roja Española ya ha realizado el envío de más de 105 toneladas de ayuda humanitaria, con un coste aproximado de un millón de euros, lanzadas desde Madrid, Barcelona, Valencia y Canarias que responden a la solicitud internacional de la Media Luna Roja Turca.

El resto de fondos, y los donativos que aún son necesarios y siguen llegando a Cruz Roja, se destinarán a las acciones de recuperación de las zonas afectadas y su población, fundamentalmente en los llamados “medios de vida” por la Organización, lo que incluye acciones para el empleo a medio y largo plazo.

Una mujer sentada en medio de escombros y daños tras un terremoto en Gaziantep, Turquía. | Foto: Restringido

Sobrevivientes del terremoto acampan entre ruinas del noroeste de Siria

Entre tanto, la situación de la población en Siria sigue siendo difícil. Es el caso de una maestra de escuela, quien desde que el terremoto destruyó su casa en el noroeste de Siria, Suzanne Abdalá, acampa con otros nueve miembros de su familia en un pequeño camión a dos pasos de lo que era su hogar.

“Nos amontonamos a diez en ese camión. Dormimos sentados”, explicó esta mujer de 42 años, con la cabeza envuelta en una bufanda de lana para protegerse del frío.

Suzanne no encontró más refugio que el camión de su suegro, instalado en medio de las ruinas en una calle donde casi ningún edificio permaneció en pie. En el interior, siete niños, los suyos y los de su cuñada, desayunan con mermelada, leche cuajada y aceitunas.

El bebé de 14 meses de Suzanne duerme en una hamaca improvisada que preparó con una manta que cuelga del techo.

. | Foto: Restringido

“Nuestra situación es muy difícil, sobre todo porque tengo un bebé. Esta mañana tenía su mano entumecida por el frío y lo puse al sol para calentarlo. Necesitamos un techo, necesitamos ayuda para estos niños pequeños”, añadió. La familia amontonó colchones y mantas sobre el camión.

Los socorristas retiraron más de 500 cadáveres de los escombros en jandairis. El terremoto causó más de 3.600 muertos en todo Siria, según un balance todavía provisional.

Hasta 5,3 millones de personas corren el riesgo de quedar sin hogar en Siria tras la catástrofe, advirtió un alto funcionario de la ONU pocos días después del sismo.

Siria abrirá sus fronteras para recibir ayuda luego del fuerte terremoto. | Foto: AFP or licensors

Situación catastrófica

En el otro extremo de la ciudad, Abdel Rahman Haji Ahmad, un funcionario jubilado de 47 años, construyó con sus vecinos una gran tienda de campaña frente a las ruinas de sus casas.

Las mujeres y los niños duermen allí por la noche, mientras que los hombres se quedan fuera.

“No hay agua, ni electricidad, ni higiene. La situación es catastrófica en toda la ciudad”, afirmó el hombre con barba gris.

De su casa, solo queda una alfombra multicolor y una manta que cuelga en las ruinas.

En la carpa improvisada, levantada a toda prisa con lonas y mantas en un callejón repleto de escombros, el hombre abraza a su hija, rodeado de otros niños del barrio.

“No pensamos en el futuro. Todo lo que queremos son lonas para instalar dos nuevas tiendas, y luego veremos”, comenta.

En las zonas afectadas, muchas familias siguen durmiendo en sus coches. Otros se refugiaron en escuelas o mezquitas, o bien duermen al aire libre, debajo de los olivos.

Kawthar al Shaqih, de 63 años, eligió instalarse en un centro de acogida en las afueras de Jandairis con sus hijos y nietos. Ya se había visto obligada por primera vez a abandonar su hogar en Homs, ciudad del centro de Siria, debido a los intensos combates entre rebeldes y el régimen de Bashar al Assad en 2012.

Gran parte de los habitantes del noroeste de Siria, bajo el control de las formaciones rebeldes, son desplazados que llegaron de otras regiones del país a medida que el régimen recuperaba el control.

En una de las carpas blancas que se alinean entre los olivos, arregla las mantas y los colchones en el suelo.

“No sabemos a dónde ir, así que nos quedamos aquí, en el frío”, confesó esta mujer que dice haber dormido en la calle los primeros días después del terremoto.

Insistió que “la situación es insoportable, no sabemos qué hacer. No tenemos dinero para comprar una botella de agua. No tenemos más que la misericordia divina”.

*Con información de Europa Press y AFP.