En la mañana de este martes, la justicia peruana estuvo en audiencia de apelación para definir si el expresidente Pedro Castillo seguiría detenido o no con su aprisionamiento temporal de siete días, esto después de su captura y sindicación por el frustrado autogolpe de Estado que intentó el pasado miércoles. Durante la diligencia, el mandatario se defendió de las acusaciones en su contra.
“Estoy agradecido por su confianza, su esfuerzo, su lucha y su dedicación. Jamás renunciaré y abandonaré esta causa popular que me ha traído acá”, dijo durante el procedimiento el destituido presidente del país vecino.
Desde acá quisiera exhortar a las Fuerzas Armadas y a la Policía Nacional Peruana que depongan las armas y dejen de atacar a este pueblo sediento de justicia. Mañana a la 13:00 horas quiero que me acompañe mi pueblo porque en ese momento. Nunca he cometido ningún delito de conspiración ni rebelión”, dijo el expresidente peruano.
El exmandatario continuó con su defensa ante el juez César San Martín, que fue el mismo que condenó a Alberto Fujimori, presidente del Perú entre 1990 y 2000. “Estoy injusta y arbitrariamente detenido, no estoy por ladrón, por violador, ni corrupto, ni matón (…) Nunca he cometido ningún delito de conspiración ni rebelión”, afirmó Castillo, quien también agradeció a los manifestantes por haberse pronunciado a favor de su pronta liberación.
La audiencia se declaró suspendida, pero será retomada hoy mismo a las 3:30 de la tarde, en la cual se espera que se dicte, o no, la ratificación de la detención de Pedro Castillo, o si, por el contrario, el exmandatario de izquierda podría salir en libertad a pesar de los cargos de los que se le acusa.
Dina Boluarte, antigua vicepresidenta de Castillo, asumió el poder como lo pacta la constitución del país después de la destitución de su predecesor la semana pasada, lo cual provocó violentas manifestaciones a favor del exmandatario de izquierda. Los bloqueos persisten con numerosas carreteras bloqueadas en 13 de las 24 regiones del país, según un balance de la policía.
Las regiones más agitadas se encuentran en el sur, donde está la turística Cusco y Arequipa, segunda ciudad del país, y en la región natal de Boluarte, Apurímac convertida en epicentro de las protestas. En el norte las regiones más convulsionadas son La Libertad y Cajamarca, cuna de Castillo.
En Lima las protestas también se han tornado violentas, con enfrentamientos entre manifestantes radicales y policías en una desigual batalla campal callejera donde unos usan armas artesanales y piedras, mientras que los agentes apelan a armas de fuego y gases lacrimógenos. Varios gremios agrarios e indígenas convocaron este martes a un “paro indefinido” en demanda de elecciones generales.
Su repercusión se desconocía aún a media mañana porque afecta principalmente a zonas rurales de Perú, pero ya provocó la suspensión del servicio de trenes entre Cusco y la ciudadela inca Machu Picchu, joya del turismo peruano. El aeropuerto de Cusco fue cerrado asimismo la noche del lunes luego de que manifestantes intentaran tomarlo, dejando a centenares de pasajeros varados.
Boluarte busca negociar con el Congreso el adelanto de elecciones generales de julio de 2026 a abril de 2024. El miércoles pasado, Castillo ordenó en un mensaje al país la disolución del parlamento y la intervención del sistema judicial, horas antes que el parlamento debatiera su destitución por presunta corrupción.
Fue detenido por sus guardaespaldas cuando se dirigía a la embajada de México para asilarse. La fiscalía, que lo investigaba por corrupción, le imputó el delito de “rebelión” y “conspiración” en flagrancia.
*Con información de AFP.