A lo largo de la historia de la aviación se han presentado cientos de eventos desafortunados en los que miles de personas han perdido la vida en accidentes aéreos. Sea por fallas humanas o mecánicas, los aviones se han convertido en el foco de temor de muchas personas a pesar de ser considerado el medio de transporte más seguro, avalado por la estadística.
No obstante, la temida turbulencia, además de sobrevolar cerca de espacios aéreos donde se libra una guerra, han sido responsables de la caída de decenas de aviones en donde, a pesar de la destreza de los pilotos, no se ha podido burlar a la muerte.
Por lo anterior, se ha preguntado por qué los aeroplanos no cuentan con paracaídas para salvaguardar la integridad de los pasajeros.
Hay más de una razón
Cuando un avión está atravesado por una situación determinada en donde el piloto decide activar los protocolos de seguridad, lo más común es que la tripulación esté obligada a supervisar que todos los pasajeros tengan puesto el cinturón de seguridad además de que caigan las bolsas de oxígeno y los chalecos salvavidas, pero, ¿por qué no se contemplan los paracaídas?
De acuerdo con el portal especializado Lara Aeronáutica, existen cuatro razones por las cuales ninguna aerolínea tiene en mente la idea de equipar sus aviones con paracaídas para afrontar una emergencia:
- El diseño de los aviones
Con los diseños que cuentan los aviones en la actualidad se considera imposible realizar un salto en paracaídas, ya que si un pasajero saltara desde un avión comercial por las puertas laterales o las rutas de emergencia, sería casi que seguro que el individuo resultara golpeándose gravemente con una de las alas o la cola del avión.
Asimismo, para que el salto fuera seguro se debe contar con una rampa de saltos en la parte trasera del avión, lo que conlleva a rediseñar las aeronaves. De igual manera, el portal asevera que el 98 % de los incidentes aéreos ocurre durante el despegue y el aterrizaje, por lo que solo en un 2 % de los casos se utilizarían hipotéticamente estos paracaídas.
- La altitud
Los aviones comerciales vuelan a más de 10 mil pies de altura (poco más de 3 kilómetros), y a esa altura se cuenta con muy poco oxígeno; por ello, si una persona salta a esa altura, lo más probable es que sufra de hipoxia, sin sumar la temperatura estimada del ambiente, la cual es sumamente fría por lo que el cuerpo no la soportaría.
- Preparación del salto
Para saltar en paracaídas se requiere de una buena preparación, además de saber incorporar correctamente el equipo al cuerpo, para lo cual se necesitan varios minutos, además de contar con buen espacio, cosa que no ofrecen los aviones y mucho menos si la caída del aeromotor se está dando rápidamente.
La única manera en que el pasajero podría salir bien librado de un accidente aéreo utilizando un paracaídas, sería tenerlo puesto desde que entra al avión, lo cual resultaría muy incómodo para él y quienes lo rodean. Asimismo, si este paracaídas se despliega accidentalmente, podría causar graves consecuencias.
- Entrenamiento por parte del pasajero
Además de desplegar el paracaídas, existen otros factores a tener en cuenta como la posición del salto, el movimiento del cuerpo y el viento; por lo tanto, en un momento de angustia dentro de un avión se pasarían por alto estas consideraciones y sería letal para el pasajero.
Por otro lado, los equipos requieren mantenimientos constantes, por lo que la aerolínea debería incrementar sus precios para mantener los paracaídas con las inspecciones al día, además de brindarles clases de entrenamiento de manipulación de paracaídas a cada pasajero.